martes, diciembre 02, 2008

La crisis Freixenet (una crisis de burbujas)

En 1972, cuando la publicidad daba sus primeros pasos en la jovencísima Televisión Española, unos niños que cantaban y bailaban se convirtieron en protagonistas del spot de una marca española de cava. Así nacieron las burbujas Freixenet que en los últimos 35 años han acompañado a personajes tan variopintos como Liza Minelli, Sharon Stone, Andy McDowell, Kim Bassinger, Antonio Banderas, Pierce Brosnan, Paul Newman o Penélope Cruz en los anuncios de este conocido cava catalán.Como si de uno de esos anuncios se tratara, decenas de burbujas bailan a nuestro alrededor. Es un espectáculo estético y acompasado; hasta que las burbujas estallan. Una detrás de otra.

La burbuja de Internet

El término “burbuja” se popularizó a finales de los 90 con las empresas surgidas en los primeros años de Internet, las llamadas puntocom. Cuatro amigos montaban una empresa para vender algo en Internet (lo que fuera era lo de menos), creaban un sitio web, buscaban un socio de capital riesgo que ponía 10 millones de dólares, sacaban la empresa a Bolsa y en dos años eran multimillonarios. Otros miles seguían su estela desarrollando su propia puntocom mientras millones de individuos menos emprendedores esperaban pillar su parte de la tajada comprando acciones de esas empresas de Internet en la Bolsa: Amazon, Terra, eToys, Webvan…Hasta que la burbuja explotó. Y el mundo experimentó su penúltima crisis antes de la “Crisis Freixenet” (la crisis de las burbujas…porque ahora no es una, sino varias las burbujas a punto de estallar)

Aquel fue el embrión de la actual crisis. Los expertos sabían cómo volver a “calentar” una economía “resfriada”: creando más burbujas (sin preguntarse nadie que pasaría cuando éstas explotaran; al fin y al cabo, si funcionaba, siempre se podría volver a utilizar la misma receta -más burbujas).De manera que bajaron los tipos de interés y comenzaron a surgir nuevas burbujas, como la inmobiliaria, la bancaria y la automovilística.

El gas que infla las burbujas

Una burbuja es un “glóbulo de aire u otro gas que se forma en el interior de algún líquido y sale a la superficie”. En las burbujas económicas el gas que las infla es más peligroso que el mostaza: se llama avaricia.Una burbuja, para crecer, solo precisa que un determinado gas se inyecte en su interior y en el caso de las burbujas económicas ese gas se llama –como decíamos- avaricia: la empresa cuyos beneficios no crecen al menos un 35% cada año tiene que cortar la cabeza de su consejero delegado.

El gas “avaricia” es nocivo por si mismo, pero resulta letal cuando lo combinamos con otro gas: el llamado “cortoplacismo”A la mayoría de los Consejeros Delegados, Directores Generales y otros altos directivos se les exige resultados a corto plazo; y esos plazos son cada vez más cortos: anuales, semestrales, trimestrales, mensuales, semanales… Además, una parte fundamental de su remuneración viene condicionada por la consecución de objetivos (cada vez más a corto) en forma de primas, stock options, etc.De manera que combinando ambos “gases” (los beneficios de la empresa han de crecer un 35% este año y si los alcanzo al margen de los 850.000 euros que me llevo de fijo me levanto cuatro millones en primas) se inflan las burbujas de la “crisis Freixentet” (si la avaricia rompe el saco la avaricia cortoplacista puede acabar con el sistema)

La burbuja del motor

Un ejemplo lo tenemos en el mercado automovilístico. A los accionistas solo les importa el valor de su acción y el dividendo. Para que aumenten ambos, los máximos responsables de los fabricantes de automóviles tienen que incrementar constantemente sus ventas y sus beneficios. Y durante años lo han conseguido (al fin y al cabo eso no era tan difícil) ¿Cómo?

Presionando a los proveedores hasta la extenuación por un lado; y a los distribuidores por el otro (a los concesionarios se les obliga a vender un número mínimo de coches al año –que aumenta cada año- bajo la amenaza de retirarles la concesión, etc.). ¿El resultado?

“Inventos” que han contribuido a inflar la burbuja como los vehículos de “kilómetro cero” (el concesionario se ve obligado a matricular unidades para alcanzar sus cuotas anuales) o el “renting de flotas” (empresa que cambiaban a sus directivos el coche cada dos años –cuando los tipos de interés estaban por los suelos y las ventas de las empresas viento en popa) acompañados de publicidad masiva en todo tipo de medios, promociones agresivas, vendedores que no dejan de llamarte para venderte un coche, etc.Hasta que la burbuja ha estallado.

En noviembre de 2007 se vendieron en España 120.000 coches. En noviembre de 2008 la mitad. Las ventas caen un 50%. Normal. La gente anda pillada con la hipoteca, amenazada por el desempleo…y un coche puede durar sin problemas diez años (no es necesario cambiarlo cada tres años). Y las empresas, al ver venir las vacas flacas, piden a sus directivos que “estiren” la vida de sus BMW serie 5.El resultado: millones de coches fabricados que nadie por el momento va a comprar. Millones de vehículos “seminuevos” que tampoco se van a vender. Y que nadie espere que las ventas se recuperen a corto plazo. Entre otras cosas porque los fabricantes no tienen una sola idea para conseguirlo y lo único que esperan es que el Gobierno les ayude. ("Esperamos que las medidas a tomar por el Gobierno para estimular la demanda se implementen de forma rápida"; palabras de Anfac y Ganvamm la asociación de fabricantes y la asociación de vendedores)

Por no hablar de lo absurdos y obseltos que son esos cacharros con ruedas que conducimos.

La burbuja inmobiliaria

La bajada de tipos de interés iniciada hade una década provocó que más de uno se metiera una sobredosis de crédito…porque con esas condiciones, el que no se endeudara sería imbécil.Así comenzó a crecer la burbuja del mercado inmobiliario. Los bancos (que tenían que multiplicar el número de operaciones para continuar creciendo, ante la poco rentable para ellos bajada de tipos) inventan todo tipo de productos para conceder créditos: a promotores por un lado (que con menos de una décima parte de la inversión acometían proyectos de 50 millones de euros), a compradores por otro (hipotecarios a 50 años, dando el 120% del valor de la propiedad).En ese escenario, millones de personas (en España y en otros muchos países) se lanzaron a cambiar de cada. Centrémonos en el caso español, ya que sobre la crisis subprime en USA ya se ha escrito mucho. En menos de 10 años el precio real de las viviendas se ha multiplicado por dos.Como el precio de las viviendas subía cada mes, los bancos y cajas no veían mucho riesgo en conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa (pensaban que, con el citado boom inmobiliario, esa casa, en pocos meses, valdría más que la cantidad dada en préstamo) ni tampoco a gente con escaso poder adquisitivo: millones de mileuristas españoles veían como su banco o caja, en lugar de poner pegas por su escaso potencial de generación de ingresos, empujaban a las parejas hacia una hipoteca flexibilizando las condiciones (30, 40, 50 años!) e incluso regalando freidoras y tostadoras.

Miles de españolitos que ya tenían su casa pagada (a costa de letras y letras que han ido pagando en los 60, 70…. ¡a unos tipos de interés galácticos!) ven un chollo el dinero tan barato y la vuelven a hipotecar (para reformarla, redecorarla, cambiar los electrodomésticos, poner una bañera de hidromasaje, televisores de plasma en todas las habitaciones… comprar un segundo coche, un tercero…irse de vacaciones…una segunda vivienda….¿y por qué no una tercera?)

Todo ello sobre una base: a nadie se le pasa por la cabeza que el precio de la vivienda dejara de crecer.

Pero resulta que la economía norteamericana se enfría, la Guerra de Irak deja las cuentas públicas temblando, el petróleo se dispara, el desempleo en Estados Unidos crece, los tipos suben… y el precio de las viviendas…¡comienza a caer! Es cuando arranca todo el follón de los Ninja, las hipotecas sin pagar, los activos tóxicos, Lehman Brothers, Fannie Mae, Freddie Mac….

Los bancos saben la cantidad de mierda que tienen en sus activos y piensan que los demás tienen que andar igual o peor, de manera que dejan de prestarse dinero entre ellos porque nadie se fía ya de nadie. Y así, el “Euribor” y otros “Ibor” (Interbank Offered Rate o tasa interbancaria) por las nubes.Dicho en otras palabras: los bancos, que tradicionalmente se han caracterizado por ser unos señores que te dejan un paraguas cuando hace sol y piden que se lo devuelvas cuando empieza a llover, ahora ni eso. Es decir, como tienen poco dinero, no dan créditos (y al que se lo dan, se lo cobran bien). No dan hipotecas (y en España hay ya un millón de pisos sin vender…o que nadie puede comprar). Como no tienen guita, ¿qué hacen entonces? Venden sus edificios (como el Santander), venden sus participaciones en empresas, nos machacan con publicidad y promociones para que metamos dinero en depósitos (te regalan lo que sea). Con el Euribor pegado al parachoques del “Halcón Milenario” y los bancos más secos que la mojama, en España no se vende un puñetero piso. ¡Ya hay un millón de viviendas sin vender en España!

Las cifras oficiosas hablan de caídas en las ventas superiores al 60%.Hasta hace poco se decía que los precios habían “comenzado a moderarse” creciendo un poquito por debajo de la inflación. Pero ahora están cayendo alrededor de un 20%. Cuando el FMI decía que los precios de la vivienda en España eran una locura, nadie les hacía caso. Ahora los promotores andan refinanciando sus deudas con los bancos (porque no venden un solo piso) y descubren que el suelo que compraron hace unos meses para dar otro “pelotazo”, como bajen más los precios, será mejor que se lo “cedan” a su banco porque construyendo los 64 pisos de lujo previstos van directamente a la quiebra. ¿Se ha preguntado alguien que demonios harán los bancos con tanto ladrillo y tanto suelo embargado? ¿Mini-golfs? ¿Campings? ¿Lo cederán a la Iglesia de la Cienciología? Además, lo peor de la crisis de los Señores de los Ladrillos está por llegar

Los precios de las viviendas bajan. Muchas personas se encuentran con hipotecas que valen más que la vivienda que tienen hipotecada. Deben al banco 200 y su propiedad solo vale 150. O sea, que están en quiebra técnica.

Las burbujitas de alrededor del ladrillo

Como vemos en las “burbujas Freixent” de nuestra copa de cava, las grandes siempre van acompañadas de otras muchas pequeñas burbujitas a su alrededor.De la misma manera, la crisis del ladrillo no solo afecta a los promotores y constructores. También a los fabricantes de ladrillos; y a los de cemento (las ventas han caído un 15%) cerámicas, tuberías, sanitarios, grifería, marcos, ventanas, puertas...

Es el fin del milagro de Villacañas, un municipio de La Mancha toledana con tan sólo 10.700 habitantes donde, sin árboles ni bosques a la vista, se ha concentrado en los últimos años la mayor capacidad nacional de producción de puertas y cada semana salían de sus ocho plantas -con entre 300 y 500 empleados- más de 20.000 puertas en todas las direcciones de la Península. Hasta el año pasado, los distribuidores hacían cola y los 4.000 empleados del propio Villacañas y municipios situados en un radio de 50 kilómetros a la redonda hacían horas extraordinarias para atender la demanda. Un 25% de esos empleados ya han perdido su puesto de trabajo en lo que va de año), cerraduras, enchufes, ascensores, etc.Si este año se venden 500.000 viviendas menos que en los años anteriores, digo yo que afectará también a los fabricantes de muebles y de electrodomésticos. Los aserraderos verán como baja la demanda de maderas para el encofrado y para los propios muebles. ¿Y toda la industria auxiliar de los electrodomésticos? Componentes electrónicos, troqueles, chapa, embalaje….El cliente no compra sofás ni lavadoras. El fabricante no los fabrica. Y el distribuidor no los vende. ¿Qué pasa con los miles de tiendas dedicadas a la venta de muebles y electrodomésticos? ¿Y los servicios asociados (transportistas, montadores, electricistas, fontaneros, hojalateros…? Servicios que han sido otro de los tractores del crecimiento en la última década y que están perdiendo empleo a la velocidad de la luz.

