miércoles, marzo 06, 2013

La vida sigue igual


Hace unos días un amigo me recordaba el largo periodo de inactividad en mi blog.  El motivo es sencillo: no tenía nada nuevo que contar. La situación continua siendo igual de grave que hace unos meses, con los mismos problemas y lo que es peor, misma tendencia.

Desde mi último post en julio de 2012 lo único significativo ha sido la actuación del Banco Central Europeo que contuvo la locura de la escalada de la prima de riesgo. Por lo demás, el 2012 continuó destruyendo empleo, cerrando empresas, desahuciando familias; el crédito ha seguido sin fluir (los fondos públicos han llegado a la banca española y la mayor parte se han invertido en Deuda pública: 300.000 millones que el BCE presta al 1% se invierten en Deuda al 5%...y esos mismos políticos demagogos que emiten Deuda porque no quieren redimensionar la administración piden “que fluya el crédito”), el déficit no desciende, la Seguridad Social con déficit…

Y así hemos comenzado 2013. ¿El último año de la crisis?, preguntan algunos. Más allá de los deseos de los más optimistas por encontrar rastro de los famosos brotes verdes, la realidad nos deja un país que no ha realizado las reformas y ajustes necesarios, con tensiones territoriales que agravan el panorama, telediarios que abren con casos de corrupción que salpican a los partidos, miembros del Gobierno, la Casa Real…; una Europa que entra en recesión, Alemania se estanca, la gobernabilidad de Italia en manos de un cómico o de un payaso y unos Estados Unidos con tremendos problemas fiscales con un Obama obligado a meter la tijera. Hacer ver que estamos cerca de la recuperación puede levantar la moral de la tropa, pero no caigamos en el error de creerlo.

Algunos celebran que el ritmo de destrucción de empleo está cayendo. Hace falta ser necio. No solo estamos asistiendo al crecimiento constante del número de desempleados, sino a la desintegración de las estructuras productivas de este país, que afecta a todos los sectores (industria, comercio, servicios…) y algunos piensan en celebrarlo.

Esta tendencia negativa seguirá a lo largo de 2013. Y lo que es peor: seguirá en 2014 (pese a lo que muchos creen…o quieren creer). Y seguirá mientras nuestros políticos no acometan la verdadera reforma que precisa este país: acabar con las obsoletas e ineficientes estructuras de las administraciones públicas. Pero, ¡ay amigo! Eso significa tocar el bolsillo de decenas de miles de políticos y politiquillos que han hecho de la función pública su empresa privada. Por eso los políticos prefieren pasarle la pelota el ciudadano y tirar de la subida de impuestos. No te acostumbres al 21% de IVA que antes de fin de año nos lo volverán a subir.

El mercado interior paralizado (cinco millones de parados, salarios en caída, subidas de impuestos, recortes….). El destinatario de la mayor parte de nuestras exportaciones (Europa) en recesión. China creciendo a una sola cifra. Estados Unidos sorteando el abismo fiscal…. El que vea que estamos a punto de salir de la crisis, que me lo explique. El simple hecho de pensar que las cosas están tan mal que solo pueden ir a mejor es el único argumento (por muy estúpido que sea) que se me ocurre puedan presentar.


Con todo, lo peor que percibo desde este observatorio que es una escuela de negocios, son los signos de desaliento de las empresas, que hasta la fecha, han sobrevivido de forma estoica a cinco años consecutivos de crisis. Con sus recursos financieros agotados, sin crédito, sin margen para ajustar sus plantillas, sin pedidos en Europa, con incrementos salariales ligados al IPC en los convenios, con una reforma laboral que en los tribunales de lo social es interpretada por jueces Robin Hood… Cada vez más desaliento en nuestro tejido empresarial. Muchos ven complicado aguantar en 2013….pero la cuestión es que el panorama para 2014….no va a cambiar (no estaremos en recesión como ahora, pero el crecimiento será ridículo y a todas luces insuficiente).

Seamos claros: el país está hecho unos zorros y la única esperanza se fija en una recuperación de la economía de nuestro entorno…que está lejos de producirse. “Ya hemos sobrevivido a otras crisis” dicen algunos; pero ahora no podemos utilizar la medicina que nos sanó en aquellas ocasiones: la devaluación. El Euro (como comento más adelante) se ha convertido en una trampa…mortal.

