Vivimos en la era digital; hemos inaugurado el siglo de las ciencias de la vida; la tecnología forma parte de nuestro entorno contidiano; No puede ser que el mundo de las organizaciones empresariales permanezca inalterado. Creemos que ha llegado el momento en el cual las organizaciones deben despojarse de los ropajes de la empresa heredada de la revolución industrial y construirse un vestido acorde a los tiempos. Bienvenid@ al Blog de la Evolución y la Innovación (Enrique de la Rica)
lunes, mayo 30, 2011
jueves, mayo 19, 2011
miércoles, noviembre 24, 2010
Una Cruzcampo no es una Guinnes
La Cruzcampo no es una Guinnes y eso es una obviedad; pero ambas son cervezas.España no era Grecia; España no es Irlanda; España no será Portugal cuando nuestros vecinos tengan que ser rescatados. Pero España es España.
Nuestro país genera una desconfianza sin precedentes. La imagen de nuestro Presidente en la cumbre de Jefes de Estado de la OTAN, buscando su lugar, con la cabeza gacha, mirando hacia el suelo, vagando de izquierda a derecha, preguntado “Where is Spain?” es una imagen que equivale a mil palabras (y a otras tantas cifras macro). Una escena que bien podría haber sido escrita por el mismísimo guionista de Mr. Bean describe a la perfección dónde nos encontramos: desorientados, desalentados, cabizbajos y sin rumbo.
El riesgo país en máximos desde 1996; el diferencial con el bono alemán subiendo; la Bolsa bajando. Dos años de recesión (con caídas del PIB del 3,7% y del 0,3% en 2009 y 2010); una tasa de paro que supera el 20%; una deuda pública del 60% que crece de forma progresiva (llegará al 70% en 2011). Y unas perspectivas que retrasan la recuperación hasta 2015 o 2017 (según la OCDE) que augura un “futuro mediocre, bajo crecimiento, alto desempleo y alto déficit.
Y nuestros gobernantes solo esgrimen un argumento: España no es Irlanda. Una obviedad. Pero el problema no reside en nuestras similitudes con Grecia o Irlanda, ni tan siquiera en el hecho de compartir la honrosa membresía al “club PIGS”; el problema de España es la propia España.
España genera desconfianza porque muy pocos ven plausible una recuperación de nuestra economía sin acometer profundas reformas. Nuestra competitividad sigue siendo un lastre y sin opciones para devaluar nuestra moneda tal vez debiéramos llevar a cabo una devaluación interna reduciendo un 25% los salarios para recuperar competitividad mientras obtienen sus frutos estrategias basadas en la innovación y el cambio de modelo productivo (que en el mejor de los casos pueden suponer una década).
Ese problema de competitividad impide aprovecharnos del previsible crecimiento de los mercados exteriores. Cierto es que las exportaciones están creciendo, pero comparadas con las de 2009. Si comparamos las exportaciones españolas del tercer trimestre de este año se hallan al 80,7% de las del mismo trimestre de 2008. China supera las cifras comparativas (105,9% con respecto a 2008), Japón casi las iguala (96,8%) mientras que los países de la Unión Europea se encuentran en una cifra similar a la de España (Alemania 84,9%, Reino Unido 83%). Son estadísticas de la Organización Mundial del Comercio. Revelan que nuestras exportaciones crecen pero a un ritmo inferior al de las economías de nuestro entorno. No es un argumento que avale en ningún caso recuperación de nuestra competitividad, a pesar de que en estos días he llegado a escuchar lo contrario.
Como también he escuchado esta semana que el déficit se está reduciendo de forma acelerada. Como observador me resulta algo difícilmente creíble en una economía que no crece, con una tasa de paro que si lo hace y unas administraciones autonómicas y locales en las que nadie está dispuesto a pisar excesivamente el freno. El último informe del Banco de España dice que a 30 de junio el déficit estaba en el 10.9% (únicamente dos décimas por debajo del registrado al cierre de 2009) con lo cual esa reducción no está siendo tan “rápida” como algunos comentan. Además, son muchas las voces que argumentan una contabilización no homogénea de los ingresos fiscales (como un artículo de Libertad Digital). La ingeniería contable del Gobierno provoca un incremento de los ingresos por retenciones del IRPF (la supresión de la deducción de los 400 euros y también se ha ingresado la cantidad correspondiente a la liquidación de 2009, con lo que tenemos 5 décimas del PIB de ingresos que realmente corresponden a 2009, pero que se están contabilizando en 2010. Si se hubiera contabilizado de otra forma el déficit de 2009 realmente hubiera sido el 10,6% y la tendencia del de 2010 se iría al 11,4%, es decir 8 décimas más. ¿Qué quiero decir con esto? Que la ingeniería contable está muy bien para engañar a los demás pero resulta estúpido creérsela uno mismo. Esta muy bien reducir déficit a base de ingeniería contable, pero la realidad demuestra que, más allá de esa ingeniería, no estamos realmente abordando el verdadero problema. Los medios El Economista también revelan que Hacienda parece haber recibido órdenes de retrasar en lo posible las devoluciones del IVA a las empresas. Cualquier defecto de forma es válido para maquillar la cifra del déficit público. Algunos hablan de un mínimo de 7.000 millones de euros, es decir, unas 7 décimas del PIB. Si ese maquillaje el déficit volvería al 12%.
También resulta socorrido (para justificar que España no es Irlanda) el argumento de nuestra “recuperación” económica: el PIB crecerá en 2010. Si es así, crecerá poco más de 0%. Que lo celebren los que quieran. Pero que tengan en cuenta que ese crecimiento será, una vez más, fruto del maquillaje (no estarça sustentado en un crecimiento real de nuestra economía). Por poner un ejemplo que citan en Libertad Digital: esas devoluciones de IVA comentadas han sido contabilizadas por las empresas (ver el INE) como parte del VAB (Valor Añadido Bruto) generado por un lado y (al no haberse hecho efectivas por parte de Hacienda) también se han contabilizado como impuestos sobre la producción. Algunos hablan de 6.000 millones de euros en el tercer trimestre. ¿Eso qué significa? Que en lugar de crecer un 0,2% interanual ¡estaríamos cayendo un 2,2%! Cierto es que sin estos maquillajes contables estaríamos ahora en un verdadero aprieto (al borde del rescate)
Otro argumento que emplea el Gobierno cuando se menciona el problema de la deuda española es su volumen, inferior en algunos casos y muy similar al de los países de la Eurozona. Pero todos sabemos que lo importante no es la cantidad que debes, sino la capacidad que tienes para hacer frente a tus compromisos. Lo que algunos llaman solvencia. Debemos poco si lo comparamos con otros, pero demostramos poca capacidad para poder pagar lo que debemos. ¿Por qué? Una economía que no crece, una tasa de paro del 20%, una competitividad deficiente y un gobierno que no toma una sola medida de calado al respecto auguran un estancamiento durante una década (al menos) si nadie lo remedia. En este escenario ¿no es lógico que alguien piense en hipotéticos problemas de solvencia? No; es más fácil pensar en especuladores despiadados que atacan sin piedad a España, al Euro, a Occidente….
La credibilidad pasa por demostrar a “los mercados” que España puede crecer y contener su gasto público. Pero eso no se demuestra con cifras maquilladas, sino con hechos; es decir, con medidas estructurales que mejoren la competitividad de nuestras empresas, reduzcan la tasa de desempleo y permitan un crecimiento del consumo, por un lado; y con planes serios para contener el gasto público en los ayuntamientos y autonomías (esta semana leía el dato del coste que supone para los ciudadanos mantener tantas y tantas televisiones autonómicas; ¿nos podemos permitir esos lujos en los tiempos que corren?)
El precio de nuestro bono crece. ¿Qué pasaría si llegara al 7%? Es mejor responder: nunca llegará a esa cifra. Pero más inteligente prever lo que pueda suceder si se dispara hasta esas cuotas. Tal y como ha ocurrido en Irlanda, los depósitos de los bancos menguarían (el capital se fugaría a otros países) y los bancos tendrían problemas para renovar su deuda exterior. El mercado inmobiliario no se recuperaría y sería imposible liquidar los ladrillos y el suelo de los balances de los bancos. La banca recurriría al BCE que ayudaría con liquidez…pero hemos visto lo que sucede después: una vez llegados a esos extremos, en cuestión de semanas o meses, el problema no termina de resolverse.