La burbuja de la tele

Veremos como van explotando poco a poco, como las pompas de jabón de los críos, decenas de burbujas. En la lista hay unas cuantas.De la TVE1 y la TVE2 de hace tan solo 30 años hemos pasado a un desmadre televisivo de órdago: públicas, autonómica, privadas, locales, TDT…y la inmensa mayoría se financian con el dinero de los anunciantes. Y solo les preocupan los resultados a “cortísimo plazo”: el share diario. Hay que conseguir audiencia como sea para atraer a los anunciantes. Pero los anunciantes menguan como los glaciares del Pirineo por causa del calentamiento global. Pronto veremos explotar alguna tele (manténgase apartado de la pantalla por si acaso)

La burbuja de los galácticos

Hace unos años publiqué un post que levantó mucha polémica en el que decía el fútbol es jurásico. Hace tiempo un amigo americano me contaba, entre sorprendido e indignado, que de visita en España había asistido a un partido de fútbol ¡y el marcador no se movió!. 0-0. ¡Increíble! Verdaderamente, en ocasiones (las más) el fútbol es tedioso. Un Barça-Madrid o un Valencia-Manchester, tienen su gracia...pero un Racing-Málaga resulta insoportable (incluso para los cántabros y malacitanos). Mi amigo americano casi exige que le devuelvan su dinero: los "artistas" no habían hecho su trabajo. Nadie apuntó un solo tanto (bien es cierto que mi amigo está acostumbrado a los marcadores centenarios de la NBA). Pero cuando uno paga una entrada espera que los artistas hagan su trabajo.El fútbol nació antes de la televisión y no ha realizado en 50 años ningún esfuerzo para adaptarse a ella (en muchos estadios ni tan siquiera hay espacios pensados para las cámaras y las cabinas para los periodistas parecen la de López Vázquez y Mercero). Es lento, con infinitas paradas (saques de banda, de esquina, de puerta) que se prolongan desesperadamente (ese jugador que le dan una patadita y rueda por el suelo emulando a un cantaor flamenco; el masajista que sale, la camilla que no acierta…y tú, bostezando en tu butaca), no hay tiempos muertos para publicidad (ni tan siquiera han pensado los equipos en que cada jugador lleve publicidad de una marca; es un absurdo ver a un tio en el suelo –que le han hecho pupu en el bíceps- rodeado de cinco compañeros, enfocados en un primer plano, y solo se ve una marca), el parón del descanso (¿se imaginan que en un Gran Premio de Fórmula 1 los pilotos pararan 15 minutos a tomar un bocadillo y echar una meadita? (es muy largo (lo suficiente para que los espectadores se levanten y se vayan a preparar un bocata, colgar la ropa, echar una cabezadita, practicar sexo..cualquier cosa menos quedarse 15 minutos viendo anuncios, a pesar de la estupidez que cometen los anunciantes insertando ahí sus anuncios pensando que los dos millones de espectadores que ven el partido siguen ahí)

Pero en todo caso, el fútbol tiene sus apasionados seguidores y probablemente esos males no lleguen a ser tan graves como para extinguirle. Pero tiene otro problema más preocupante que todos los anteriores. Siempre he pensado que es una obscenidad la pasta que se llevan cada año algunos deportistas, en especial los futbolistas. Pero en fin, están en su derecho, y el señor que paga 100 euros por ir a ver un partido de fútbol también. Pero la crisis afecta a todos y los galácticos no iban a ser menos. La falta de liquidez también llega a los clubes. Muchos de ellos van a desaparecer porque no van a poder financiar su deuda (y varios de ellos de la primera división española, que han jugado con fuego) Algunos, pensando en emular a Florentino, se lanzaron a la aventura de conseguir recalificar terrenos para edificar... mientras se endeudaban a base de fichar estrellas, estrellitas y estrellados (como el caso del Valencia, por ejemplo). Una deuda que hasta Villalonga tomó las de Villadiego que vete tú a saber ahora quien la paga, con el negocio del suelo edificable por el suelo.

En Inglaterra los cuatro clubes más conocidos de la Premier (Liverpool, Chelsea, Arsenal y Manchester United) deben 1.500 millones de eruos. El Manchester United tiene como sponsor principal a la famosa American International Group, es decir, la AIG, aseguradora que ha tenido que ser rescatada por el Gobierno estadounidense hace unas semanas. Tanto la liga inglesa (Barclays) como la española (BBVA) están patrocinadas por dos bancos (el BBVA desembolsa 60 millones de euros por una chorrada tan grande como bautizar la primera y segunda división de fútbol con su nombre)

Tampoco carburan las economías de la Fórmula 1. El casto Max Mossley (que preside la Federación Internacional del Automóvil, FIA) tiene mucho trabajo por hacer ente orgía y orgía para ajustar los costes del “circo” (como llamó el Presidente de Ferrari al espectáculo tras el desastre de su equipo en Singapur) de la Fórmula 1, que afectarán a los "payasos" (como así llamó Mossley a las personas de los equipos tras escuchar lo del circo). Hemos visto como tras 8 años en la competición, Credit Suisse ha anunciado que abandonará los monoplaza de BMW. También participa en la competición la aseguradora Allianz que anda tocada. Royal Bank of Scotland (RBS), necesitado de liquidez como yo de comer algo a eso de las dos de cada tarde, patrocina al equipo Williams; ING (que de momento dice no tener activos tóxicos), "su otro banco", desembolsa cada año 100 millones de euros para ver si soluciona el problema de la junta la culata del R-28 de Fernando Alonso y puede adelantar a alguien un día de estos. y, ¡como no! no podemos olvidar al patrocinador del simpático Lewis Hamilton: D. Emilio Botín y el Santander. Como siga la crisis se baraja la posibilidad de que el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de 2010 se corra en Play Station

La burbuja de las telecomunicaciones

Si el modelo “avaricia-cortoplacista” solo piensa en crecer y crecer, ellos han tocado techo. Con 45 millones de españoles y 90 millones de contratos de teléfonos móviles, ¿qué piensan hacer para seguir vendiendo contratos? ¿Qué cada español tenga tres o cuatro? ¿Cómo rentabilizar las inversiones de las licencias 3G? Son muchas las incertidumbres para un sector de gran futuro pero con empresas gestionadas con herramientas del pasado

Una crisis de sistema

Las “burbujas Freixenet” explotan por el efecto del gas “avaricia-cortoplacista”. Al menos el espectáculo servirá para que muchos se den cuenta de la necesidad de reinventar el sistema. Porque el modelo actual nacido de aquellos acuerdos de Bretton Woods entraron en vigor en 1946 (el motor de la economía iba a ser el consumo. Los gobiernos han de hacer todo lo posible para que la gente consuma. De esta forma, las fábricas (fordismo) tendrían que trabajar a dos…a tres turnos…ampliar plantilla…porque hay que producir más…cientos de unidades al día….miles, millones… ampliar la fábrica…. comprar más máquinas…. comprar más materia prima…. dar trabajo a más gente… más gente que consume…. más productos que se necesitan… crecer, crecer, crecer…. consumir, consumir, consumir…) no tenía en cuenta una cosa: no se puede crecer hasta el infinito…en un Planeta finito.

Siguiendo así nos cargamos el Planeta antes de llegar al siglo XX (la única esperanza para la supervivencia del Planeta pasa por extinguir a la especie humana…tal y como la conocemos; es decir, sin re-inventar la humanidad no hay esperanza)

Ese mundo de gas “avaricia-cortoplacista” ha generado unas tasas de insatisfacción desconocidas. Hoy la gente es menos feliz que hace cien años. Trabajamos para consumir; y cada vez tenemos que trabajar más, porque si no consumimos, el mundo que nos rodea nos hace parecer una mierda. El trabajador americano que sale de casa a las cinco de la mañana, malcome una puta hamburguesa en 30 minutos y curra hasta que el sol comienza a perderse por el horizonte del océano Pacífico, es todo un icono del ser humano que ha creado ese modelo: un pobre desgraciado atrapado en el sistema.Lo que sucede ahora es que la gente se ha dado cuenta.

No. No se trata de una crisis de créditos subprime, ni de una crisis bancaria, ni de una crisis finanicera…como algunos nos quieren hacer ver. Se trata de una crisis de sistema. Las personas comienzan a darse cuenta que el consumo no genera satisfacciones (como decía el marketing…”satisfacer las necesidades del cliente”) sino que es el origen de muchas de sus insatisfacciones (entre ellas, la esclavitud de millones de personas que ven su trabajo como una condena).

Como en muchas ocasiones me han oído decir mis alumnos, no vivimos en una época de cambio…sino un cambio de época.

viernes, noviembre 28, 2008

Los señores de los trastos con ruedas atemorizan América

Nuestro amigo Carlos Alonso publica un interesante post en el blog del Executive MBA de ESEUNE.

Tras comprobar cómo se han abierto todos los grifos a saco para las entidades financieras (el corazón de la economía según muchos, que, si dejase de bombear, acabaría con la vida del paciente) los fabricantes de trastos con ruedas dicen ahora que ellos son tan necesarios para la economía como los bancos y como no venden un puñetero coche necesitan liquidez.Como la cosa ha provocado risa entre muchos, a los tres grandes de Detroit (a la sazón General Motors, Ford y Chrysler) nos les ha hecho gracia que en el Congreso les mandaran de vuelta para casa cuando fueron a solicitar dinero (por cierto, cada gerifante voló a Washington a pedir ayuda, ¡en su propio Jet privado!) y que regresaran cuando tuvieran un plan de inversiones para ese dinero, y por eso (los fabricantes de coches) han pasado a la acción mostrando lo que sería Estados Unidos si no les hacen caso: Apocalipsis now (or in a couple of months)

Los más tocados (GM) han creado un sitio web (GM Facts and Fiction ) que vienea decir (con un patético video) que la banca rota de las tres grandes afectaría, primero a sus 355.000 trabajadores en Estados Unidos; luego a los proveedores, para quiénes trabajan alrededor de 13 millones de norteamericanos (como dice Carlos en su post uno de cada diez trabajadores en el país está empleado en servicios relacionados con el automóvil siendo la industria automovilística el primer cliente de acero, plástico, cobre, aluminio, electrónica, etc. del país, con una contribución del 4% del PIB.

Para acojonar más al personal (recordemos al genial Michael Moore y su película Bowling for Columbine en la que nos cuenta cómo gestinan los estadounidenses el "miedo" para tener controlada a su población) dicen que en caso de conflicto armado hasta el ejército se puede quedar bloqueado porque sus Hummer no tendrían recambios para el filtro de aceite e iban a ser machacados por los talibanes a caballo.

Pero vamos a ver, "señores del motor de explósión". ¿Cómo demonios van a quebrar las tres a la vez? Si cae la GM, las pocas ventas que ahora tiene y su cuota de mercado (porque alguien estará comprando coches en USA, aunque sean pocos) se la repartirán entre los otros dos que sobreviven (con lo cual mejorarán su situación). Todos los trabajadores al paro de golpe no creo que se vayan. También cabe la posibilidad de que Tata, el Tato o quién sea compre esas fábricas cuando se produza la banca rota y con una mejor gestión, más próxima a la realidad del mercado con modelos más pequeños, económicos, eco-"lógicos", etc. aproveche el hueco de mercado dejado por el que caiga. Y hasa el ejército puede sustituir los Hummer por Toyotas Land Cruiser (será para echar unas risas, pero antes de mandar a los Marines en mula imagino yo que podrán ir en un vehículo que no sea americano, como hacen otros ejércitos del mundo...¡y no pasa nada! ¡Hasta Obama podría ir a la toma de poder en un Skoda Superb!)

Si el sistema financiero es el corazón que bombea la sangre a los diferentes órganos vitales (y necesariamente ha de ser intervenido y rescatado), yo veo a la industria del automóvil como el músculo (es importante que esté bien preparado para que funciones y genere resultados). Pero al contrario de lo que sucede con el corazón, no pasa nada si los biceps, triceps, cuadriceps...se agarrotan por unas agujetas. Además, aunque la industria del motor no quiera verlo, el siglo del músculo ha terminado y estamos en la era del talento.

Menos esfuerzo físico y más ideas. Menos generar pánico y más ilusionar con el futuro (vehículos silenciosos, con emisiones cero, autodirigidos...). Menos chorradas y más innovación

miércoles, noviembre 26, 2008

El momento de la innovación en la innovación

Mis alumnos y asistentes a mis conferencias me han oído decir en varias ocasiones: “¡Bienvenida la crisis!”. Me alegro porque, como ellos saben, pienso que los problemas son el catalizador de la innovación.

La crisis tiene impactos varios. La caída del consumo, el parón de la producción, etc. están requiriendo en esta primera fase inyección de dinero público, planes de rescate, recorte de costes. Sin duda esto es perjudicial para la innovación, pero no queda otro remedio que cortar la hemorragia del paciente. Cuanto éste se estabilice, los líderes (empresariales, políticos, económicos…) se darán cuenta de una cosa: el viejo modelo de negocio no funciona. En muchos casos (automoción por ejemplo) es insostenible. Es ahí cuando se generará el embrión de la innovación “disruptiva”, es decir, de la innovación en mayúsculas. Llegará la oportunidad para las ideas arriesgadas, los emprendedores tenaces y las personas creativas. El turno de la INNOVACION.