No me gusta aburrir con cifras, pero un par de ellas ilustran la situación:

-       Los pagos de los intereses de la deuda (35.000 millones de euros) y el subsidio de desempleo (otros 30.000 millones) se meriendan entre ellos solitos 65.000 millones que equivalen a los recortes que se están poniendo sobre la mesa. La cuestión no es saber cuando reduciremos el porcentaje de Deuda sobre el PIB sino cuando superaremos el 100% (en algún momento entre 2014 y 2015)
-       Ahora cotizamos 16 millones de personas. Tenemos 5 millones de parados y 9 millones de pensionistas. Saca conclusiones.


Afortunadamente la sociedad se está dando cuenta (aunque le cuesta) de dónde reside el principal problema: en nuestra clase política.

Han convertido la administración pública en una empresa privada de la cual ellos son los principales accionistas. Se “reparten dividendos” que terminan en Suiza, colocan a dedo a sus familiares, pagan los gastos de viajes, coches oficiales, etc.

Clama al cielo, como decía antes, que el BCE haya prestado 300.000 millones a la Banca española al 1% y que la mayor parte haya ido a parar a la compra de Deuda Pública al 5% y esos mismos políticos demagogos que emiten Deuda porque no quieren redimensionar la administración pública (su empresa familiar) piden “que fluya el crédito” lo que solo puede suponer dos cosas: que son imbéciles o que nos consideran imbéciles. ¡Ah! Y estoy hasta las narices de escuchar a todos los que dicen que no toda la clase política es igual y que generalizar es una injusticia. Todos los políticos….todos sin excepción….desde el Presidente del Gobierno hasta el último concejal de un pequeño pueblo tienen parte de culpa porque toleran y sostienen un sistema, la partitocracia, que en sí misma es una deformación sistemática de la democracia en manos de las oligarquías partidistas. Y cuando uno se afilia a un partido lo sabe (o tiene menos luces que un barco pirata).

Y hablando de barcos: en el puente de mando, en medio de esta tormenta perfecta…un registrador de la propiedad que lo primero que hace todas las mañanas al despertarse es coger su iPad y mirar si a su (ex?) tesorero le ha dado un ataque de sinceridad. Las cúpulas dirigentes y el propio Consejo de Ministros adolecen de expertos en economía que puedan contribuir a la identificación de alternativas efectivas.

También las empresas tenemos parte de culpa. Llevamos 5 años de crisis y ya no nos acordamos de toda una década de bonanza en la cual sentamos las bases para nuestro propio calvario despilfarrando tremendos beneficios e incrementando salarios olvidándonos del concepto competitividad (un empresario paradigma de la ineficiencia me dijo una vez: ¿para qué necesito innovar y ser competitivo si gano 10 millones al año?) Aquellos polvos trajeron estos lodos. La inversión en I+D inexistente, la formación de las personas ridícula, la inversión en tecnología escasa (un ladrillo era mucho más rentable que un microprocesador) y la innovación una cosa de frikis…. Y así ahora nos luce el pelo. No, no estoy diciendo que causáramos la crisis. Estoy diciendo que si no salimos de ésta, tendremos que hacer también autocrítica. Quebrar una empresa es algo grave, pero mucho más lo es no aprender de los errores.

Y por supuesto, un tercer “culpable” (junto a los políticos y las propias empresas) es nuestra moneda única. Cuando celebramos la entrada en el Euro la euforia impidió que vislumbráramos sus amenazas. Hoy nos preguntamos como fuimos tan ingenuos a la hora de pensar que podríamos formar parte de una misma zona monetaria junto con Alemania (con la cual nos atan tremendos lazos culturales, compartimos similares tasas de productividad, inflación y gozamos del mismo equilibrio fiscal) pero la realidad es que el 1 de enero de 2002 cuando aquellos billetes y monedas bicolor llegaron a nuestras manos, nadie imaginaba las consecuencias que esta nueva moneda podrían acarrear para nuestra economía. Con una situación que exige devaluar y una moneda que nos lo impide. Es ahora cuando nos preguntamos quién y por qué nos condujo narcotizados hacia la moneda única (y para identificar a los responsables solo hay que mirar hacia el centro de la UE). Muchos se preguntan si el Euro está en peligro. Tranquilos. “Los políticos salvarán el euro a toda costa; pero están destrozando Europa” (“El Mundo”, 9/02/13: entrevista con el economista alemánHans-Olaf Henkel”)

Una moneda trampa que nos impide devaluar; las decisiones de muchas empresas en las épocas de bonanza que les conducen hoy de forma inexorable a la insolvencia. Y lo que es peor, la pasividad de nuestro gobernantes que conducen al país….a la misma situación.

Se paciente, piensa y actúa.