España no es Irlanda y son muchos los argumentos que lo demuestran. Uno de ellos, el paro. Algunos se sorprenden cuando los “mercados” desconfían de España. Pero nadie se “pone en sus zapatos”: ¿cómo se puede confiar y estar tranquilo en un país con un 20% de tasas de desempleo? Muchas personas fuera de España se preguntan por qué aún no ha estallado una revuelta social; algunos piensan que tarde o temprano el problema estallará. ¿No son motivos suficientes como para tener preocupados a los analistas e inversores internacionales? (¡Qué va! El paro no importa; simplemente son unos canallas especuladores)
Por si fuera poco, el déficit irlandés se ha disparado debido a que el Estado ha asumido las pérdidas del sector bancario, que son ya conocidas en su mayor parte. Pero en España todavía tenemos pendiente la reestructuración de nuestro sector financiero, cuyas pérdidas debidas al inmobiliario aún han de aflorar.
Dejo para el final algo que llevo comentando desde 2007, cuando se iniciaba el problema de las subprime en Estados Unidos y se decía que en España no había ese problema; cierto; la banca estadounidense dio créditos a personas que no se podían permitir el lujo de comprar un piso. En España eso no sucedió, pero los pisos están ahí: construidos y sin vender. La banca dio dinero a los promotores inmobiliarios paraqué construyeran pisos que la gente no se puede ahora permitir el lujo de comprar. No es lo mismo; pero sus consecuencias pueden ser parecidas. El estallido de la burbuja inmobiliaria a afectados a particulares, promotores, constructores, proveedores, ayuntamientos… Pero aún no ha afectado de verdad al último eslabón de la cadena: los bancos. Y aquí si que si….España podrá parecerse a Irlanda.
Al igual que en el caso de Irlanda tenemos un problema de salud del sistema financiero. Si sumamos dos más dos nos dan cuatro: con 325.000 millones de euros en créditos ligados al ladrillo y un “futuro mediocre” (según la OCDE) con paro y crecimiento más próximo al 0% que al 2% hasta el 2013 (por lo menos), nuestros bancos y cajas están al borde del crash. Y aquí es donde se utiliza otro argumento “inapelable”: superaron los “estrés-test”. Ya. Y los dos bancos irlandeses que se sometieron a ellos también los aprobaron. Desde los máximos de agosto, el sector financiero ha destruido un 25% de su capitalización bursátil y en el último mes, se ha dejado un 18%. Y los analistas de divisas de Barclays Capital señalan a las cajas de ahorros españolas como uno de los principales puntos débiles, no ya de España ¡sino de la zona euro y la propia divisa común!
Solo nos quedan dos alternativas: tomar medidas urgentes ya; o ser rescatados e intervenidos a lo largo de 2011. La pasividad no es una opción y el optimismo sin fundamento no es la medicina.
Por cierto. España no es Irlanda y una Cruzcampo bien fría en botellín de 33cl no es una pinta de Guinnes. Pero hemos de recordar que el grupo cervecero Guinness Brewing Wolldwide compró la cervecera sevillana Cruzcampo S.A hace veinte años y que los problemas de Irlanda no escapan a la fábrica de Sevilla (como tampoco podrán ser ignorados por la "fábrica" de Moncloa)
Nuestro país genera una desconfianza sin precedentes. La imagen de nuestro Presidente en la cumbre de Jefes de Estado de la OTAN, buscando su lugar, con la cabeza gacha, mirando hacia el suelo, vagando de izquierda a derecha, preguntado “Where is Spain?” es una imagen que equivale a mil palabras (y a otras tantas cifras macro). Una escena que bien podría haber sido escrita por el mismísimo guionista de Mr. Bean describe a la perfección dónde nos encontramos: desorientados, desalentados, cabizbajos y sin rumbo.
El riesgo país en máximos desde 1996; el diferencial con el bono alemán subiendo; la Bolsa bajando. Dos años de recesión (con caídas del PIB del 3,7% y del 0,3% en 2009 y 2010); una tasa de paro que supera el 20%; una deuda pública del 60% que crece de forma progresiva (llegará al 70% en 2011). Y unas perspectivas que retrasan la recuperación hasta 2015 o 2017 (según la OCDE) que augura un “futuro mediocre, bajo crecimiento, alto desempleo y alto déficit.
Y nuestros gobernantes solo esgrimen un argumento: España no es Irlanda. Una obviedad. Pero el problema no reside en nuestras similitudes con Grecia o Irlanda, ni tan siquiera en el hecho de compartir la honrosa membresía al “club PIGS”; el problema de España es la propia España.
España genera desconfianza porque muy pocos ven plausible una recuperación de nuestra economía sin acometer profundas reformas. Nuestra competitividad sigue siendo un lastre y sin opciones para devaluar nuestra moneda tal vez debiéramos llevar a cabo una devaluación interna reduciendo un 25% los salarios para recuperar competitividad mientras obtienen sus frutos estrategias basadas en la innovación y el cambio de modelo productivo (que en el mejor de los casos pueden suponer una década).
Ese problema de competitividad impide aprovecharnos del previsible crecimiento de los mercados exteriores. Cierto es que las exportaciones están creciendo, pero comparadas con las de 2009. Si comparamos las exportaciones españolas del tercer trimestre de este año se hallan al 80,7% de las del mismo trimestre de 2008. China supera las cifras comparativas (105,9% con respecto a 2008), Japón casi las iguala (96,8%) mientras que los países de la Unión Europea se encuentran en una cifra similar a la de España (Alemania 84,9%, Reino Unido 83%). Son estadísticas de la Organización Mundial del Comercio. Revelan que nuestras exportaciones crecen pero a un ritmo inferior al de las economías de nuestro entorno. No es un argumento que avale en ningún caso recuperación de nuestra competitividad, a pesar de que en estos días he llegado a escuchar lo contrario.
Como también he escuchado esta semana que el déficit se está reduciendo de forma acelerada. Como observador me resulta algo difícilmente creíble en una economía que no crece, con una tasa de paro que si lo hace y unas administraciones autonómicas y locales en las que nadie está dispuesto a pisar excesivamente el freno. El último informe del Banco de España dice que a 30 de junio el déficit estaba en el 10.9% (únicamente dos décimas por debajo del registrado al cierre de 2009) con lo cual esa reducción no está siendo tan “rápida” como algunos comentan. Además, son muchas las voces que argumentan una contabilización no homogénea de los ingresos fiscales (como un artículo de Libertad Digital). La ingeniería contable del Gobierno provoca un incremento de los ingresos por retenciones del IRPF (la supresión de la deducción de los 400 euros y también se ha ingresado la cantidad correspondiente a la liquidación de 2009, con lo que tenemos 5 décimas del PIB de ingresos que realmente corresponden a 2009, pero que se están contabilizando en 2010. Si se hubiera contabilizado de otra forma el déficit de 2009 realmente hubiera sido el 10,6% y la tendencia del de 2010 se iría al 11,4%, es decir 8 décimas más. ¿Qué quiero decir con esto? Que la ingeniería contable está muy bien para engañar a los demás pero resulta estúpido creérsela uno mismo. Esta muy bien reducir déficit a base de ingeniería contable, pero la realidad demuestra que, más allá de esa ingeniería, no estamos realmente abordando el verdadero problema. Los medios El Economista también revelan que Hacienda parece haber recibido órdenes de retrasar en lo posible las devoluciones del IVA a las empresas. Cualquier defecto de forma es válido para maquillar la cifra del déficit público. Algunos hablan de un mínimo de 7.000 millones de euros, es decir, unas 7 décimas del PIB. Si ese maquillaje el déficit volvería al 12%.
También resulta socorrido (para justificar que España no es Irlanda) el argumento de nuestra “recuperación” económica: el PIB crecerá en 2010. Si es así, crecerá poco más de 0%. Que lo celebren los que quieran. Pero que tengan en cuenta que ese crecimiento será, una vez más, fruto del maquillaje (no estarça sustentado en un crecimiento real de nuestra economía). Por poner un ejemplo que citan en Libertad Digital: esas devoluciones de IVA comentadas han sido contabilizadas por las empresas (ver el INE) como parte del VAB (Valor Añadido Bruto) generado por un lado y (al no haberse hecho efectivas por parte de Hacienda) también se han contabilizado como impuestos sobre la producción. Algunos hablan de 6.000 millones de euros en el tercer trimestre. ¿Eso qué significa? Que en lugar de crecer un 0,2% interanual ¡estaríamos cayendo un 2,2%! Cierto es que sin estos maquillajes contables estaríamos ahora en un verdadero aprieto (al borde del rescate)
Otro argumento que emplea el Gobierno cuando se menciona el problema de la deuda española es su volumen, inferior en algunos casos y muy similar al de los países de la Eurozona. Pero todos sabemos que lo importante no es la cantidad que debes, sino la capacidad que tienes para hacer frente a tus compromisos. Lo que algunos llaman solvencia. Debemos poco si lo comparamos con otros, pero demostramos poca capacidad para poder pagar lo que debemos. ¿Por qué? Una economía que no crece, una tasa de paro del 20%, una competitividad deficiente y un gobierno que no toma una sola medida de calado al respecto auguran un estancamiento durante una década (al menos) si nadie lo remedia. En este escenario ¿no es lógico que alguien piense en hipotéticos problemas de solvencia? No; es más fácil pensar en especuladores despiadados que atacan sin piedad a España, al Euro, a Occidente….