La moda de “hacer todos lo mismo” (que nos ha traído hasta estos lares) será sustituida por “es hora de hacer cosas diferentes”. Pero la INNOVACION (en mayúsculas) comienza por innovar en la forma de innovar. Hasta ahora se hacía dentro de la empresa, de la mano de un departamento de I+D (+i), confundiéndose con investigación… La INNOVACION será diferente; podrá ser innovación abierta (wikinnoation), podrá ser un trabajo crowdsourcing (el trabajo en conjunto entre compañeros para la resolución de los problemas de la empresa), podrá ser User-Centered-Innovation (originada por los propios usuarios), pero seguro, seguro, que será diferente.

Hace 100 años casi, en 1925, fruto de una joint venture entre AT&T y Western Electric nació Bell Labs (en New Jersey) de allí han salido (al margen de seis premios Nobel) la célula fotovoltaica, el transistor de silicio, el control del proceso estadístico, el sistema operativo UNIX, el lenguaje de programación C, la tecnología digital para móvil y redes de área local inalámbrica…. Todo ello porque trabajan en equipo investigadores multidisciplinares que integraban diferentes tecnologías. Ahora sucederá lo mismo: nanotecnología, genética, telecomunicaciones, nuevos materiales, nuevas energías….

viernes, noviembre 21, 2008

La Universidad española la peor del mundo avanzado

España va a sufrir...y mucho. Es algo que repito en mis conferencias desde hace años. Y es ahora cuando estamos comenzando a sufrir. Son muchos los que dicen que pronto veremos la luz al final del túnel... pero (como digo en http://vayacrisis.blogspot.com ) nos esperan unos años muy duros; en 2009 caeremos de forma continua todo el año (nada de recuperación en el segundo semestre), tendremos "mega-paro" y tardaremos al menos otros dos años en coger aire. Y no estamos haciendo las cosas bien para evitar problemas similares en un futuro porque en España falla el pilar básico para la competitividad de un país avanzado (como se supone que queremos ser): la educación.

Más allá del informe PISA (los adolescentes españoles son los 22 de la OCDE en conocimientos), hoy hemos visto que el Lisbon Council, un centro de estudios sobre asuntos europeos de Bruselas, ha publicado un informe que situa a España en el último lugar en un ránking sobre la calidad de los sistemas educativos superiores entre 15 países de Europa más Estados Unidos y Australia.

La capacidad de producir titulados con capacidades adaptadas a las necesidades del mercado de trabajo del país es nefasta. La capacidad del sistema de reformarse y cambiar para adaptarse es practicamente nula. Por o hablar de lo lejos que quedamos en excelencia del resto de universidades dl mundo avanzado (premios Nobel entre su profesorado y ex alumnos o el número de citas en revistas científicas)

La resultante de todos los elementos tabulados coloca a España a la cola de un grupo que encabezan Australia, Reino Unido y Dinamarca. De nuestros vecinos, Portugal ocupa el octavo puesto y Francia, el décimo.

Los autores subrayan que España ocupa lugares mediocres como el undécimo en ' inclusividad' (el porcentaje de problación en edad estudiantil que acude a la universidad, con el 33%) o el séptimo en ' educación para àdultos' (un 3,6% de estudiantes de entre 30 y 39 años) y subrayan como particularmente desalentador el puesto 16 en ' efectividad' , que mide el reflejo salarial en el mercado de trabajo de la titulación superior.

España tiene que "trabajar para restaurar el equilibrio entre las materias enseñadas en la universidad y el mercado laboral", dice el informe.

Además del farolillo rojo global, el sistema universitario español ocupa el último lugar en 'respuesta' , medida como la capacidad de cumplir los compromisos adquiridos en 1999 en Bolonia para hacer realidad la titulación superior homologable a escala europea en 2010, lo que suponía ofrecer nuevos programas de estudios a partir de 2006.

A pesar de lo bien que se vive en España, del sol, la comida y lo barato que es el alcohol, sólo un 2% de universitarios extranjeros acudan a realizar sus estudios en España. Si lo pensamos bien, ese 2% que viene seguro que lo hace buscando otras experiencias....

jueves, noviembre 13, 2008

Que la grua se lleve mi coche, por favor.

Ayer un alumno me preguntaba los motivos por los cuáles critico tanto a la industria del automóvil (y no es el único que me lo dice). Él es un fanático de los coches y me decía que hoy tecnológicamente son increíblemente superiores a cómo eran hace diez años (más seguros, más ecológicos, más baratos, más rápidos) y al mismo tiempo veía el sector como modélico en muchos aspectos (robotización, organización, comercialización). Además estaba seguro de que el sector iba a ser “rescatado” porque hablamos de la industria más importante del Planeta.


Comparto muchos de sus argumentos, pero sigo en mis trece. Como siempre matizo, en este blog doy mis opiniones personales que muchas veces no están fundamentadas en argumentos consistentes ni en datos reales, sino en mi subjetividad. Digo lo que pienso y aunque parezca lo contrario pienso lo que digo.

Comienzo por los coches: a mi no me parece que en 20 años hayan avanzado tanto. Yo comparo mi Golf GTI 16 válvulas de cuando tenía 20 años (y 20 kilos) menos, con mi Audi S3 de ahora y no percibo tantas diferencias: los dos eran negros, con tres puertas, un volante, tres pedales, una palanca de cambios. El GTI tenía radiocassette y el Audi tiene MP3; el techo del GTI se abría a mano y el del Audi es eléctrico; en la guantera del Golf llevaba la Guía Campsa y el S3 tiene GPS; pero poco más. Vale; el de ahora lleva ABS, ESP y varias cosas más (pero de las que no soy consciente cuando conduzco). Realmente ambos me transmiten sensaciones muy similares al ser conducidos (lógicamente no soy Sebastian Loeb para sacarle todo el jugo posible): aceleran, corren, tienen un sonido simpático, son juguetones…. No quiero parafrasear a Bill Gates cuando comparó la industria del automóvil y la de la informática, pero yo comparo mi iPhone de ahora con el teléfono de hace 20 años (un móvil que iba en una especie de caja y funcionaba como un walkie talkie) y las diferencias son notables; comparo mi ordenador de la Uni (un Amstrad con discos de cinco un cuarto, sin disco duro ni nada que se le asemejara) con mi Vaio, y es mundo. Internet no la puedo comparar porque simplemente no existía. Por no hablar de nuestro sistema de Teleformación Vía Satélite, los cursos online, etc. ¿Y que me dices de la posibilidad de crear un hermano que slave la vida a un niño gracias a las células madre? ¿Realmente los coches han evolucionado tanto como otras cosas de nuestras vidas? Siguen usando ruedas (un invento de hace 10.000 años), una carrocería inspirada en los carruajes (de hace 5.000 años), llevan motores de explosión (inventados a finales del XIX) y se conducen como los coches de los años 30 (con el volante, el acelerador, el freno, el embrague….).

Además, cuestan un pastizal. No solo por lo que hay que pagar para comprarlos, sino por lo que cuesta su mantenimiento: los neumáticos, las puñeteras revisiones, el seguro. Además, hay que comprar una plaza de garaje para los “señoritos” porque en la calle no hay sitio para que pernocten. Y todo para un producto que pasará el 90% de su vida útil parado: o durmiendo en esa plaza de garaje comprada a precio de oro; o aparcado a 20 minutos andando de nuestra oficina (el punto más cercano en el que hemos encontrado hoy sitio para aparcar). Dicen que consumen mucho menos, pero ¿cuánto menos? ¿en lugar de 10 litros a los 100, consumen 7 litros? Vale, eso es un 30% menos. Pero la gasolina está un 100% más cara. El ahorro de combustible no ha sido proporcional.

Y encima ahora los “disfrazan” de ecológicos. Es la leche. La contaminación de un coche es brutal: no solo en su proceso de fabricación, ni en las emisiones derivadas de la combustión (y la propia generación del combustible: extracción del petróleo, transporte, refino….) o en los desechos que genera (cuando se manda a la chatarra o mientras está vivo: piezas de recambio, fluidos contaminantes como el aceite, el agua de los lavacoches, …). Me refiero a la contaminación visual (las calles llenas de coches, atascos constantes en las autovías) y acústica (meten el mismo ruido que hace 20 años y las bocinas si que son más fuertes). Por no hablar de la destrucción del medio ambiente cuando necesitamos más autopistas para tantos y tantos millones de nuevos coches que nos “obligan” (casi) a comprar con esas estrategias comerciales (diseño, publicidad….) que vienen a decirte: “¡Eh!. Pero, ¿a dónde vas con ese buga desfasado? Así no eres nada guay tío!”; o esas fórmulas financieras (como el renting) que venden flotas que son sustituidas ¡cada dos años en muchos casos!

Hombre, tan modélica la industria no puede ser (como afirman algunos) cuando va a tener que ser “rescatada”. Es como lo de los bancos españoles: que dicen en público que son la leche y por la puerta de atrás de la Moncloa exigen 250.000 millones de euros porque si no se lía parda.
Tan listos no son, cuando en los últimos años se han volcado en coches como los todoterreno (el máximo exponente de la irracionalidad humana: miles de Cayenes, Q7 y X5 que en la puñetera vida van a pisar un simple camino forestal, que inundan nuestras ciudades: consumen un huevo; las ruedas cuestan el otro; los seguros son más caros; dos de cada tres huecos que encuentras para aparcar no les sirve; y están dejando sin pintura las columnas de los garajes de medio país). Por no mencionar lo contaminantes que resultan. En Estados Unidos las ventas han caído de manera espectacular (mientras subía el petróleo seguían fabricando pick-ups con motores V8 de gasolina) y han generado gran parte del agujero para el sector.

A los directivos se les exigía crecer (en ventas, en facturación, en beneficios) y además se les incentivaba a ello con multimillonarias primas por incentivos. Y así ha sido hasta que la burbuja ha estallado (pues vaya…de nuevo empleamos la palabrita “burbuja”): se ha ido inflando el mercado, hasta que ya no puede más. La gente en USA comienza a estar hasta las narices de los coches (en Europa más). Tarde o temprano prohibirán su uso en las ciudades (debería de ser ya: convierten las calles en lugares insoportables; el fin de semana estaba paseando por el casco urbano de Pontevedra, sin ver –ni oír- un solo coche y era una placidez encantadora; ¿por qué tenemos que seguir aguantando?. Ah claro…porque es un “sector estratégico”.

General Motors y Chrysler –que en la actualidad negocian una posible fusión-, se están quedando poco a poco sin dinero y han solicitado un préstamo gubernamental de bajo interés por 25.000 millones de dólares, alegando que el objetivo es “ayudar a las empresas automovilísticas estadounidenses a cumplir los nuevos estándares de eficiencia en el consumo de combustible”. Los tres grandes fabricantes estadounidenses han sufrido las peores consecuencias, con caídas este año en sus ventas del 25%. Se han visto envueltos en más o menos el equivalente a la tormenta perfecta; aún estaban en medio de un plan de recuperación, que incluía cosas como la reducción de los costes laborales o la reducción de los costes sanitarios y de las pensiones; asimismo estaban intentando modificar su línea de productos, ofrecer productos de menor consumo, y el precio del petróleo obviamente les afectó en mitad de estos cambios. Y ahora con la crisis financiera, la crisis de crédito, no pueden ofrecer crédito a aquellos interesados en adquirir un coche. Están siendo vapuleados por todos los frentes.

Simplemente: a lo largo de estos años, probablemente en la última década, estas empresas han cometido muchos errores estratégicos. Hace algunos años tenían una estructura sectorial muy favorable. Las fuerzas del sector eran muy positivas. Tenían poder sobre los suministradores. Tenían poder sobre los compradores. Los consumidores no sabían mucho sobre comprar un coche. Tenían tamaño, tenían cuota de mercado. Constituían básicamente un oligopolio de tres empresas. Pero de repente el mundo cambia. La competencia surge. Los clientes adquieren conocimientos gracias a Internet. Los suministradores se vuelven más poderosos.. Pones todos estos hechos en retrospectiva y simplemente han sido incapaces de gestionar bien sus empresas.
¿Con qué rapidez se recuperarán las cifras de ventas de automóviles? Un automóvil es el tipo de compra que la gente pospone en caso de malos tiempos. Pero no lo pueden posponer para siempre. Pero también hay un gran mercado ahora de coches de segunda mano. Creo que las empresas y el Gobierno USA harán todo lo posible para que estas empresas no se declaren en bancarrota. Pero si salen de la crisis saldrán muy tocadas.

Hombre; coches se van a seguir necesitando en el mundo; no podemos volver al caballo ni convertir a las bicis en nuestro medio de transporte. Y es muy difícil que suceda como en otros sectores: que lleguen nuevas empresas, de fuera, que sustituyan a las “jurásicas” (como ha pasado con la electrónica, la fotografía, estamos viendo en el software o en muchos servicios). Para “crear” una “unidad de transporte” innovadora se precisan recursos, I+D, tecnología…Pero….nunca se sabe.. Tiempo al tiempo.

martes, noviembre 11, 2008

Ramón Tamames y la crisis

Ayer lunes 10 de noviembre debatimos sobre la crisis en la Escuela de Negocios ESEUNE de la mano de Ramón Tamames. Alrededor de 150 personas (alumnos de los MBA de ESEUNE) de 12 países (40 de ellos son alumnos internacionales) participamos en un acto del cual extraigo las principales conclusiones.

1. Crisis han habido siempre; en el Siglo XVII la Crisis de los Tulipanes; en el Siglo XVII la Crisis de los Mares del Sur (cuya caida afectó a Isaac Newton tanto como la de la manzana; la Crisis del 29; las dos Crisis petroleras de los 70; la del 93; la de las puntocom...

2. Esta es una crisis con "red": los Estados minimizan el impacto y tienen mecanismos para evitar el caos...pero...¿cuanto aguantarán sus espaldas?

3. Nadie sabe aún el alcance de la crisis....luego no podemos hablar aún de soluciones

4. 2009 será el año de la recesión; a partir de 2010, una larga depresión: varios años de crecimiento muy bajo (necesitamos crecer por encima del 3% para volver a crear empleo y nadie sabe cuando sucederá: ¿será una "V" -una recuperación tan rápida como la caida- o una "L" -un estancamiento tras la caida?

viernes, octubre 24, 2008

Es el fin de una era

Estamos viendo continuos recortes de personal en la industria del automóvil. Escuchamos comentarios como “ajuste de plantilla coyunturales…hasta que la situación se normalice”. ¿Acaso alguno piensa que eso será posible?

Ya lo anunciábamos en el libro “De la Empresa Jurásica a la Empresa Evolucionada” en el año 2002. Es el fin de una era. Y las empresas que no hagan sus deberes, desaparecerán. Se extinguirán, como los dinosaurios. Y las primeras en caer serán estas empresas del sector automoción.

Henry Ford, el padre de la industria de la automoción, con su fabricación continua, en cadena… buscando llenar América con millones de coches, es todo un icono del problema.

No es cuestión de aburrir al lector con una chapa sobre historia, así que avanzaré rápido. En 1929 llega la Gran Depresión que entre otras cosas alienta a los Fascismos de la vieja Europa que nos llevan directos a la II Guerra Mundial. Tras el caos, hay que reinventar el mundo y algo así se hace entre el 1 y el 22 de junio de 1944 en un complejo hotelero de New Hampshire llamado Bretton Woods. Bajo las directrices de gurús de la época como el americano Harry Dexter White y el británico John Maynard Keynes se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo (allí se decide la creación del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y el uso del dólar como moneda internacional)

Aquellos acuerdos de Bretton Woods entraron en vigor en 1946. El motor de la economía iba a ser el consumo. Los gobiernos han de hacer todo lo posible para que la gente consuma. De esta forma, las fábricas (fordismo) tendrían que trabajar a dos…a tres turnos…ampliar plantilla…porque hay que producir más…cientos de unidades al día….miles, millones… ampliar la fábrica…. comprar más máquinas…. comprar más materia prima…. dar trabajo a más gente… más gente que consume…. más productos que se necesitan… crecer, crecer, crecer…. consumir, consumir, consumir…

Ese ha sido el paradigma de las últimas seis décadas. El consumo es el motor de la economía y todos hemos de lubricarlo. Pero claro, en un momento determinado la gente (que venía de una Guerra en la que había quedado sin nada) ya tenía de todo. Pero el motor no se puede gripar. Hacen falta nuevos productos, productos que duren menos, estimular el deseo de tirar el viejo producto y adquirir uno nuevo… más caro… más completo….

Ese mundo ha generado unas tasas de insatisfacción desconocidas. Hoy la gente es menos feliz que hace cien años. Trabajamos para consumir; y cada vez tenemos que trabajar más, porque si no consumimos, el mundo que nos rodea nos hace parecer una mierda. El trabajador americano que sale de casa a las cinco de la mañana, malcome una puta hamburguesa en 30 minutos y curra hasta que el sol comienza a perderse por el horizonte del océano Pacífico, es todo un icono del ser humano que ha creado ese modelo: un pobre desgraciado atrapado en el sistema.

Lo que sucede ahora es que la gente se ha dado cuenta. No. No se trata de una crisis de créditos subprime, ni de una crisis bancaria, ni de una crisis finanicera…como algunos nos quieren hacer ver. Se trata de una crisis de sistema. Como en muchas ocasiones me han oído decir mis alumnos, no vivimos en una época de cambio…sino un cambio de época.

Las personas comienzan a darse cuenta que el consumo no genera satisfacciones (como decía el marketing…”satisfacer las necesidades del cliente”) sino que es el origen de muchas de sus insatisfacciones (entre ellas, la esclavitud de millones de personas que ven su trabajo como una condena).

La gente se ha preguntado: ¿Y qué pasa si no tengo una televisión de plasma de 42 pulgadas? ¿Y qué más da si en lugar de vestir con Armani me compro la ropa en Zara? ¿Y qué más da si la mesita del salón es de Ikea? ¿Y qué pasa si no cambio de coche cada cinco años? Y la respuesta no es simplemente “no pasa nada” sino que en muchos casos es “’¡joder! ¡Si soy más feliz!”
Volvamos a las empresas. Muchas de ellas han diseñado sus escenarios con dos premisas incuestionables según ellos:

- La gente no puede dejar de consumir (y si ellos no lo hacen, los chinos lo harán)
- Tenemos que crecer, para satisfacer ese consumo estimulado, pero eso si, con el dinero de los demás (en realidad con el dinero de los mismos consumidores). Las empresas necesitan endeudarse para funcionar. Son pocas las que funcionan con recursos propios (y estúpidas dirían muchos) y todo se basa en endeudarse: los consumidores para adquirir y las empresas para producir aquello que los consumidores desean consumir.

Y hay una tercera derivada, que si bien no es incuestionable, pocos quieren hablar de ella: el modelo nacido de Bretton Woods, basado en el consumo, plantea consumir “hasta el infinito” (¡y más allá!). Pero de la casualidad de que el mundo es “finito”. No hay recursos en el planeta para sostener el sistema.

Total, que no es una crisis financiera, sino crisis de sistema.

Vuelvo a los coches. Hoy leo que las acciones de Volvo caen un 21%, las de Reanult un 12,5%, las de Peugeot un 11%. Hace unos días dije que pronto íbamos a ver quebrar (desparecer…nada de “regular empleo”…sino desintegrarse completamente) en los próximos meses al menos tres grandes empresas de automóviles: una en USA (GM tiene todas las papeletas) otra en Europa y una en Asia.

No es que quiera dármelas de adivino. La cosa es clara. No pueden vivir sin un volumen de producción de la leche. Para ello como decía necesitan que la gente cambie de coche cada tres años. Y la gente, no es que no pueda (que no puede) sino que, aunque vuelva dentro de un par de años a “poder”, no le va a “dar la gana”. Además, el coche es algo cada vez más estúpido. Es casi imposible moverse con él por las ciudades; el 90% de su vida útil está parado (en el garaje de casa, en la calle cuando trabajamos); se lleva una buena tajada de nuestros ingresos (el seguro, las ruedas, mantenimiento, la plaza de garaje.

El primer dinosaurio, la primera empresa jurásica, está a punto de caer. ¿Qué especies sobrevivirán? Como decía mi gurú favorito, “no serán las más fuertes; ni tan siquiera las más inteligentes; las especies que sobrevivirán son aquellas que mejor se adapten al cambio”.

jueves, octubre 09, 2008

¿Cuanto vale una paella?

¿Cuanto vale un plato de arroz? Una cosa es lo que cuesta (que puede ser menos de un 1€; se hace macropaellas por 300€ con las que comen 500 personas) y otra lo que vale: lo que el cliente está dispuesto a pagar por él. Y este aspecto guarda relación directa con el VALOR: la relación entre lo que paga (el precio) y los beneficios que recibe.

Ayer vimos como un restaurante de Barcelona, el Morrysom, daba menús por 1€. Un plato de arroz (más un segundo plato y un postre) por 1€. También vimos hace unos meses un restaurante de Valencia que daba paellas a 5€.

Y ayer también vi que Sofrito, un establecimiento de cocina de puertoricense situado en el Upper East Side neoroquino, presentaba nuevo plato: una paella de marisco que se vende por 1.000 dólares.



Cierto es que la paela de marras llevas ingredientes importados de España (jamón ibérico y angulas) y de Italia (trufas y aceite de trufa) y con productos estadounidenses, como las langostas (Maine) o las gambas (Alaska). Pero no deja de ser una puñetera paella.

El dueño (un tal Morales) se ha "inspirado" en el restaurante que vende pizzas para pijos por 1.000 pavos o los varios establecimientos que cobran 200 dólares por una haburguesa. Según él, la paella de mil pavos será un éxito a pesar de la crisis económica. ¿Por qué? Porque dice que existen clientes con dinero suficiente y disponibilidad para gastarlo (entre los habituales del Sofrito están la actriz Jennifer López o el jugador de béisbol Carlos Beltrán).

Según la guía gastronómica de Nueva York Zagat 2009, que acaba de salir al mercado, el 38% de los neoyorquinos están reduciendo sus comidas en restaurantes exquisitos por la ralentización de la economía. Por primera vez desde 2003 se ha recortado el número de aperturas de restaurantes en la gran manzana (de 163 a 119). Y los que abren, sufren de lo lindo por la falta de clientela.

Es un ejemplo de la bipolarización de los mercados y el valor del VALOR

martes, octubre 07, 2008

Vaya crisis

He decidio llevar un "diario de la crisis", a mdo de cuaderno de bitácora de un navegante que transita por mares turbulentos, en http://vayacrisis.blogspot.com/

viernes, octubre 03, 2008

Crisis, crisis, crisis

Seguro que en más de una ocasión, a lo largo de las últimas semanas, cuando te has sentado delante del televisor y te han bombardeado con noticias sobre la crisis (quiebras, planes de rescate, caídas de la bolsa, paro…) te has preguntado…¿Y todo esto? ¿Por qué?

Hemos leído y escuchado muchas cosas sobre ello. He refundido algunas de las más clarificantes para intentar explicar de forma sencilla qué es lo que está pasando.

Los orígenes

Todo comienza con Internet. Si, si; aunque parezca mentira, ahí está el origen. En 1992 comienzan a aparecer artículos de una “cosa llamada Internet”; se multiplica el número de usuarios, de sitios web; aparece el comercio electrónico; y algunos escribimos cosas (“Marketing en Internet” a mediados de los 90) como: “Internet no es un fenómenos informático; ni tan siguiera un nuevo medio de comunicación; Internet es un mercado”.

Y las personas comenzamos a volvernos locas con eso de Internet. Amazon nace en 1994 y poco después sale a Bolsa multiplicando por 200 su valor; en España vivimos algo similar con el fenómeno Terra; nace el fenómeno de las stock options y vemos come empleados de pequeñas puntocom que salen a bolsa se hacen millonarios en menos de una semana; y así cientos de casos.

Hasta que un día la burbuja estalla. Comienzan a quebrar puntocoms (como el caso de e-Toys sobre el que tanto habíamos hablado a finales de los 90 y sobre el cual todavía algunos me siguen vacilando), las que sobreviven pierden un 80% de su valor en bolsa; las stock options ya no valen nada; los ejecutivos que dejaron puestos de trabajo estupendos para irse a currar a una puntocom se quedan en el paro y tienen que devolver el Porsche Boxter que pagaban con un leasing…

La economía americana despierta de su sueño inmersa en una pesadilla. Y es entonces, en 2001, cuando, para aliviar las penas y reactivar una economía que se había acostumbrado a un ritmo desmesurado, la Reserva Federal de Estados Unidos comienza a bajar los tipos de interés: del 6,5% al 5%; del 5% al 4%; en dos años el precio del dinero cae hasta el 1%. ¡Dinero gratis! O casi…

La era del dinero gratis

Algunos entonces se meten una sobredosis de crédito…porque con esas condiciones, el que no se endeudara sería imbécil. Sobre todo en un mercado que empezaba a despegar: el mercado inmobiliario.

Como el dinero es barato, la gente cambia de casa. Por unos pocos dólares al mes, una vivienda el doble de grande; y con jardín, garaje para cuatro coches, piscina… En menos de 10 años el precio real de las viviendas en Estados Unidos se multiplica por dos.

Pero no todos estaban felices con los tipos tan bajos. Los bancos veían como su negocio se hacía cada vez más pequeño: por un lado daban préstamos a un tipo de interés ridículo; y claro…por el otro lado, al que hacía un depósito como mucho le regalaban una agenda y un boli BIC con el logotipo del Banco…porque lo que es remunerarle… (y a los capullos que lo tenían en una cuenta corriente…ni eso: cero de interés y encima les cobraban comisiones de mantenimiento). Los márgenes de intermediación de la banca se estrechaban peligrosamente. Había que hacer algo al respecto. La respuesta parecía obvia:

- Si ganamos poco con cada operación y queremos volver a ganar la pasta que ganábamos antes, tenemos que hacer 10 veces más operaciones. Es decir, buscar más clientes.