La credibilidad pasa por demostrar a “los mercados” que España puede crecer y contener su gasto público. Pero eso no se demuestra con cifras maquilladas, sino con hechos; es decir, con medidas estructurales que mejoren la competitividad de nuestras empresas, reduzcan la tasa de desempleo y permitan un crecimiento del consumo, por un lado; y con planes serios para contener el gasto público en los ayuntamientos y autonomías (esta semana leía el dato del coste que supone para los ciudadanos mantener tantas y tantas televisiones autonómicas; ¿nos podemos permitir esos lujos en los tiempos que corren?)
El precio de nuestro bono crece. ¿Qué pasaría si llegara al 7%? Es mejor responder: nunca llegará a esa cifra. Pero más inteligente prever lo que pueda suceder si se dispara hasta esas cuotas. Tal y como ha ocurrido en Irlanda, los depósitos de los bancos menguarían (el capital se fugaría a otros países) y los bancos tendrían problemas para renovar su deuda exterior. El mercado inmobiliario no se recuperaría y sería imposible liquidar los ladrillos y el suelo de los balances de los bancos. La banca recurriría al BCE que ayudaría con liquidez…pero hemos visto lo que sucede después: una vez llegados a esos extremos, en cuestión de semanas o meses, el problema no termina de resolverse.
España no es Irlanda y son muchos los argumentos que lo demuestran. Uno de ellos, el paro. Algunos se sorprenden cuando los “mercados” desconfían de España. Pero nadie se “pone en sus zapatos”: ¿cómo se puede confiar y estar tranquilo en un país con un 20% de tasas de desempleo? Muchas personas fuera de España se preguntan por qué aún no ha estallado una revuelta social; algunos piensan que tarde o temprano el problema estallará. ¿No son motivos suficientes como para tener preocupados a los analistas e inversores internacionales? (¡Qué va! El paro no importa; simplemente son unos canallas especuladores)
Por si fuera poco, el déficit irlandés se ha disparado debido a que el Estado ha asumido las pérdidas del sector bancario, que son ya conocidas en su mayor parte. Pero en España todavía tenemos pendiente la reestructuración de nuestro sector financiero, cuyas pérdidas debidas al inmobiliario aún han de aflorar.
Dejo para el final algo que llevo comentando desde 2007, cuando se iniciaba el problema de las subprime en Estados Unidos y se decía que en España no había ese problema; cierto; la banca estadounidense dio créditos a personas que no se podían permitir el lujo de comprar un piso. En España eso no sucedió, pero los pisos están ahí: construidos y sin vender. La banca dio dinero a los promotores inmobiliarios paraqué construyeran pisos que la gente no se puede ahora permitir el lujo de comprar. No es lo mismo; pero sus consecuencias pueden ser parecidas. El estallido de la burbuja inmobiliaria a afectados a particulares, promotores, constructores, proveedores, ayuntamientos… Pero aún no ha afectado de verdad al último eslabón de la cadena: los bancos. Y aquí si que si….España podrá parecerse a Irlanda.
Al igual que en el caso de Irlanda tenemos un problema de salud del sistema financiero. Si sumamos dos más dos nos dan cuatro: con 325.000 millones de euros en créditos ligados al ladrillo y un “futuro mediocre” (según la OCDE) con paro y crecimiento más próximo al 0% que al 2% hasta el 2013 (por lo menos), nuestros bancos y cajas están al borde del crash. Y aquí es donde se utiliza otro argumento “inapelable”: superaron los “estrés-test”. Ya. Y los dos bancos irlandeses que se sometieron a ellos también los aprobaron. Desde los máximos de agosto, el sector financiero ha destruido un 25% de su capitalización bursátil y en el último mes, se ha dejado un 18%. Y los analistas de divisas de Barclays Capital señalan a las cajas de ahorros españolas como uno de los principales puntos débiles, no ya de España ¡sino de la zona euro y la propia divisa común!
Solo nos quedan dos alternativas: tomar medidas urgentes ya; o ser rescatados e intervenidos a lo largo de 2011. La pasividad no es una opción y el optimismo sin fundamento no es la medicina.
Por cierto. España no es Irlanda y una Cruzcampo bien fría en botellín de 33cl no es una pinta de Guinnes. Pero hemos de recordar que el grupo cervecero Guinness Brewing Wolldwide compró la cervecera sevillana Cruzcampo S.A hace veinte años y que los problemas de Irlanda no escapan a la fábrica de Sevilla (como tampoco podrán ser ignorados por la "fábrica" de Moncloa)
viernes, noviembre 19, 2010
Una tarde con Koldo Saratxaga y diez ideas
Koldo estuvo ayer compartiendo lo que sabe con los alumnos del MBA de ESEUNE. En el twitter lancé las ideas que iban aflorando en el aula...y ahora las resumo.
Primera idea: diversidad. En la Humanidad no hay dos personas iguales; cada persona es diferente y lo es además cada día de su vida.
Segunda idea: inteligencia. Somos los seres más inteligentes del Planeta, pero ojalá no seamos los más inteligentes del Universo, porque cada día demostramos lo poco inteligentes que somos como especie humana: nos pegamos, nos matamos, destruimos el medio ambiente, arrasamos los recursos, explotamos a los demás… Tenemos que comenzar a utilizar mejor nuestra inteligencia.
Tercera idea: el sistema educativo es un desastre. Prepara a las personas para la repetibilidad, la obedicencia y la rutina. Todos han de salir cortados por el mismo patrón: a los 5 años aprenden todos a leer, a los 6 años a sumar, a los 7 a multiplicar… No se tienen en cuenta las habilidades personales (en algunos colegios no son personas, sino números: el 32, el 26, el 17). El modelo educativo reprime al que pregunta, al que piensa, al que cuestiona las normas; las personas son educadas para callar, escuchar, obedecer y seguir instrucciones. Sin libertad. La libertad es natural, pero nos educan para que no lo sea; habla cuando te pregunten, levántate cuando te digan, estudia lo que te mandan… Y cuando somos adultos, en la empresa, las personas que tenemos que hacer el futuro aprendemos de personas que tienen 50, 60 años y experiencias del pasado. ¿Es eso lógico construir el futuro aprendiendo de las experiencias de un pasado cada vez más remoto, en un Mundo en el que todo cambia cada vez más rápido? Tal vez por eso avanzamos tan poco.
Cuarta idea: crisis. Se habla de crisis y se habla de innovación; todos (políticos, empresarios, directivos) hablan ahora de innovación; y muchos de los que hablan no tienen ni idea de lo que es la innovación. Tenemos crisis económica (más financiera que económica); pero también crisis energética, medioambiental; y sobre todo, crisis de valores. Los valores prácticamente han desaparecido; el mundo se nos ha ido de las manos; ser honrado equivale a es ser estúpido. Los países desarrollados nunca han llegado a poner el 0,7% de su PIB para el desarrollo del tercer mundo (se han quedado en el 0,4, el 0,6…); ¿Por qué?. Porque no había suficiente en los Presupuestos. Sin embargo, para salvar GM o a los bancos si se puede poner el 6% del PIB.
Quinta idea: competitividad. Si no eres el mejor, eres un fracasado; solo gana el número 1 y los demás (que pueden ser decenas, miles o millones…) son todos unos fracasados. Tienes que estudiar para ser el mejor; tienes que entrenar para ser el mejor; tienes que trabajar para ser el mejor; pero solo unos pocos pueden y el resto…según este esquema, fracasa. Este mensaje es el que ha llevado al mundo a las cuotas de infelicidad más altas conocidas; nunca hemos tenido tanto (casas, coches, teles, ordenadores, móviles….) pero cuanto más tenemos, más deseamos y menos felices somos.