- Si ganamos una mierda trabajando con los clientes de toda la vida, busquemos otros clientes a los cuáles podamos cobrar más intereses (y así es como muchos bancos dejaron, por necesidad, de ser tan segurolas y comenzaron a dar préstamos más arriesgados con los cuáles cobraban más intereses)

Algún iluminado mezcló las dos opciones (hacer más operaciones y con mayor riesgo) y se ocurrió ofrecer hipotecas a un tipo de clientes a los que en la puñetera vida habrían dejado entrar en el banco: al tiradillo sin trabajo fijo, sin ingresos fiables y sin propiedades (lo que Abadía llama “ninja”: no income, no job, no assets - http://leopoldoabadia.blogspot.com/ )

Los vendedores de sueños

Un tío trajeado se encontraba a un homeless durmiendo la mona en el porche de una casa semiabandonaba y le despertaba dándole una pequeña patadita con su zapato italiano en la espalda diciéndole: “eh tío; ¿qué haces ahí durmiendo con el frío que hace? ¿No estarías mejor dentro? ¿Qué te parece si te compras la casa?”

No; no era un sueño. Era realidad (aunque a la larga si fuera un sueño: una pesadilla para ser más precisos). El tipo del traje de 600 dólares es uno de los miles de vendedores de hipotecas que muchos bancos habían puesto a patear calles en busca de nuevos clientes a los cuáles jamás se les habría concedido un préstamo (no tenían ni puñetera idea sobre solvencia…y su sueldo dependía directamente del número de hipotecas que conseguía). Y así fue como a millones de individuos sin propiedades previas ni ingresos fiables los bancos les dieron pasta para comprar una casa (eso si, como compensación por nuestra generosidad –gracias a nosotros tendrás casa propia- te vamos a cobrar un tipo de interés mayor). Muchas personas que vivían de alquiler vieron como era más barato comprar una casa (y el que se quedaba de inquilino era tachado de estúpido).

Además, como el precio de la vivienda subía cada mes, algunos bancos no veían mucho riesgo conceder créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que compraba el ninja (los listos de ellos –los bancos- pensaban que, con el citado boom inmobiliario, esa casa, en pocos meses, valdría más que la cantidad dada en préstamo al pobre ignorante).

Las “prime” y las “subprime”

A las hipotecas con poco riesgo de impago se les llamaba “prime” (en una escala de 300 a 850 puntos eran las que superaban los 620 puntos). Y entonces a alguien se le ocurrió llamar “hipotecas subprime" a aquellas cuyo riesgo era tal que en las escala quedaban cerca del 300.

Algunos bancos no veían esta práctica como arriesgada (sino como rentable). La economía americana pitaba y si el deudor se iba al paro encontraría trabajo echando leches y pagaría la deuda sin problemas. Es más, como la casa cada vez valía más, los clientes aumentaban su hipoteca para reformarla primero; decorarla después; poner una bañera de hidromasaje, televisores de plasma…comprar un coche e irse de vacaciones.

Con tanta necesidad de multiplicar operaciones para seguir generando suculentos beneficios, los bancos americanos daban préstamos a la velocidad de la luz…a todo pichichi….y se quedaron sin pasta.

La solución fue también obvia: ¿el mundo no está globalizado? ¡Pues vayamos a otros países a pedir dinero! Como cuenta Abadía en su blog, “con ello, el dinero que yo, hoy por la mañana, he ingresado en la Oficina Central de la Caja de Ahorros de San Quirico de Safaja puede estar esa misma tarde en Illinois, porque allí hay un Banco al que mi Caja de Ahorros le ha prestado mi dinero para que se lo preste a un ninja. Por supuesto, el de Illinois no sabe que el dinero le llega desde mi pueblo, y yo no sé que mi dinero, depositado en una entidad seria como es mi Caja de Ahorros, empieza a estar en un cierto riesgo. Tampoco lo sabe el Director de la Oficina de mi Caja, que sabe -y presume- de que trabaja en una Institución seria. Tampoco lo sabe el Presidente de la Caja de Ahorros, que sólo sabe que tiene invertida una parte del dinero de sus inversores en un Banco importante de Estados Unidos”.

Y la gente en España, cuando oye hablar de las hipotecas basura estadounidenses dice "¡Qué locuras hacen estos americanos!", sin ser conscientes de que se pueden quedar más pelaos que el culo de un mono.

Pero volvamos a Estados Unidos. Con tanta hipoteca concedida a todo ser viviente bípedo y con habla, los bancos se acuerdan de una cosa llamada "Normas de Basilea " (que exigen a los Bancos de todo el mundo que tengan un Capital mínimo en relación con sus Activos). Esos Bancos que están pidiendo dinero a otros Bancos y dando muchos créditos ven como su porcentaje de Capital sobre el Activo baja y no cumple con las citadas Normas de Basilea.

Y de nuevo a alguien se le ocurre una brillante idea: cogen un puñado con miles de hipotecas (buenas, malas…de todo) y las “empaquetan”. Como si fueran garbanzos de diferente calibre: todos juntos en el saco, nadie sabe cuántos son buenos ni cuántos malos; o como un paquete con una docena de huevos, de los cuales ocho están podridos (pero como nadie nunca va a abrir el paquete, no pasa nada).

Y el paquete se convierte en un “SIV” (Vehículo de Inversiones Estrucutrado) llamado MBS (Mortgage Backed Securities, es decir, Obligaciones Garantizadas por Hipotecas) listo para ser vendido.

Y por arte de magia financiera, donde antes el banco tenía mil hipotecas sueltas dentro de su cuenta de “Créditos concedidos” ahora tiene 10 “paquetes”….listos para ser vendidos y así parar a formar parte del “dinero de caja” del activo del banco (con lo cual el porcentaje capital/créditos concedidos del banco mejora y cumple las Normas de Basilea.

Pero ese “paquete” (que tiene de todo, malo…bueno….”prime”…”subprime”… pero nadie sabe lo que tiene) tiene que ser vendido. Llegan los expertos en marketing y les ponen un buen nombre (Bearn Stearns llamaba a uno“Fondo Estratégico de Crédito Estructurado de Alta Gama”). Un intermediario financiero de Wall Street llama a un cliente de Tokio y le dice:

- “Tengo un Fondo Estratégico de Crédito Estructurado de Alta Gama para venderte”
- “¿Qué tiene?”
- “Ni idea”
- “¿Y cuanto vale”
- “Ayer noventa. Hoy cien millones de dólares”
- “Vale, ¡lo compro!”

Pero para vender esos paquetes no basta con un nombre. El banco no puede venderlos directamente porque los compradores sospecharían de que el mismo banco quisiera venderle algo tan rentable (al margen de los problemas jurídicos para hacerlo). Y, como cuenta Abadía, el banco crea unas entidades filiales (los conduits) que no son sociedades, sino trusts o fondos, y que, por ello no tienen obligación de consolidar sus Balances con los del Banco matriz. Es decir, de repente, aparecen en el mercado dos tipos de entidades: el Banco de Illinois, con la cara limpia ; el Chicago Trust Corporation (o el nombre que le queráis poner).

Pero claro, al “Chicago Trust” (el “señuelo”) le hace falta pasta para comprar al “Banco de Illinois” el “paquete”. ¿De dónde lo saca? Pues muy fácil: pidiendo dinero a otros bancos que siguen como locos con ganas de hacer operaciones (o a bancos de otros países). O a través de los Bancos de Inversión (tan de moda hoy en día porque salen en todos los telediarios) que los venden a Fondos de Inversión (de esos que el director de tu banco te anima a comprar porque tienen una rentabilidad superior al mercado), Sociedades de Capital Riesgo, Aseguradoras, Financieras,….

Y todo ello se va derivando en otros productos, entidades, sistemas de rating, etc. que si te interesa se explica muy bien en http://leopoldoabadia.blogspot.com/search/label/%2B%20ANEXO%201%20Crisis%20NINJA

Todo ello sobre una base: a nadie se le pasa por la cabeza que la gente deje de pagar sus hipotecas basura.

La torre de naipes se menea

Pero ¡ay amigo! Una de las cartas de la torre de naipes se menea. Y luego otra…y otra.

La economía norteamericana se enfría, la Guerra de Irak deja las cuentas públicas temblando, el petróleo se dispara, el desempleo en Estados Unidos crece, los tipos suben… y el precio de las viviendas…¡comienza a caer!

Muchos “ninja” se dan cuenta de que no merece la pena seguir pagando por una casa que ahora vale menos…y dejan de pagar la hipoteca; y siguen viviendo en “su” casa…hasta que alguien les desahucie. Otros ven que aunque que quieran quedarse con su casa…no pueden pagar la hipoteca.

Y la gente comienza a darse cuenta de que en esos “paquetes” las “manzanas podridas” pueden acabar con las “manzanas sanas” y dejan de comprarlos. El precio de los “paquetes” cae en picado (y el director de la oficina de la Caja de Ahorros de tu localidad te dice que ahora vale el 40% de lo que pagaste….¡y explícale a tu pareja lo de los “ninjas”, los VIS, los MBS, el Chicago Trust, Morgan Stanley y la madre que lo parió!)

Nadie se fía de su sombra

¿Y ahora qué? Si alguno espera saber dónde está la pasta…ya puede esperar sentado. Pero eso no es lo más grave: nadie sabe la cantidad de mierda que hay realmente dentro de esos paquetes. Y por eso, como nadie los sabe, nadie se fía ya de nadie. Y no le preguntes al director de tu banco…porque él no tiene ni idea.

Y es entonces cuando los bancos van al “interbancario” (ese mercado en el que unos bancos se prestan dinero entre ellos) y como nadie se fía, nadie presta (o presta a un precio de oro). Y así, el “Euribor” y otros “Ibor” (Interbank Offered Rate o tasa interbancaria) por las nubes.

Dicho en otras palabras: los bancos, que tradicionalmente se han caracterizado por ser unos señores que te dejan un paraguas cuando hace sol y piden que se lo devuelvas cuando empieza a llover, ahora ni eso. Es decir, como tienen poco dinero, no dan créditos (y al que se lo dan, se lo cobran bien). No dan hipotecas (y en España hay ya un millón de pisos sin vender…o que nadie puede comprar). Como no tienen guita, ¿qué hacen entonces? Venden sus edificios (como el Santander), venden sus participaciones en empresas, nos machacan con publicidad y promociones para que metamos dinero en depósitos (te regalan lo que sea).

Con el Euribor pegado al parachoques del “Halcón Milenario” y los bancos más secos que la mojama, en España no se vende un puñetero piso.¡Ya hay un millón de viviendas sin vender en España! Las cifras oficiosas hablan de caídas en las ventas superiores al 60%. Hasta hace poco se decía que los precios habían “comenzado a moderarse” creciendo un poquito por debajo de la inflación. Pero ahora están cayendo alrededor de un 10%. Cuando el FMI decía que los precios de la vivienda en España eran una locura, nadie les hacía caso. Ahora los promotores andan refinanciando sus deudas con los bancos (porque no venden un solo piso) y descubren que el suelo que compraron hace unos meses para dar otro “pelotazo”, como bajen más los precios, será mejor que se lo “cedan” a su banco porque construyendo los 64 pisos de lujo previstos van directamente a la quiebra. ¿Se ha preguntado alguien que demonios harán los bancos con tanto ladrillo y tanto suelo embargado? ¿Mini-golfs? ¿Campings? ¿Lo cederán a la Iglesia de la Cienciología?

Los precios de las viviendas bajan. Muchas personas se encuentran con hipotecas que valen más que la vivienda que tienen hipotecada. Eso quiere decir que, si esas personas hacen su Balance, quedaría así:

- Compré una casa por 200 y hoy vale 100 (Activo)
- Tengo una hipoteca sobre esa vivienda por 200 (Pasivo)

Eso quiere decir que los fondos propios de muchas familias españolas (activo menos pasivo) son negativos (-100). O sea, que están en quiebra técnica. Solo les diferencia de los “ninja” americanos una cosa: la familia les puede echar una manita llevando al Monte de Piedad las joyas de la abuela.

Pero la crisis del ladrillo no solo afecta a los promotores y constructores. También a los fabricantes de ladrillos; y a los de cemento (las ventas han caído un 15%) cerámicas, tuberías, sanitarios, grifería, marcos, ventanas, puertas (el fin del milagro de Villacañas, un municipio de La Mancha toledana con tan sólo 10.700 habitantes donde, sin árboles ni bosques a la vista, se ha concentrado en los últimos años la mayor capacidad nacional de producción de puertas y cada semana salían de sus ocho plantas -con entre 300 y 500 empleados- más de 20.000 puertas en todas las direcciones de la Península. Hasta el año pasado, los distribuidores hacían cola y los 4.000 empleados del propio Villacañas y municipios situados en un radio de 50 kilómetros a la redonda hacían horas extraordinarias para atender la demanda. Un 25% de esos empleados ya han perdido su puesto de trabajo en lo que va de año), cerraduras, enchufes, ascensores, etc. Si este año se venden 500.000 viviendas menos que en los años anteriores, digo yo que afectará también a los fabricantes de muebles y de electrodomésticos. Los aserraderos verán como baja la demanda de maderas para el encofrado y para los propios muebles. ¿Y toda la industria auxiliar de los electrodomésticos? Componentes electrónicos, troqueles, chapa, embalaje….
El cliente no compra sofás ni lavadoras. El fabricante no los fabrica. Y el distribuidor no los vende. ¿Qué pasa con los miles de tiendas dedicadas a la venta de muebles y electrodomésticos? ¿Y los servicios asociados (transportistas, montadores, electricistas, fontaneros, hojalateros…? Servicios que han sido otro de los tractores del crecimiento en la última década y que están perdiendo empleo a la velocidad de la luz. Y cuéntales tú lo de los ninja.

Y lo peor de todo es que nadie puede decir…hasta dónde llegará esto. Hay quien dice que el Crack del 29, comparado con esto, es un juego de niñas en el patio de recreo de un convento de monjas.

En el 2009 tendremos más paro y déficit; en el 2010 crisis aguda; y si alguien no lo remedia, antes del 2015 podemos ver la insostenibilidad del sistema social en España.
Para muchos es una época de cambios. Yo pienso que es un cambio de época. En todo caso amigo mío, tiempo (más del que se imagina), paciencia (más de la que tiene) y tesorería (mucha más de la que tiene).

Y para quitarle un poco de hierro al asunto, una entrevista con un tiburón de las finanzas: http://www.dailymotion.com/swf/k3vjGnFW0yxqrYHSpY

martes, septiembre 16, 2008

Revistas de plástico

Buena noticia para los árboles: una empresa americana ha presentado en la feria DEMO de San Diego un nuevo papel electrónico, ¡de plástico! Plastic Logic (http://www.plasticlogic.com/) ha desarrollado una lámina de plástico de 26 centímetros altura y 20 de ancho que sirve para leer documentos electrónicos (sin hacer daño a las vista). Es una pantalla enterita de plástico, sin un solo cristal, que permite leer incluso al sol (sin brillos, reflejos, etc.). Tiene un formato majo (26 x 20) pantalla táctil. Esperan lanzarlo en 2009, pero aún no tienen ni tan siquiera nombre.

Que complejo es encontrar cosas simples

Muchos no parecen darse cuenta de una palabra que adora el consumidor: simplicidad. Lejos de esa idea quedan muchos productos y servicios que cotidianamente nos ofrecen: lo complejo que es contratar y configurar un acceso 3G a Internet (más complejo todavía es dar de baja un ADSL), calcular el precio exacto de un viaje sobre el catálogo suministrado por una agencia, configurar el buzón de voz del móvil,etc.

Datawind acaba de presentar en España su PocketSufer2, un producto/servicio que se caracteriza por su simplicidad (y coste razonable, una buena combinación). Es un dispositivo que por 239 euros viene con acceso móvil a Internet, sin necesidad de firmar ningún contrato, ni darse de alta en ningún operador de telecomunicaciones.

Solo con comprarlo y arrancarlo, ya tenemos acceso a Internet dese cualquier sitio, durante 30 horas mensuales. Si al año que viene queremos renovar el servicio, pagamos una cuota de 70 euros. Y aquel que quiera navegar más de 30 horas al mes, paga 20 euros para tener acceso ilimitado cada mes. Un innovador modelo caracterizado por su simplicidad y buen coste (como decía, una excelente combinación en tiempos como los actuales)

El aparato en si es lo que menos me gusta de la idea: no es un móvil (muy lejos de ser una Blaxberry o un iPhone), no reproduce sonidos, no permite almacenar imágenes, ni documentos ( aunque sí abrirlos), no usa conexiones Wifi, ni tampoco las redes 3G (es GPRS, con lo cual la navegación va a resultar lentita, aunque Datawind asegura que su PocketSurfer2 carga cualquier página web en 5 - 7 segundos por su sistema de compresión de páginas web, que permite reducir hasta 30 veces su tamaño original y optimizar el ancho de banda en el envío de los datos por GPRS). Al menos el usuario podrá usarlo desde cualquier lugar con conexión telefónica móvil son tener que ir buscando cobertura 3G o una red wifi gratuita y l dispone de una pantalla amplia así como teclado (y Google Maps).


Datawind actúa como un operador virtual (en España su socio es Orange, proveedor de las tarjetas SIM que vienen integradas en los PocketSufer2 y del tráfico). Y por último, la distribución la realizarán a través de Mediamarkt.

lunes, septiembre 15, 2008

¿Están preparadas nuestras empresas?

Después del verano algunos de vosotros me habéis pedido una copia de miartículo "¿Están preparadas las empresas españolas para el desafío de la innovación?" públicado en Índices. Pues bien, lo podéis descargar de www.eseune.edu/innovacionER.pdf

viernes, junio 27, 2008

Aquellos chalados en sus locos cacharros

Londres, 1910. El editor de un periódico británico organiza una carrera entre Londres y París y sus participantes corren todo tipo de avatares. Del título de esta vieja película de 1965 he sacado el titular de este post. Porque así es como nos veremos a nosotros mismos dentro de diez años cuando recordemos nuestras experiencias a los mandos de nuestros actuales atomóviles: como chalados conduciendo locos cacharros.

Cacharros que, dicho sea de paso, se llevan después de la hipoteca la principal tajada del presupuesto de las familias, no solo por su elevado precio de compra, sino pro la pasta que cuesta llenar su depósito (¡y lo que costará el año que viene: 100 euros de media), las ruedas, el mantenmiento, el seguro...por no mencionar que por el precio que algunos pagan por una plaza de garage podrían irse durante 10 años de vacaciones a un hotel de lujo. Y, sobre todo, porque con esos locos cacharros nos cargamos el Planeta con sus emisiones.

Afotunadamente, nuestros amigos de Tecnalia han presentado esta mañana en el Parque Tecnológico de Bizkaia un coche cuyo motor eléctrico está alimentado por una pila que funciona con un concepto mixto de batería e hidrógeno.


Llenar su depósito es siete veces más barato que el de un coche con motor de combustión y lo más importante: su única emisión es agua (aunque hay que tener en cuenta que consume energía eléctrica en el proceso de carga de las pilas; aún así el uso de estos coches reduciría un 80% las emisiones globales)

El coche está concebido para el transporte por ciudad y su silencioso motor es movido por una pila de combustible que utiliza hidrógeno almacenado a una presión de 200 bares. Cuenta con un sistema de baterías de alto rendimiento para darle un empujoncito extra en las cuestas y en los adelantamientos que se carga en pocos minutos simplemente enchufándolo en nuestro garaje (o en cualquier sitio) a una toma normal de 220 voltios.

Aún queda mucho por hacer; sobre todo de cara a la producción, almacenamiento y distribución de hidrógeno y al desarrollo de nuevos conceptos de baterías (más pequeñas, con mayor velocidad de carga y sobre todo, más longevas y económicas). Pero lo siento por los amantes de los monstruos V8, las "balas dispararadares" de 300 cv y los cacharros clásicos, pero el motor de combustión es una especie en peligro de extinción. Pronto dejarán de producirse y además se restringirá su uso: un paseíto al mes para que usted de una vuelta en su “clásico” de la era del petróleo (lo siento por el que se acaba de dejar 100.000 euros en un Cayenne, pero al fin y al cabo no deja de ser algo más que un “cacharro” que se asemeja más al Ford T que al vehículo de la tercera década del siglo XXI; tan "locos cacharros" son esos coches....como "chalados" somos sus dueños)

martes, junio 10, 2008

Lecciones de una huelga mal definida (que no indefinida)

Es la noticia del día. Algunos transportistas van a la huelga (otros no) argumentando que con la subida del precio de los combustibles “pierden dinero”. Una huelga "indefinida" que en realidad es "mal definida", porque entre otras cosas no es una huelga (un paro profesional o algo por el estilo, porque no hay trabajadores que reclamen a sus patronos mejores condiciones laborales, sino empresarios que lamentan su ineficiencia) y las reivindicaciones están desenfocadas (protestar ante el Gobierno por la subida del petróleo es como si los hosteleros exigieran al Ministerio de Turismo que mejoraran las condiciones climatológicas este verano o los organizadores de la Volvo Ocean Race reclamaran viento porque Eolo se ha tomado unas vacaciones)

¿Por qué algunos transportista pierden dinero?

Porque con el precio que cobran por sus servicios, no obtienen beneficios ya que sus márgenes se han estrechado peligrosamente con el incremento de costes derivado del precio del gasoil. ¿Qué hacer cuando se incrementan los costes si no se quiere sacrificar el margen? Lógicamente, subir precios.

¿Por qué no suben los precios todos los transportistas?
Porque los clientes (la demanda) no lo aceptan ya que otros transportistas siguen ofreciendo el mismo servicio sin subir el precio (oferta). ¿Cómo es posible?

Son múltiples los factores pero, al igual que sucede en casi todos los sectores, la estructura de costes de las empresas no son las mismas. El coste del combustible es el mismo para todos, pero otros costes no. La gestión del mantenimiento, la amortización del camión (les diferente porque varían los precios de compra en función del volumen de unidades adquiridas, el modo de pago –leasing, renting- las condiciones de los productos financieros –tipos de interés, comisones,…), la optimización de rutas (algunas empresas utilizan tecnologías diversas –GPS, sistemas informáticos, conexión online con centrales…), el nivel de servicio (garantías al cliente, rapidez de respuesta, atención al cliente…), los seguros, la gestión financiera (recuperación de IVA´s, tesorería, coberturas de subidas de tipos para los créditos de compra de los camiones, leasings, etc…). El camionero de toda la vida no puede competir con las grandes (y más eficientes) empresas.

¿Es el precio del gasoil el culpable de la huelga?

No. Ni tampoco las tarifas o precios. La causa de la situación es la ineficiencia de algunas empresas (o empresarios autónomos) que no les permite competir con otras que han sabido “hacer sus deberes”. Una situación (“pequeños” que no pueden con la eficiencia, y consecuentemente los precios, de los “grandes”) que la hemos visto en otros muchos sectores (tiendas de alimentación, supermercados, pequeño comercio, agencias de publicidad, industrias, etc.) En estos sectores los “pequeños” que han sobrevivido han tenido que especializarse, diferenciarse, identificar nichos…en definitiva, reinventarse.

¿Se solucionará el problema?

No. Suponiendo que fuera posible (que lo dudo) un gasóleo profesional (¿quiénes serían “merecedores” de ese combustible subvencionado? ¿sólo los transportistas? ¿qué sucede con los autobuses, los taxis, los tractores, los barcos de pesca, las embarcaciones de transporte de pasajeros, las furgonetas de reparto de los comerciantes, las grúas, los vehículos de los comerciales, las motos de Telepizza…? ¿no son todos profesionales? ¡Si hasta Fernando Alonso podría exigir un combustible subvencionado porque “vive de su coche”!) el precio del gasóleo sería el mismo para todos (incluidos los “eficientes”) que podrían entonces bajar sus precios. De ahí que se solicite algo tan en contra de las prácticas de mercado como “una tarifa mínima” (algo que veo complejo, tanto de aprobar -¿no tenemos todos el derecho de conseguir el mejor precio?- como luego en la práctica, de controlar). El problema no es el precio del gasoil ni las tarifas. Es un problema de eficiencia, competitividad y adaptación a los cambios del entorno. De innovación.

¿Qué podemos aprender de esta huelga?

Algo sencillo pero muy importante. Si no hacemos nada por evitarlo tarde o temprano nos pueden desplazar del mercado. Vendrán otros que han “innovado en procesos” y son más eficientes que nosotros (no podremos igualar sus costes) y nos arrebatarán clientes con sus precios. Como solo unos pocos pueden competir en costes (ser los ganadores de la carrera de la eficiencia) no nos quedará otro remedio que innovar (porque no todos tenemos un monstruo de varias toneladas para bloquear las carreteras): convertir las ideas en valor; diferenciarnos, inventar mercados, especializarnos.

¿Alguna lección más?
No podemos esperar a que el precio del barril de petróleo vuelva por debajo de los 100 dólares (más bien todo apunta a que se acerque a los 200); entonces las demandas de los transportistas se extenderán a múltiples sectores (hoy son los pescadores; mañana los ganaderos, los agricultores, los taxistas, las líneas aéreas…) y el gobierno no tiene “cash” (como decíamos en el post anterior, se acabaron los años del “superávit”) para regalar dinero a todos (eliminar barreras de salida, anticipar jubilaciones, financiar combustibles, reducir la presión fiscal…). Tenemos que comenzar a innovar pensando en dos escenarios.