Sexta idea: jerarquía. Las organizaciones siguen siendo jerárquicas, inspiradas en los ejércitos del XIX. Pero eso sí, los empresarios y directivos que no hacen nada por cambiar el sistema (que equivaldría a terminar con su poder jerárquico), hablan de innovación, de personas....
Séptima idea: eficacia y eficiencia. Educamos en la eficacia pero no en la eficiencia. Exigimos que se hagan las cosas bien pero no informamos de resultados económicos. La gente trabaja y no sabe para qué trabaja (más allá de cobrar una nómina), cuánto valor genera, cuánto gana la organización con lo que hace. Es como un equipo de fútbol en el cuál se ordena a los jugadores chutar el balón hacia la portería contraria y no se informa nunca a los jugadores del resultado, ni de cómo va la calificación, cuántos puntos tiene nuestro equipo, cuáles son los objetivos a corto plazo, a largo… Nada. Las personas solo tienen que trabajar y hacer lo que se les manda. No tienen información..y lo peor de todo es que eso será así durante 10, 20 o 30 años de su vida en esa empresa. La obsesión por la eficacia (hacer las cosas) nos lleva a idolatrar la calidad. Pero el futuro no está en la calidad (todos lo hacen) sino en la excelencia en el servicio (casi nadie lo hace). No es cuestión de tener la mejor máquina, las mejores instalaciones, la última tecnología…que hasta los chinos la tienen…sino cuestión de ser excelentes en el servicio al cliente; toda la organización.
Octava idea: innovamos los humanos. El humano se diferencia de otras especies y de las máquinas porque siente, piensa, se emociona… Pero a las empresas les preocupa que las personas piensen demasiado y les importa bien poco (o nada) lo que sienten. Solo quieren utilizar su “músculo” (la mano de obra). Necesitamos i+i+i: personas inconformistas, inquietas e iconoclastas; personas que todo lo cuestionan, se revelan, crean, reinventan, investigan, comparten, no paran....
Novena idea: libertad. Desde la libertad se puede crear; con rutina, proceso, especialización y respetabilidad, no. Sin libertad no hay innovación. Pero las empresas temen a la libertad; piensan que la libertad lleva a la anarquía y no son conscientes de la relación directa entre libertad y responsabilidad. Somos humanos, ¿no?
Décima idea: un proyecto basado en las personas. Todo comienza con un proyecto (ilusión, entusiasmo, empuje) y con el paso del tiempo, el proyecto se convierte en empresa; entonces, desaparece la ilusión y el entusiasmo es sustituido por la rutina. Necesitamos proyectos; y éstos han de estar basados en las personas, porque sin personas no hay proyecto (no hay energía, no hay talento, no hay entusiasmo…). Un proyecto basado en las personas y focalizado al cliente tiene todas las garantías para triunfar y no hay crisis económica que pueda apartarle del camino; porque utiliza el talento, la creatividad la energía de las personas, su entusiasmo…todo aquello que hace que los seres humanos seamos únicos.
Primera idea: diversidad. En la Humanidad no hay dos personas iguales; cada persona es diferente y lo es además cada día de su vida.
Segunda idea: inteligencia. Somos los seres más inteligentes del Planeta, pero ojalá no seamos los más inteligentes del Universo, porque cada día demostramos lo poco inteligentes que somos como especie humana: nos pegamos, nos matamos, destruimos el medio ambiente, arrasamos los recursos, explotamos a los demás… Tenemos que comenzar a utilizar mejor nuestra inteligencia.
Tercera idea: el sistema educativo es un desastre. Prepara a las personas para la repetibilidad, la obedicencia y la rutina. Todos han de salir cortados por el mismo patrón: a los 5 años aprenden todos a leer, a los 6 años a sumar, a los 7 a multiplicar… No se tienen en cuenta las habilidades personales (en algunos colegios no son personas, sino números: el 32, el 26, el 17). El modelo educativo reprime al que pregunta, al que piensa, al que cuestiona las normas; las personas son educadas para callar, escuchar, obedecer y seguir instrucciones. Sin libertad. La libertad es natural, pero nos educan para que no lo sea; habla cuando te pregunten, levántate cuando te digan, estudia lo que te mandan… Y cuando somos adultos, en la empresa, las personas que tenemos que hacer el futuro aprendemos de personas que tienen 50, 60 años y experiencias del pasado. ¿Es eso lógico construir el futuro aprendiendo de las experiencias de un pasado cada vez más remoto, en un Mundo en el que todo cambia cada vez más rápido? Tal vez por eso avanzamos tan poco.
Cuarta idea: crisis. Se habla de crisis y se habla de innovación; todos (políticos, empresarios, directivos) hablan ahora de innovación; y muchos de los que hablan no tienen ni idea de lo que es la innovación. Tenemos crisis económica (más financiera que económica); pero también crisis energética, medioambiental; y sobre todo, crisis de valores. Los valores prácticamente han desaparecido; el mundo se nos ha ido de las manos; ser honrado equivale a es ser estúpido. Los países desarrollados nunca han llegado a poner el 0,7% de su PIB para el desarrollo del tercer mundo (se han quedado en el 0,4, el 0,6…); ¿Por qué?. Porque no había suficiente en los Presupuestos. Sin embargo, para salvar GM o a los bancos si se puede poner el 6% del PIB.
Quinta idea: competitividad. Si no eres el mejor, eres un fracasado; solo gana el número 1 y los demás (que pueden ser decenas, miles o millones…) son todos unos fracasados. Tienes que estudiar para ser el mejor; tienes que entrenar para ser el mejor; tienes que trabajar para ser el mejor; pero solo unos pocos pueden y el resto…según este esquema, fracasa. Este mensaje es el que ha llevado al mundo a las cuotas de infelicidad más altas conocidas; nunca hemos tenido tanto (casas, coches, teles, ordenadores, móviles….) pero cuanto más tenemos, más deseamos y menos felices somos.
Sexta idea: jerarquía. Las organizaciones siguen siendo jerárquicas, inspiradas en los ejércitos del XIX. Pero eso sí, los empresarios y directivos que no hacen nada por cambiar el sistema (que equivaldría a terminar con su poder jerárquico), hablan de innovación, de personas....
Séptima idea: eficacia y eficiencia. Educamos en la eficacia pero no en la eficiencia. Exigimos que se hagan las cosas bien pero no informamos de resultados económicos. La gente trabaja y no sabe para qué trabaja (más allá de cobrar una nómina), cuánto valor genera, cuánto gana la organización con lo que hace. Es como un equipo de fútbol en el cuál se ordena a los jugadores chutar el balón hacia la portería contraria y no se informa nunca a los jugadores del resultado, ni de cómo va la calificación, cuántos puntos tiene nuestro equipo, cuáles son los objetivos a corto plazo, a largo… Nada. Las personas solo tienen que trabajar y hacer lo que se les manda. No tienen información..y lo peor de todo es que eso será así durante 10, 20 o 30 años de su vida en esa empresa. La obsesión por la eficacia (hacer las cosas) nos lleva a idolatrar la calidad. Pero el futuro no está en la calidad (todos lo hacen) sino en la excelencia en el servicio (casi nadie lo hace). No es cuestión de tener la mejor máquina, las mejores instalaciones, la última tecnología…que hasta los chinos la tienen…sino cuestión de ser excelentes en el servicio al cliente; toda la organización.
Octava idea: innovamos los humanos. El humano se diferencia de otras especies y de las máquinas porque siente, piensa, se emociona… Pero a las empresas les preocupa que las personas piensen demasiado y les importa bien poco (o nada) lo que sienten. Solo quieren utilizar su “músculo” (la mano de obra). Necesitamos i+i+i: personas inconformistas, inquietas e iconoclastas; personas que todo lo cuestionan, se revelan, crean, reinventan, investigan, comparten, no paran....
Novena idea: libertad. Desde la libertad se puede crear; con rutina, proceso, especialización y respetabilidad, no. Sin libertad no hay innovación. Pero las empresas temen a la libertad; piensan que la libertad lleva a la anarquía y no son conscientes de la relación directa entre libertad y responsabilidad. Somos humanos, ¿no?
Décima idea: un proyecto basado en las personas. Todo comienza con un proyecto (ilusión, entusiasmo, empuje) y con el paso del tiempo, el proyecto se convierte en empresa; entonces, desaparece la ilusión y el entusiasmo es sustituido por la rutina. Necesitamos proyectos; y éstos han de estar basados en las personas, porque sin personas no hay proyecto (no hay energía, no hay talento, no hay entusiasmo…). Un proyecto basado en las personas y focalizado al cliente tiene todas las garantías para triunfar y no hay crisis económica que pueda apartarle del camino; porque utiliza el talento, la creatividad la energía de las personas, su entusiasmo…todo aquello que hace que los seres humanos seamos únicos.