Los dos escenarios
Un escenario a corto, que es un petróleo a 200 dólares el barril. ¿cómo afectará a mis costes, a mi demanda, a la liquidez de mis clientes, etc.? Y un escenario a medio plazo: un mundo sin petróleo. Dos interesantes desafíos (problemas) sobre la mesa. El primero nos obligará a innovar en procesos para ser más eficientes. Y el segundo a inventar el futuro. Y recordemos lo que decíamos en “Innovación: el último clavo ardiendo”. La innovación es “un encuentro afortunado entre los problemas y el conocimiento”.

jueves, junio 05, 2008

Eufemismos malintencionados = mentiras arriesgadas

¿Fase bajista del ciclo? ¿Desaceleración significativa? ¿Enfriamiento progresivo? Al pan “pan” y al vino “vino”. Los eufemismos son manifestaciones suaves o decorosas de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante. En este caso, decir que vivimos una crisis de tres pares de narices no creo que sea duro (y a estas alturas tampoco malsonante), de manera que los eufemismos con los que algunos políticos nos sorprenden cada jornada son sencilla y llanamente mentiras. Eso si. Muy arriesgadas.

Hace tres años, cuando en mis conferencias de Innovación preguntaba de forma retórica “¿España va bien?” y mostraba mi opinión, más de uno me llamaba pesimista, exagerado… Yo coincidía con mis interlocutores en que los indicadores económicos no ofrecían discrepancias: eran positivos. Pero el PIB, la tasa de crecimiento, la tasa de desempleo…los indiciadores en general son “fotografías” que, como toda imagen capturada, muestran el pasado. El presente no existe. Todo es pasado o futuro. No podemos decir “España va bien”. Podemos decir: “España ha ido bien (o mal)” o “España irá bien (o mal)”. No se puede poner en duda que los últimos tres quinquenios han sido favorables. Pero, ¿cómo serán los próximos?

Con los indicadores en la mano, hace tres años me decían que nada parecía indicar que el final del ciclo estaría próximo. Sin embargo, eran muchos los que manifestábamos (como decíamos en “Innovación: el último clavo ardiendo” en 2006) que los tradicionales factores de crecimiento de nuestra economía se habían agotado…y que nadie se había preocupado por identificar sustitutos.
El principal factor que ha contribuido a un favorable crecimiento de nuestra economía durante algo más de una década ha sido la construcción, traccionada fundamentalmente por unos tipos de interés a la baja (boom de la vivienda) y por los fondos de cohesión comunitarios (obra pública). Aquellos fondos estructurales, no solo modernizaron nuestras infraestructuras (autopistas, aeropuertos, líneas de tren de alta velocidad, puertos…) sino que generaron de forma directa 375.000 empleos directos más otros cientos de miles indirectos. Pero con las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea, España se convierte en contribuidor neto y aquella fuente de crecimiento se agota.

Por otro lado, la inversión extranjera directa ha estado cayendo a un ritmo similar al prestigio de Jimenez Losantos. Las empresas multinacionales hace años que dejaron de fijarse en España para centrar sus miradas en los antiguos países del Este y en los tigres asiáticos. De los 36.000 millones de dólares de inversión extranjera directa en 2002 se cayó a solo 10.000 millones en 2004 y en 2007 la cifra no alcanzó los 5.000 millones. Las multinacionales ubicadas en España invierten lo justo para pintar las fachadas de las pocas fábricas que les quedan en la vieja piel de toro y para renovar algún mueble de sus oficinas. La convergencia salarial con los países de la Unión Europea hace que nuestra mano de obra ya no sea económicamente atractiva. Y no es solo que las multinacionales abandonen nuestro país; cada vez son más las empresas españolas que trasladan su actividad productiva a otras latitudes, desde la industria (textil, calzado, automoción, electrodomésticos…) hasta los servicios (ya sean poco cualificados, como los call-center en Perú o cualificados como el diseño y la creatividad publicitaria en Argentina o la programación en India)

Para muchos, la situación no tiene por qué ser tan alarmante, porque, si bien algunos elementos de nuestra economía se ralentizan (producción industrial, construcción…), el principal generador de recursos para nuestro PIB no se agotará (al menos en los próximos mil millones de años): el sol.

Afirmativo. Pero seamos sinceros. España se ha convertido en un destino de chancletas y chiringuitos. Nos inundan guiris que salen de las fábricas de Manchester, los meten en un charter low-cost y los sueltan como al ganado, con una pulsera de color lila, en un hotel de tres estrellas de “segunda línea de costa” (es decir, en Murcia, a 25 kilómetros de las playas) con “all-inclusive”. A las ocho de la mañana se toman su primera cerveza en el desayuno bufftet. A las 11 de la mañana están todos borrachos en la piscina (solo así podemos entender que regresen rojos como el tomate). No salen del hotel para nada (es “all-inclusive”, incluso el alcohol, lo más importante) y cierran los restaurantes de la zona, las heladerías, las tiendas de regalos, las discotecas… Y mientras tanto se critica la apertura de campos de golf (que genera otro tipo de turismo) o se debate sobre si es bueno o malo para una ciudad que lleguen cruceros de lujo con 2.000 pasajeros a bordo. El crecimiento de nuestra principal fuente de ingresos, el turismo, es cuanto menos incierto. En 2007 se volvió a batir el record de turistas que visitaron nuestro país. Pero por otro lado, descendieron un 2% los ingresos (por la presión sobre el precio que ejercen los grandes tour operadores). Nos vistan más…e ingresan menos. Y mientras tanto, los empresarios del sector ven como sus costes se incrementan constantemente: los alimentos, la mano de obra, la energía, los servicios…

Durante las últimas décadas España ha sido receptor de millones de turistas que, movidos por los grandes tour operadores, acudían a destinos baratos. Precios y sol fueron los dos grandes argumentos. Pero ahora España ya no tiene unos costes tan bajos. No alterar los precios significa reducir los márgenes. Siguen llegando más turistas que nunca, aumentan los ingresos, pero se reduce la rentabilidad. Además, esta práctica tiene un límite. ¿Qué sucederá cuando no sea posible seguir ofreciendo a los grandes tour operadores y mayoristas unos precios tan competitivos? ¿Cambiarán éstos sus destinos hacia países como Turquía, Túnez, Marruecos, Montenegro, etc.? Si ello llega a suceder, ¿cómo reposicionamos el sector?

Cierto es que muchas de estas cosas se sabían de antemano: que los fondos estructurales no serían eternos; que España dejaría de ser un país con mano de obra barata; etc. Pero, ¿hemos hecho bien los deberes para afrontar esta situación?

Hemos de competir en base a personas con talento, conocimiento, creatividad, formación. ¿Estamos preparados para ello? El informe PISA (que mediante 275.000 pruebas directas a estudiantes realizadas compara la calidad educativa de los países de la OCDE) nos alerta: nuestros adolescentes suspenden en escritura, matemáticas y ciencias. La octava economía del mundo se sitúa en el furgón de cola de la OCDE ocupando en educación el puesto vigésimo quinto. El nivel de nuestros adolescentes de educación secundaria se sitúa entre los peores, hasta el punto de que más de un 20% ni siquiera es capaz de superar ejercicios básicos en matemáticas, ciencias o lectura. Una tendencia que no parece vaya a invertirse se atendemos al bajo gasto per cápita en educación, por debajo de la media de la OCDE. Por si esto fuera poco, la situación se agrava cuando nuestros estudiantes llegan a la Universidad: la quinta potencia europea no sitúa a ninguna de sus Universidades entre las 50 mejores de la Unión Europea; y no hay ninguna Universidad española entre las 100 mejores del mundo.

Me temo que no. España es uno de los pocos países occidentales en los cuales la productividad desciende (PIB entre personas que trabajan) mientras vemos como, a pesar de ser la quinta economía de la UE, se ocupa el furgón de cola en I+D (decimocuarta posición) y en inversión de las empresas en TIC en relación al Producto Interior Bruto (decimoquinta posición). La economía del ladrillo ha sido una economía del presente que ha hipotecado nuestro futuro. Los beneficios empresariales (de la industria, los servicios..) en lugar de ser reinvertidos (para modernizar la fábrica, para desarrollar prototipos, para analizar nuevos mercados…) iban directamente al ladrillo: a la compra de un terreno con permiso para la construcción de 24 adosados.

Hasta que ha llegado el chaparrón y a más de uno le ha pillado en bañador, con el bronceador en la mano y sin paraguas.

El futuro cercano

La economía española ha cerrado una de sus etapas más positivas de su historia reciente (con crecimientos medios del 3%), justo en un momento en el que la incertidumbre recorre occidente de norte a sur y de este a oeste en forma de inestabilidad geopolítica y con un barril de petróleo cuyo precio parece catapultado hacia un techo que nadie alcanza a vislumbrar.

Solbes acaba de decir que el incremento del paro en mayo “no es un buen dato porque es mayo” (a mí el tío me parece que tiene su gracia) pero que “no es espectacular”. Hombre, si lo comparamos con los niveles de destrucción de empleo de la crisis del 93, no es espectacular. Pero la España de 2008 no es la de 1993.

Los eufemismos que relativizan la situación no me gustan. Decía al principio al “pan pan y al vino vino”. Esta es una crisis con mayúsculas. Y la fiesta no hecho más que empezar (solo han aparecido unos pocos invitados que permanecen tímidamente al lado de la barra sujetando su copa, mientras el disk-jockey pincha discos para personas imaginarias porque en la pista de baile solo se ven los reflejos de las luces de color sobre la bola de cristal).

Existen más posibilidades de ganar la Eurocopa que de crecer en 2008 por encima de un 2%. Y celebrémoslo (de la misma manera que celebraríamos la llegada a la final): en 2009 no llegaremos al 1%. Algo que muchos no quieren ver (como el niño que para obviar la mirada inquisidora de su padre cuando la ha liado mira para otro lado).

El problema es que son muchos los que no quieren mentar la palabra crisis. Incluso hay quien echa la culpa de la “desaceleración” a los que hablamos de “crisis”, como si la gente haya dejado de comprar viviendas porque algunos hemos dicho en alguna conferencia que pintan bastos (y no porque los tipos de interés han subido, el precio de la vivienda era desorbitado, el sistema financiero tiene problemas de liquidez, el encarecimiento del precio de la gasolina y de los alimentos hace que las familias lleguen al 31 de cada mes justitas…)

El verdadero problema es que como no asimilemos todos de una vez que esto es una crisis, no vamos a tomar las medidas necesarias para reconducir la situación a medio plazo. Y esperando a que pase el chaparrón nos podemos quedar diez años creciendo alrededor del 1%.

Hay quien piensa que estamos “en la fase bajista del ciclo” y que esta fase va a ser breve. Que en 2010 volveremos a ser Disneylandia, creciendo por encima de la media de la UE. Discrepo. Si no tomamos medidas urgentes, lo vamos a pasar muy mal. Y no lo digo ahora…sino que me limito a repetir lo que vengo diciendo hace años: necesitamos urgentemente innovar.

¿Es una crisis sectorial?

He oído decir a algunos que esta crisis está acotada a la construcción. ¡Que cachondos! Es como negar que el tirón de la construcción beneficiara a todos los sectores. ¿O es que la construcción de 750.000 viviendas en 2006 solo benefició a los promotores inmobiliarios? Y los demás españoles que no somos ni promotores ni constructores: ¿de dónde hemos sacado el dinero para comprarnos un coche nuevo y marchar de vacaciones al Caribe?

Volvamos a la realidad. Este año se van a construir menos de 300.000 viviendas (lo que también es exagerado ya que hay cerca de un millón de pisos con el cartel naranja de “Se Vende” pegado en la ventana). Las cifras oficiales hablan de caídas en las ventas superiores al 60%. Hasta hace poco se decía que los precios habían “comenzado a moderarse” creciendo un poquito por debajo de la inflación. Pero ahora están cayendo alrededor de un 10% (me acaba de llegar un email de un promotor que me ofrece un piso un 15% más barato que hace tres meses). Cuando el FMI decía que los precios de la vivienda en España eran una locura, nadie les hacía caso. Ahora los promotores andan refinanciando sus deudas con los bancos (porque no venden un solo piso) y descubren que el suelo que compraron hace unos meses para dar otro “pelotazo”, como bajen más los precios, será mejor que se lo “cedan” a su banco porque construyendo los 64 pisos de lujo previstos van directamente a la quiebra. ¿Se ha preguntado alguien que demonios harán los bancos con tanto ladrillo y tanto suelo embargado? ¿Mini-golfs? ¿Campings? ¿Lo cederán a la Iglesia de la Cienciología?