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miércoles, septiembre 22, 2010
¿Optimistas o realistas?
Decía el escritor inglés William George Ward que el pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; y el realista ajusta las velas.
España es un galeón que navega por el mar de la crisis con una tripulación gobernada por optimistas: el capitán se mantiene firme en el puente de mando, rodeado por sus fieles oficiales, esperando a que el viento cambie.
En las empresas españolas nos encontramos muchos pesimistas (siempre se quejan; lo hacían en 2007 cuando nuestro PIB crecía y lo hacen ahora que decrece), muchos optimistas (que no hacen nada salvo limitarse a esperar un cambio de tendencia) y unos pocos (los menos) realistas: las personas que ajustamos las velas en función de la dirección e intensidad de los vientos.
Comento esto porque hace unos días me comentaban los alumnos que “se respira un cierto optimismo”. Cierto. Pero se trata más de personas con pensamientos positivos a la espera de un cambio de viento (como diría Ward) que individuos cuyo estado de ánimo viene condicionado por una análisis sereno y objetivo de la realidad.
Las economías más importantes han dejado atrás la recesión. Pero eso no implica una recuperación vigorosa (simplemente han dejado de caer). Mientras tanto, España seguirá cayendo cuando finalice el 2010 (a menor velocidad, eso sí) y estamos más cerca de una segunda recesión (encadenando dos trimestres consecutivos negativos si el tercero de este año fuera negativo –que parece lo será- y el cuarto siga la misma tendencia –que pocos datos animan a los contrario). No hay que caer en el pesimismo, sino tomar medidas (ser realista) algo que nuestros gobernantes aún no han decidido hacer.
Todo el arsenal desplegado en forma de estímulos (Planes E para los ayuntamientos, ayudas para automóviles, electrodomésticos…) han generado un insignificante crecimiento (en el segundo trimestres de 2010) del 0,2%; motivo de satisfacción para los optimistas y de preocupación para los realistas.
Sea una “W” (una segunda recesión tras un periodo de crecimiento leve vivido hasta este tercer trimestre de 2010) o una “L” (dejamos de caer, pero tendremos una larga época de crecimientos insignificantes) es absolutamente necesario realizar profundas reformas (lo que se ha hecho hasta ahora, si bien es un primer paso, resulta absolutamente insuficiente).
Vientos favorables, haberlos haylos: las economías emergentes se recuperan, Latinoamérica mantiene un ritmo de crecimiento significativo y la locomotora alemana comienza a carburar (pero tengamos en cuenta que la debilidad esgrimida por el euro durante la crisis de la deuda griegohispanolusa ayudó a sus exportaciones). Pero la fuerza de esos vientos queda relativizada por las incertidumbres que generan importantes economías como la británica (déficit y deuda) o la propia estadounidense (la crisis inmobiliaria persiste y no se termina por comenzar a crear empleo); o la certeza al respecto de los graves problemas a los cuáles se enfrentan países como Grecia o Irlanda.
Pero sobre todo continúan soplando vientos adversos dentro de nuestro propio país. La tasa de desempleo cabalga a sus anchas por encima del 20% con una reforma laboral que no ha dejado satisfecho a nadie (ni a los sindicatos, ni a los empresarios ni al gobierno…). El crédito no termina de fluir (los bancos suficiente tienen con atender sus propios compromisos mientras vigilan el ritmo de crecimiento de la morosidad).
La reducción del déficit es una especie de misterio ya que resulta complicado controlar las diferentes fuentes de generación de gasto público, especialmente la de algunos ayuntamientos y comunidades autónomas que se van a enfrentar en 2011 a desafíos impresionantes. Por cierto, con el desmadre de ayuntamientos y comunidades, ¿cumpliremos nuestro compromiso de reducción del déficit -6% del PIB- en 2011? El que vea pocas probabilidades ya sabe lo que nos espera: volverán los problemas con el diferencial de la deuda (reviviremos mayo de 2010).
Con un 20% de paro (el FMI dice que no volveremos a crecer por encima del 2% -el mínimo exigible para comenzar a crear empleo- hasta 2016), los mercados controlando nuestra inversión pública, recortes, falta de crédito, incrementos de impuestos, desastre inmobiliario y administraciones públicas hiperdimensionadas (por cierto, solo la administración central ha incrementado un 2,6% el número de funcionarios)… el mercado interior tardará en recuperarse. El único clavo ardiendo al cual podemos agarrarnos es la (esperemos) recuperación exterior. Pero aquí las empresas españolas se darán de bruces con la cruda realidad: no son competitivas. El desmadre de la época de crecimiento nos ha conducido a la situación actual en la cual la proporción entre salarios y resultados es desastrosa; hemos ido incrementando salarios sin incrementar los resultados generados de forma proporcional, lo que ha dejado muy tocada a nuestra productividad. Cierto es que las exportaciones españolas han crecido en la primera mitad del año un 16%. Pero en los últimos tres meses presentan un estancamiento en su ritmo de crecimiento preocupante y, a pesar de crecer, estamos muy lejos todavía del volumen alcanzado en 2007 (si todo va bien cerraremos 2010 con un volumen similar al de 2006). En otras palabras, no estamos aprovechando (o no podemos aprovechar) la recuperación exterior con las mismas posibilidades que nuestros competidores francos, germanos o anglosajones.
Y recuerdo (por si alguno lo había olvidado) que seguimos teniendo un millón de pisos sin vender (más de 150.000 millones en ladrillos dentro del balance de bancos y cajas) y que nadie sabe cuándo se venderán (y los promotores deben a la banca 400.000 millones). Con un mercado inmobiliario muerto (los promotroes no bajan el precio; prefieren que se lo quede el banco), tarde o temprano aparecerá ese agujero de más de 500.000 millones de euros.
Ser un país con muchos pesimistas (por mucho que hagamos España seguirá siendo España), con muchos optimistas (sin hacer nada volveremos a ser la alegría de la huerta en la champiñón league) y pocos realistas (pero…¿tendremos que ajustar alguna vela, no?) ha generado otro problema: en otros lugares (como Alemania) la crisis ha motivado a las personas para cambiar (a pesar de no tener problemas de deuda, Alemania a recortado su gasto público; a pesar de no tener un 20% de paro, muchos países introducen mejores) mientras que en España no hemos aprovechado la crisis para realizar las profundas reformas que hace años se vienen exigiendo.
Y aquí recurro de nuevo a una frase de Ward: Las oportunidades son como los amaneceres; si uno espera demasiado, se los pierde.
España es un galeón que navega por el mar de la crisis con una tripulación gobernada por optimistas: el capitán se mantiene firme en el puente de mando, rodeado por sus fieles oficiales, esperando a que el viento cambie.
En las empresas españolas nos encontramos muchos pesimistas (siempre se quejan; lo hacían en 2007 cuando nuestro PIB crecía y lo hacen ahora que decrece), muchos optimistas (que no hacen nada salvo limitarse a esperar un cambio de tendencia) y unos pocos (los menos) realistas: las personas que ajustamos las velas en función de la dirección e intensidad de los vientos.
Comento esto porque hace unos días me comentaban los alumnos que “se respira un cierto optimismo”. Cierto. Pero se trata más de personas con pensamientos positivos a la espera de un cambio de viento (como diría Ward) que individuos cuyo estado de ánimo viene condicionado por una análisis sereno y objetivo de la realidad.
Las economías más importantes han dejado atrás la recesión. Pero eso no implica una recuperación vigorosa (simplemente han dejado de caer). Mientras tanto, España seguirá cayendo cuando finalice el 2010 (a menor velocidad, eso sí) y estamos más cerca de una segunda recesión (encadenando dos trimestres consecutivos negativos si el tercero de este año fuera negativo –que parece lo será- y el cuarto siga la misma tendencia –que pocos datos animan a los contrario). No hay que caer en el pesimismo, sino tomar medidas (ser realista) algo que nuestros gobernantes aún no han decidido hacer.
Todo el arsenal desplegado en forma de estímulos (Planes E para los ayuntamientos, ayudas para automóviles, electrodomésticos…) han generado un insignificante crecimiento (en el segundo trimestres de 2010) del 0,2%; motivo de satisfacción para los optimistas y de preocupación para los realistas.
Sea una “W” (una segunda recesión tras un periodo de crecimiento leve vivido hasta este tercer trimestre de 2010) o una “L” (dejamos de caer, pero tendremos una larga época de crecimientos insignificantes) es absolutamente necesario realizar profundas reformas (lo que se ha hecho hasta ahora, si bien es un primer paso, resulta absolutamente insuficiente).
Vientos favorables, haberlos haylos: las economías emergentes se recuperan, Latinoamérica mantiene un ritmo de crecimiento significativo y la locomotora alemana comienza a carburar (pero tengamos en cuenta que la debilidad esgrimida por el euro durante la crisis de la deuda griegohispanolusa ayudó a sus exportaciones). Pero la fuerza de esos vientos queda relativizada por las incertidumbres que generan importantes economías como la británica (déficit y deuda) o la propia estadounidense (la crisis inmobiliaria persiste y no se termina por comenzar a crear empleo); o la certeza al respecto de los graves problemas a los cuáles se enfrentan países como Grecia o Irlanda.
Pero sobre todo continúan soplando vientos adversos dentro de nuestro propio país. La tasa de desempleo cabalga a sus anchas por encima del 20% con una reforma laboral que no ha dejado satisfecho a nadie (ni a los sindicatos, ni a los empresarios ni al gobierno…). El crédito no termina de fluir (los bancos suficiente tienen con atender sus propios compromisos mientras vigilan el ritmo de crecimiento de la morosidad).
La reducción del déficit es una especie de misterio ya que resulta complicado controlar las diferentes fuentes de generación de gasto público, especialmente la de algunos ayuntamientos y comunidades autónomas que se van a enfrentar en 2011 a desafíos impresionantes. Por cierto, con el desmadre de ayuntamientos y comunidades, ¿cumpliremos nuestro compromiso de reducción del déficit -6% del PIB- en 2011? El que vea pocas probabilidades ya sabe lo que nos espera: volverán los problemas con el diferencial de la deuda (reviviremos mayo de 2010).
Con un 20% de paro (el FMI dice que no volveremos a crecer por encima del 2% -el mínimo exigible para comenzar a crear empleo- hasta 2016), los mercados controlando nuestra inversión pública, recortes, falta de crédito, incrementos de impuestos, desastre inmobiliario y administraciones públicas hiperdimensionadas (por cierto, solo la administración central ha incrementado un 2,6% el número de funcionarios)… el mercado interior tardará en recuperarse. El único clavo ardiendo al cual podemos agarrarnos es la (esperemos) recuperación exterior. Pero aquí las empresas españolas se darán de bruces con la cruda realidad: no son competitivas. El desmadre de la época de crecimiento nos ha conducido a la situación actual en la cual la proporción entre salarios y resultados es desastrosa; hemos ido incrementando salarios sin incrementar los resultados generados de forma proporcional, lo que ha dejado muy tocada a nuestra productividad. Cierto es que las exportaciones españolas han crecido en la primera mitad del año un 16%. Pero en los últimos tres meses presentan un estancamiento en su ritmo de crecimiento preocupante y, a pesar de crecer, estamos muy lejos todavía del volumen alcanzado en 2007 (si todo va bien cerraremos 2010 con un volumen similar al de 2006). En otras palabras, no estamos aprovechando (o no podemos aprovechar) la recuperación exterior con las mismas posibilidades que nuestros competidores francos, germanos o anglosajones.
Y recuerdo (por si alguno lo había olvidado) que seguimos teniendo un millón de pisos sin vender (más de 150.000 millones en ladrillos dentro del balance de bancos y cajas) y que nadie sabe cuándo se venderán (y los promotores deben a la banca 400.000 millones). Con un mercado inmobiliario muerto (los promotroes no bajan el precio; prefieren que se lo quede el banco), tarde o temprano aparecerá ese agujero de más de 500.000 millones de euros.
Ser un país con muchos pesimistas (por mucho que hagamos España seguirá siendo España), con muchos optimistas (sin hacer nada volveremos a ser la alegría de la huerta en la champiñón league) y pocos realistas (pero…¿tendremos que ajustar alguna vela, no?) ha generado otro problema: en otros lugares (como Alemania) la crisis ha motivado a las personas para cambiar (a pesar de no tener problemas de deuda, Alemania a recortado su gasto público; a pesar de no tener un 20% de paro, muchos países introducen mejores) mientras que en España no hemos aprovechado la crisis para realizar las profundas reformas que hace años se vienen exigiendo.
Y aquí recurro de nuevo a una frase de Ward: Las oportunidades son como los amaneceres; si uno espera demasiado, se los pierde.
martes, septiembre 21, 2010
Un euro para salvar el mundo
¿Quién dice que a los occidentales nos importa un carajo el tercer mundo? Ahora pagaremos 1€ con cada billete de avión que compremos, para ayudar a su desarrollo. Por ejemplo:
- Un fabricante de microcircuitos y condensadores de telefonía móvil pagará 1€ cuando saque un billete para volar a el Congo a comprar coltán (como se conoce a la columbita-tantalita, un mineral esencial para la electrónica que es extraído por niños semiesclavizados que trabajan 18 horas al día dándole al pico y a la pala).
- Un turista pagará 1€ para volar a un resort del Caribe (construido sobra varias hectáreas de fauna y flora protegida frente a un arrecife de que se llena de buceadores que buscan sacar una foto a los peces de colores mientras destrozan a aletazos y patadas el coral), en el que trabajan cientos de trabajadores que cobran poco más de 100 dólares al mes (le llaman turismo low-cost…en busca de países con los costes laborales cada vez más bajos).
- O un empresario de distribución textil que visitará en Vietnam las fábricas en la que cada jornada 5.000 trabajadores hacinados, sin medias de seguridad, producen por un dólar al día de salario decenas de zapatos, camisetas.
- O las compañías petrolíferas pagarán 1€ cuando envíen a las costas del África Occidental a sus ingenieros expertos en extracción y construcción de pozos. Al igual que pagarán 1€ las compañías que buscan madera, café, minerales…
Pagaremos 1€..pero eso sí, de forma voluntaria. Una brillante idea más del hombre que quiso salvar España y como no le entendía casi nadie intentará ahora salvar el mundo.
- Un fabricante de microcircuitos y condensadores de telefonía móvil pagará 1€ cuando saque un billete para volar a el Congo a comprar coltán (como se conoce a la columbita-tantalita, un mineral esencial para la electrónica que es extraído por niños semiesclavizados que trabajan 18 horas al día dándole al pico y a la pala).
- Un turista pagará 1€ para volar a un resort del Caribe (construido sobra varias hectáreas de fauna y flora protegida frente a un arrecife de que se llena de buceadores que buscan sacar una foto a los peces de colores mientras destrozan a aletazos y patadas el coral), en el que trabajan cientos de trabajadores que cobran poco más de 100 dólares al mes (le llaman turismo low-cost…en busca de países con los costes laborales cada vez más bajos).
- O un empresario de distribución textil que visitará en Vietnam las fábricas en la que cada jornada 5.000 trabajadores hacinados, sin medias de seguridad, producen por un dólar al día de salario decenas de zapatos, camisetas.
- O las compañías petrolíferas pagarán 1€ cuando envíen a las costas del África Occidental a sus ingenieros expertos en extracción y construcción de pozos. Al igual que pagarán 1€ las compañías que buscan madera, café, minerales…
Pagaremos 1€..pero eso sí, de forma voluntaria. Una brillante idea más del hombre que quiso salvar España y como no le entendía casi nadie intentará ahora salvar el mundo.
miércoles, junio 30, 2010
Mucho más que un iPad y un iPhone4G
Interesante la nueva tiena de Apple en Wisconssin Avenue (Georgetown, Washington DC).Apple demuestra como los puntos de venta son algo más que "puntos de venta" (como sucede con otros ejemplos comentados como las tiendas Nespresso, etc.)
Lo primera que llama la atención es la existencia de decenas de iPads, y decenas de nuevos iPhone 4G para que la gente enrede, juegue, navegue... Al margen de otras decenas de iPods de todos los modelos, Macs, MiniMacs, Apple TV, etc

Destaco una zona especial para los niños (con mobiliario específico para ellos) donde pueden jugar con Macs, iPhones 4G y iPads (preparados con juegos infantiles). Lo comparo con lo que me pasó hace unas semanas en El Corte Inglés cuando una vendedora me fulminó con su mirada porque mi hijo había osado tocar un teclado. No se trata simplemente de un espacio para que los niños se entretengan mientras los padres compran (que ya de por si es importante). Apple sabe que los dos niños de la foto son los que decidirán el futuro de su empresa dentro de una década; cuanto antes los conquiste, mejor (a Marco ya le tienen en el bote)

Al fondo de la tienda (totalmente diáfana y con altos techos que dan mayor sensación de amplitud) hay una zona donde se hibrida la formación con la venta; es un espacio donde tranquilamente muestran a las personas el funcionamiento, las posibilidades, las aplicaciones, etc. de los diferentes dispositivos, software, etc.