Pero la crisis del ladrillo no solo afecta a los promotores y constructores. También a los fabricantes de ladrillos; y a los de cemento (las ventas han caído un 15%) cerámicas, tuberías, sanitarios, grifería, marcos, ventanas, puertas (el fin del milagro de Villacañas, un municipio de La Mancha toledana con tan sólo 10.700 habitantes donde, sin árboles ni bosques a la vista, se ha concentrado en los últimos años la mayor capacidad nacional de producción de puertas y cada semana salían de sus ocho plantas -con entre 300 y 500 empleados- más de 20.000 puertas en todas las direcciones de la Península. Hasta el año pasado, los distribuidores hacían cola y los 4.000 empleados del propio Villacañas y municipios situados en un radio de 50 kilómetros a la redonda hacían horas extraordinarias para atender la demanda. Un 25% de esos empleados ya han perdido su puesto de trabajo en lo que va de año), cerraduras, enchufes, ascensores, etc.
Si este año se venden 500.000 viviendas menos que en los años anteriores, digo yo que afectará también a los fabricantes de muebles y de electrodomésticos. Los aserraderos verán como baja la demanda de maderas para el encofrado y para los propios muebles. ¿Y toda la industria auxiliar de los electrodomésticos? Componentes electrónicos, troqueles, chapa, embalaje….

El cliente no compra sofás ni lavadoras. El fabricante no los fabrica. Y el distribuidor no los vende. ¿Qué pasa con los miles de tiendas dedicadas a la venta de muebles y electrodomésticos? ¿Y los servicios asociados (transportistas, montadores, electricistas, fontaneros, hojalateros…? Servicios que han sido otro de los tractores del crecimiento en la última década y que están perdiendo empleo a la velocidad de la luz (esto para que Solbes diga que es exagerado de verdad; démosle algún argumento a los críticos para que nos contradigan).

Será como dicen algunos “una crisis sectorial” que solo afecta a la construcción. Pero la mayoría de las familias españolas no somos ni albañiles, ni promotores inmobiliarios, ni electricistas… Y sin embargo el consumo en los hogares se está contrayendo a marchas forzadas. Los índices de confianza del consumidor, por los suelos (el punto más bajo desde 1995).

Por otro lado, vemos que las calles de las ciudades se llenan de manifestantes, y no son ni albañiles ni comerciales de Don Piso: son ganaderos, agricultores, pescadores, transportistas. El precio de los combustibles les obliga a muchos de ellos a cesar su actividad. Los concesionarios de coches se creen que con un Plan Prever van a recuperar el 20% de las ventas previstas (y el Gobierno se cree que ese planecito para cambiar coches de 15 años por coches ecológicos va a alegrar al sector). Los fabricantes de furgonetas, camionetas, camiones están viéndose muy afectados, y ello afecta al empleo en servicios como los concesionarios, los talleres, las gasolineras (que ya están notando caída de las ventas) aseguradoras, neumáticos, repuestos…

Si la economía española necesitaba crecer por encima del 3% para crear empleo, con los crecimientos previstos para 2008 y 2009 se pueden perder un millón de puestos de trabajo. Eso va a hacer más daño al consumo que los ya de por si elevados tipos de interés (que no tienen pinta de bajar hasta que la inflación se controle –por otra parte algo complejo con un precio de barril de pringue pastoso negro caminando hacia los 200 dólares).

Y la confianza de los consumidores no se recupera destinando el 50% del superávit a repartir 400€ por persona. A muchos les servirá para comprarse un televisor de LCD de 42” para ver la Eurocopa (lo que aliviará a los vendedores de los Mediamark, Saturn, Carrefour, etc.) pero no va a solucionar ni una décima parte del problema. Las hipotecas se llevan el 45% de la renta de las familias. Los alimentos otra parte importante (y subiendo como la espuma) por no hablar del precio del los carburantes. Algunos auguran un “otoño caliente” pero siento contradecirles: el otoño va a ser muy frio. Las familias españolas hemos de acostumbrarnos a un par de horas al día menos de calefacción y a girar hacia la derecha un pelín la rueda de los termostatos porque la factura del gas nos puede dejar temblando (más que la propia temperatura ambiente).

El Gobierno tiene un plan para traer turistas en temporada baja. Tal vez hiciera mejor destinando el dinero de la publicidad prevista para atraer visitantes a desviar visitantes. Me refiero a realizar campañas publicitarias en las televisiones y periódicos de varios países diciendo: “España no crece; no genera empleo; lo destruye; así que señores inmigrantes…no vengan a España”. Se están perdiendo puestos de trabajo (un porcentaje importante la mano de obra inmigrante dedicada a la construcción), tenemos las tasa de paro más alta de la Europa de los quince (rozando ya el 10%) y nadie hace nada por regular la propia inmigración porque hablar de ello no es políticamente correcto y para ser guay hay que decir lo contrario. La crisis económica puede quedarse en un problema de parvulitos en comparación con la crisis social que se puede generar (y que no ha hecho más que empezar).

Cosas que hemos oído recientemente

Son muchos los que intentan tranquilizarnos diciendo cosas que yo creo que ni ellos mismo se las creen. Hemos oído cosas como:
  • “Tranquilos; el sistema financiero español es sólido”. Cierto. Como que también es sólido un castillo de naipes o un barco de papel. Pero al más leve movimiento o soplido se nos puede venir abajo. La banca tiene que hacer frente a obligaciones exteriores de más de 100.000 millones de euros en 2008. Y necesita nuevos recursos para refinanciar la deuda inmobiliaria. Algunos dicen: “¿cómo van a estar en crisis los bancos si el año pasado han dado unos beneficios de miles de millones de euros?”. Que se pregunten entonces como es que están en procedimientos concursales constructoras e inmobiliarias que el año pasado dieron beneficios en Carterpillar. Una cosa son los beneficios y otra la tesorería. Y un profesor que tuve decía “sin cash no hay empresa”.
  • “Tranquilos. La crisis de las hipotecas en Estados Unidos es imposible que se vea en España”. Cierto. En Estados Unidos el problema vino porque las viviendas se vendieron a personas que no se las podían permitir, ya la larga no han podido pagarlas. En España eso no pasará, porque nadie las va a comprar ya que los bancos no les dan el dinero para ello. Pero el caso es que las viviendas ya están construidas (un millón de pisos sin vender) y alguien ha debido de poner la pasta para pagar ese mogollón de ladrillos y cementosa. ¿Qué va a pasar cuando los promotores inmobiliarios digan a los bancos que no tienen dinero para pagar sus créditos? En Estados Unidos el problema ha sido que no pagaban. En España no compran. Ya se que no es lo mismo, pero tiene pinta de ser muy parecido. Eso si, como pinche algún banco, nos vamos a resfriar todos. Y los que hablan de “desaceleración intensa” dejarán los eufemismos de lado para hablar de recesión. Y mejor no recordar lo que pasó en el 93 cuando el PIB cayó un poco más del 1% y llevó el desempleo por encima del 20%.
  • “Tranquilos, que lo de ahora no tiene nada que ver con la crisis del 93”, dicen algunos. Y tienen más razón que un Santo. En el 93 teníamos dos cosas sobre las que apoyarnos: la muleta de la izquierda era la posibilidad de devaluar la moneda (que permitió a muchos salir a vender fuera lo que nadie podía comprar dentro) y la de la derecha los fondos de cohesión. ¿Qué tenemos ahora? ¿Cuáles serán las fuentes de crecimiento sobre las cuáles sustentar la salida de la crisis?

La devaluación de la peseta estimuló las exportaciones y bajó los tipos de interés. La destrucción de empleo trajo una mayor moderación salarial y las empresas salieron pronto del bache encarando los años más gloriosos de nuestra economía contemporánea. Con el paso de los años podemos afirmar que aquella crisis nos sentó de maravilla. Hicimos los deberes, moderamos salarios, apostamos por crear empleo no fijo, comenzamos a tomarnos en serio los mercados internacionales, las empresas mejoraron sus hábitos de gestión…

Pero las recetas utilizadas y las lecciones aprendidas en el 93 no sirven. Para empezar, no podemos “devaluar” la moneda (porque ya no tenemos moneda). Es más, el Euro está por las nubes (los españoles arrasan comprando cámaras digitales en la Quinta Avenida neoyorquina pero los exportadores sufren como bellacos) y tampoco se puede decir que las empresas españolas sean el paradigma de la productividad para competir en mercados globales. Por si esto fuera poco Jean-Claude Trichet dice que de bajar los tipos de interés na-nai…porque la estaflación está a la vuelta de la esquina (crece la inflación y decrece la economía). Y veremos un petróleo a 200 dólares antes del 2010 que supondrá pagar 3 euros por un litro de gasolina.

Pero como el ser humano es un capullo integral, seguiremos conduciendo nuestros coches para ir al trabajo, para ir a por el periódico (recuerdo cuando la gasolina se puesto a 100 pesetas, es decir, a 0,60€; algunos decían que iba a ser un colapso. Hoy está justo al doble y en las carreteras hay más coches –con un solo pasajero la mayoría- que nunca), etc. y restaremos consumo de otros productos que no sean de primera necesidad (como es el coche, el “verdadero rey de la casa”, la auténtica “joya de la corona de cada hogar”, que se lleva el equivalente a cinco años de vacaciones en su compra y a la cesta de la compra de medio año en mantenimiento, por no hablar de los 30.000 euritos de la parcela de garaje para la “criaturita”).

Una economía de presente que ha hipotecado nuestro futuro

Decíamos al principio que la economía del ladrillo hipotecó nuestro futuro. Cuando las empresas iban como motos, nadie se preocupaba por innovar, mejorar la productividad, invertir en TIC, en I+D. No voy a aburrir con los datos que saco a veces en mis conferencias, pero de la misma forma en que la crisis del 93 puso las pilas a nuestras empresas, la bonanza del 2000 nos ha convertido en los más holgazanes de la OCDE. Al igual que nuestros adolescentes, que suspenden en el informe PISA por no estudiar y ahcer bien sus deberes, las empresas suspendemos en todo lo importante: productividad, uso de TIC, innovación…

Vamos a ver…por si alguno no se ha enterado, la demanda interna no va a crecer en varios años: ¿cómo piensan nuestras empresas responder a esta situación? Si alguno pensaba hacerlo a base de pedir créditos, que vaya pensando otra cosa.

¡Ah claro! Aprovechando el crecimiento de la demanda externa: China, India. Pero no lo digamos muy alto, porque como se enteren los alemanes, franceses, ingleses, canadienses y estadounidenses, también van a querer beneficiarse de esa demanda creciente. ¡Seamos serios! ¿Hemos puestos las bases para tener un tejido empresarial competitivo y productivo?

¡Se me olvidaba! Siempre podemos pedir ayuda a papá y a mamá. A papá Estado y a mamá Autonomía, pedirles ayudas, subvenciones, créditos blandos… Ya. ¿Pero no hemos caído en la cuenta de que en 2009 las cuentas públicas tienen toda la pinta de entrar en déficit? ¿Pero no vemos como tiene el Estado la educación, el agua, la sanidad, la justicia…? ¿Alguno se cree de verdad que van a resolver nuestros problemas si no saben resolver los suyos?

Quizás la solución sea (como han sugerido varios de nuestros maravillosos gobernantes) dejar de hablar de la crisis (porque los que hablamos de ellas somos los culpables del hundimiento de un 60% en la venta de pisos, un 20% en la venta de coches, un 45% en la venta de vehículos industriales, un 10% en la venta de teléfonos móviles y en el hundimiento de la Armada Invencible).

La confianza de un paciente no cae cuando el médico le dice que tiene un cáncer, sino cuando ve dubitativo al médico, sin saber qué hacer, diciéndole que es un simple resfriado a pesar de los dolores. El médico que es sincero, directo (aún siendo crudo) y nos dice los mal que estamos pero demuestra que tiene claro que hacer para intentar sanarnos, merece toda nuestra confianza, señores gobernantes.

Las cosas están muy mal, ¡Por eso soy optimista!

Que haya pintado un panorama tan sombrío no quiere decir que sea un tio pesimista. ¡Todo lo contrario! Estoy feliz porque tanto problema nos conducirá a un nuevo escenario.


Como saben mis lectores definimos la innovación como un encuentro afortunado entre los problemas y el talento. Sin problemas, no hay innovación. Tenemos sobre la mesa los problemas más graves de los últimos 25 años. Si somos capaces de confrontarlos con el talento, de aquí saldrán las innovaciones que nos pueden ofrecer una nueva etapa de bonanza entre el 2015 y el 2025.


Solo el talento puede hacer desparecer los problemas del nuevo milenio, en forma de innovaciones: el automóvil con emisiones cero (que no utilice combustibles), los alimentos capaces de acabar con el hambre en el mundo, los medicamentos que curen enfermedades hasta ahora incurables, la genética que nos haga la vida más larga y placentera. Utopía, me dicen algunos. Pero en los momentos de urgencia la utopía se convierte en necesidad.