Conté hasta 20 personas en ese momento trabajando (los que vemos en las fotos con el polo azul). No existían cajas de salida ni cajas registradoras: el propio vendedor te cobraba con un dispositivo basado en el iPhone (con un lector de infrarojos y uno de tarjetas). Entre todas las personas que atienden a los clientes destaca una vendedora invidente, que mostraba el funcionamiento de un iPad y caminaba por la tienda con la ayuda de su perro.

Público de todas las edades (desde los 7 años a los 70), mucho interés por el iPhone 4G (han vendido en una semana más de un millón y medio), por el iPAd y por la Apple TV. LA decoración moderna, cuidada pero sencilla, sin restar un ápice de protagonismo a los dispositivos.






Lo primera que llama la atención es la existencia de decenas de iPads, y decenas de nuevos iPhone 4G para que la gente enrede, juegue, navegue... Al margen de otras decenas de iPods de todos los modelos, Macs, MiniMacs, Apple TV, etc
Destaco una zona especial para los niños (con mobiliario específico para ellos) donde pueden jugar con Macs, iPhones 4G y iPads (preparados con juegos infantiles). Lo comparo con lo que me pasó hace unas semanas en El Corte Inglés cuando una vendedora me fulminó con su mirada porque mi hijo había osado tocar un teclado. No se trata simplemente de un espacio para que los niños se entretengan mientras los padres compran (que ya de por si es importante). Apple sabe que los dos niños de la foto son los que decidirán el futuro de su empresa dentro de una década; cuanto antes los conquiste, mejor (a Marco ya le tienen en el bote)
Al fondo de la tienda (totalmente diáfana y con altos techos que dan mayor sensación de amplitud) hay una zona donde se hibrida la formación con la venta; es un espacio donde tranquilamente muestran a las personas el funcionamiento, las posibilidades, las aplicaciones, etc. de los diferentes dispositivos, software, etc.
Conté hasta 20 personas en ese momento trabajando (los que vemos en las fotos con el polo azul). No existían cajas de salida ni cajas registradoras: el propio vendedor te cobraba con un dispositivo basado en el iPhone (con un lector de infrarojos y uno de tarjetas). Entre todas las personas que atienden a los clientes destaca una vendedora invidente, que mostraba el funcionamiento de un iPad y caminaba por la tienda con la ayuda de su perro.
Público de todas las edades (desde los 7 años a los 70), mucho interés por el iPhone 4G (han vendido en una semana más de un millón y medio), por el iPAd y por la Apple TV. LA decoración moderna, cuidada pero sencilla, sin restar un ápice de protagonismo a los dispositivos.
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ipad iPhone4G iPhone iPod Apple
lunes, mayo 31, 2010
Primera clase con el iPad

En mi clase del viernes pasado usé por última vez mi VAIO conectado al cañón; el fin de semana me compré el Keynote de iPad y pasé con el iTunes mi presentación de Power-Point de hoy lunes.
He llegado al aula, he conectado mi iPad (con el cable SVGA) al cañón….y no he tenido que esperar unos minutos a que arranque Windows Vista, que cargue el Panda, el resto de programas de Inicio…arrancar el powerpoint…. Enchufar, tocar la pantalla del iPad, poner mi dedo sobre el icono de iPad…y comenzar la presentación.
A partir de hoy, entierro el portátil y sobre todo, a redefinir mis transparencias descubriendo y aprendiendo día a día con todas las posibilidades que dar el iPad. Por cierto...la clase era de Innovación y TIC: la clave de la eficiencia y la productividad (era lo que tocaba...ha sido una grata casualidad)
Las aulas con un ordenador (aunque sea portátil) conectado al cañón…son ya historia.
viernes, febrero 26, 2010
El diablo da lecciones para salir de la crisis
Debatía hace unos días con un grupo de alumnos sobre el estado de bienestar, los servicios sociales, las políticas sociales del gobierno, etc. Cuando se habla de este tema siempre surge la comparativa con Estados Unidos (sobre todo ahora que se habla de la reforma sanitaria pretendida por Obama) y siempre hay quien indica que no podemos quejarnos porque el Estado nos ofrece “gratuitamente” toda una serie de servicios (que los Americanos por ejemplo han de pagar de su bolsillo).
Llama la atención lo de “gratuitamente”: ¿Sanidad gratuita? ¿Educación gratuita? Si nos ponemos a calcular cuánto nos cuesta a cada familia esos servicios que algunos creen que “regala” el Estado (y otros quieren hacer ver que quien lo regala es el Gobierno) nos llevaríamos una ingrata sorpresa.
Un alumno nos remitió unos datos extraídos de Internet que desmontan la teoría de la gratuidad y que me han servido también para reflexionar sobre las medidas que necesitamos para salir de la crisis:
- Tenemos que generar varios millones de puestos de trabajo
- Para ello necesitamos crear nuevas empresas (España es uno de los países del mundo en los que más costoso, complejo y lento es crear una nueva empresa; en algunos países de Europa se hace en 24 horas por Internet sin apenas coste) y que las empresas que han sobrevivido recuperen su nivel de producción
- Si queremos producir más tendremos primero que ser capaces de vender más; para ello necesitamos optimizar nuestras estrategias comerciales en los mercados emergentes que tirarán del carro (India, China, Brasil…) ya que la vieja Europa parece que volverá a gripar su motor (y no sirven para solucionarlo los millones de vacunas fabricadas de la gripe A)
- Pero vendiendo mejor en esos mercados (en los que no nos comemos una rosca si nos comparamos con ingleses, franceses o alemanes –ni que decir norteamericanos) hemos de, sobre todo, reactivar el consumo interno.
¿Cómo demonios reactivar el consumo interno si cada día miles de persona pierden su puesto de trabajo? Cómo generar nuevos puestos de trabajo si cada día la gente consume menos? Si no rompemos ese círculo vicioso tardaremos una década en reactivar nuestra economía.
Hace falta una reforma laboral que anime a las empresas a contratar (que no sean tan conservadoras a la hora de analizar la conveniencia de generar un nuevo puesto de trabajo). Y de forma paralela hemos de permitir que los ciudadanos dispongan de más dinero para consumir.
Pero no podemos subir salarios (ya que uno de los graves problemas de nuestra economía es ése: los salarios son muy bajos, pero la productividad también; si elevamos salarios muchas empresas dejarán de ser competitivas). ¿Qué hacer entonces para que la gente disponga de más dinero para consumir?
Es aquí cuando (mal que a muchos les pese) hemos de inspirarnos en los Estados Unidos de América, la meca del consumismo. Si, si; ya sé que para muchos el consumo es un pecado, pero España necesita que sus ciudadanos consuman, si queremos generar empleo. ¿Por qué los norteamericanos consumen tanto? Son muchos los motivos…y no se puede cambiar la idiosincrasia de un pueblo de la noche a la mañana; pero algunos datos nos pueden ayudar a reflexionar y generar ideas. Intentemos inspirarnos en el "diablo".
A un español le cuesta la gasolina más del triple que a un estadounidense. Yo lleno mi depósito dos veces a la semana, cinco veces al mes; cada depósito son 60€, es decir, 300€ al mes, lo que me da 3.600€ al año. Los 2.400 euros que pago de más son impuestos que se lleva el Estado (para darme entre otras cosas “servicios sociales gratuitos”) y que pueden venir muy bien para consumir.
Un estadounidense no paga IRPF si sus ingresos son menos de 3.000 dólares al mes. En España hay millones de personas que cobran menos de 4.000€ al mes y podríamos facilitarles el consumo, sobre todo a los mileuristas.
A un español le cuesta la tarifa del teléfono móvil el doble que a un estadounidense. Las tarifas de Internet son tres veces más caras (por una conexión tres veces más lenta). Si el mercado funcionara correctamente y hubiera competencia de verdad he calculado que mi empresa ahorraría en telecomunicaciones unos 4.000€ al año. Con esas cantidades se podrían generar entre todas las empresas españolas muchos puestos de trabajo (y las empresas mejorarían su competitividad; no solo reduciendo costes, sino incrementando la velocidad de Internet, por ejemplo).
A un español le cuesta la electricidad un 80% más cara que a un estadounidense. De nuevo un mercado donde la competencia no funciona. Y un país que parece no dar importancia a su déficit energético y al elevado coste que supone para nosotros importar petróleo, gas e incluso energía atómica de Francia.
A un español también le cuestan las comisiones bancarias y el mantenimiento de tarjetas de crédito un 80% más que a un estadounidense.
Se ha dado un impulso a la economía española con ayudas a la compra de coches; siendo esas ayudas insignificantes, se ha demostrado que la gente, si bajan los precios de los coches, compra. ¿Cómo multiplicar ese efecto? Un coche que a un estadounidense le cuesta 10.000 dólares (unos 7.000 euros) al español le cuesta más del doble. La diferencia no solo reside en lo dinámico del mercado estadounidense que genera un volumen que no hace necesarios altos márgenes en los distribuidores (concesionarios). El verdadero problema está en los impuestos: entre el IVA y el impuesto de matriculación se llevan un tercio del valor del coche. Si pagamos 18.000€ por un coche, 5.000€ son de impuestos. Por no hablar del seguro del coche: a un estadounidense le cuesta la mitad (lo mismo un seguro del hogar).
Hablando del IVA: cada par de zapatos, ordenador, reloj, raqueta de tenis o mochila para el niño que compramos nos cuesta por lo menos un 10% más caro que a un estadounidense. Ellos pagan sus “taxes” estatales (la parte del impuesto que se queda cada Estado) que varían entorno al 4% y federales (el Gobierno Federal se queda con un exiguo 2%). Frente a un 6% nosotros pronto pagaremos un 18% (el triple). Con esa diferencia las familias podrían incrementar de forma importante su potencial de consumo. Por no hablar de los impuestos “especiales” sobre tabaco y alcohol (que no existen en USA y en España llegan a encarecer el 320% del valor del producto)
Pero sigamos hablando de impuestos directos: en USA las empresas no pagan algo equivalente al IAE (Impuestos de Actividades Económicas), el impuesto de circulación del vehículo que pagamos los españoles para financiar enchufados en los ayuntamientos tampoco existe (por no hablar de la fortuna que hay que pagar por la OTA en muchas ciudades españolas –en ocasiones más cara que un parking privado- mientras que en muchas ciudades estadounidenses pagan algo llamado “sticker” que faculta para aparcar durante una año en todos los parkings municipales y cuests alrededor de 15 dólares anuales; ¿has calculado lo que pagas de OTA al ño?
Hablando de los ayuntamientos: en USA no hay impuesto de circulación; pero tampoco pagan ese “invento” llamado IBI (Impuesto sobre los Bienes Inmuebles).
Hablando de las Comunidades Autónomas: algunas mantienen el impuesto de Sucesiones y Donaciones (que no existe en USA). P
ero claro, españoles tenemos que pagar el salario de:
- 17 Presidentes Autonómicos. Muchos de ellos tienen séquito de Jefe de Estado: asesores, coche oficial, chófer, secretarios… ¡Un país con 45 millones de habitantes tiene 17 Presidentes! Algunos de ellos “Presiden” territorios con menos habitantes que un barrio de Nueva York
- Los 17 Gobiernos Autonómicos conllevan más de 300 “minitrillos” (cada uno con su cohorte de asesores, coche oficial, chófer, tarjeta VISA…)
- El Gobierno Central, más allá de los Ministros, cuenta con 200 Directores Generales y 2.000 asesores.
- Y claro está, ¡1.600 parlamentarios! Sumados a los 350 diputados en Cortes y 300 Senadores, ¡más de 2.250 personas para gestionar un país de 45 millones de habitantes! Cuando cada vez en mayor medida la capacidad legisladora se traslada hacia Europa.
- ¿Y qué decir de los 9.000 alcaldes y 86.000 concejales?
Hemos superado los 3.000.000 de funcionarios y trabajadores públicos (uno por cada 15 habitantes). En Estados Unidos tienen un funcionario por cada 145 habitantes.
Los datos utilizados ilustraban la comparativa entre la sanidad “gratuita” española y el “problema” de Estados Unidos. Al margen de todos los impuestos que pagamos, la Seguridad Social nos quita una media de 300 euros al mes (y la empresa paga otros 400 por los menos). Es decir, pagamos a la Seguridad Social 700 euros al mes para que nos ofrezca esa sanidad (el equivalente a 1.000 dólares al mes). Un seguro sanitario privado normal (tipo Igualatorio o Sanitas) le cuesta a un estadounidense unos 5.000 dólares anuales (que son 400 dólares al mes). O lo que es lo mismo: nosotros pagamos unos 700 euros al mes por la Sanidad Pública y el americano unos 300 euros. Aunque realmente a través de la Seguridad Social pagamos las pensiones. Pero de nuevo una comparativa con los planes de pensiones demostraría la ineficiencia del modelo.
Y, sobre todo, no hemos de olvidar que el salario medio en Estados Unidos triplica al equivalente español. Ingresan más y les quitan mucho menos; resultado: tienen mucho más para gastar. Si analizamos nuestra realidad: ingresamos poco y el Estado nos quita demasiado; con el escaso margen hemos de pagar una hipoteca, comida, colegios y ropa. Esa microscópica cantidad que nos queda a fin de mes para consumir ¿servirá para reactivar la economía del país? (después de quitarle el 18% de IVA, claro)
Llama la atención lo de “gratuitamente”: ¿Sanidad gratuita? ¿Educación gratuita? Si nos ponemos a calcular cuánto nos cuesta a cada familia esos servicios que algunos creen que “regala” el Estado (y otros quieren hacer ver que quien lo regala es el Gobierno) nos llevaríamos una ingrata sorpresa.
Un alumno nos remitió unos datos extraídos de Internet que desmontan la teoría de la gratuidad y que me han servido también para reflexionar sobre las medidas que necesitamos para salir de la crisis:
- Tenemos que generar varios millones de puestos de trabajo
- Para ello necesitamos crear nuevas empresas (España es uno de los países del mundo en los que más costoso, complejo y lento es crear una nueva empresa; en algunos países de Europa se hace en 24 horas por Internet sin apenas coste) y que las empresas que han sobrevivido recuperen su nivel de producción
- Si queremos producir más tendremos primero que ser capaces de vender más; para ello necesitamos optimizar nuestras estrategias comerciales en los mercados emergentes que tirarán del carro (India, China, Brasil…) ya que la vieja Europa parece que volverá a gripar su motor (y no sirven para solucionarlo los millones de vacunas fabricadas de la gripe A)
- Pero vendiendo mejor en esos mercados (en los que no nos comemos una rosca si nos comparamos con ingleses, franceses o alemanes –ni que decir norteamericanos) hemos de, sobre todo, reactivar el consumo interno.
¿Cómo demonios reactivar el consumo interno si cada día miles de persona pierden su puesto de trabajo? Cómo generar nuevos puestos de trabajo si cada día la gente consume menos? Si no rompemos ese círculo vicioso tardaremos una década en reactivar nuestra economía.
Hace falta una reforma laboral que anime a las empresas a contratar (que no sean tan conservadoras a la hora de analizar la conveniencia de generar un nuevo puesto de trabajo). Y de forma paralela hemos de permitir que los ciudadanos dispongan de más dinero para consumir.
Pero no podemos subir salarios (ya que uno de los graves problemas de nuestra economía es ése: los salarios son muy bajos, pero la productividad también; si elevamos salarios muchas empresas dejarán de ser competitivas). ¿Qué hacer entonces para que la gente disponga de más dinero para consumir?
Es aquí cuando (mal que a muchos les pese) hemos de inspirarnos en los Estados Unidos de América, la meca del consumismo. Si, si; ya sé que para muchos el consumo es un pecado, pero España necesita que sus ciudadanos consuman, si queremos generar empleo. ¿Por qué los norteamericanos consumen tanto? Son muchos los motivos…y no se puede cambiar la idiosincrasia de un pueblo de la noche a la mañana; pero algunos datos nos pueden ayudar a reflexionar y generar ideas. Intentemos inspirarnos en el "diablo".
A un español le cuesta la gasolina más del triple que a un estadounidense. Yo lleno mi depósito dos veces a la semana, cinco veces al mes; cada depósito son 60€, es decir, 300€ al mes, lo que me da 3.600€ al año. Los 2.400 euros que pago de más son impuestos que se lleva el Estado (para darme entre otras cosas “servicios sociales gratuitos”) y que pueden venir muy bien para consumir.
Un estadounidense no paga IRPF si sus ingresos son menos de 3.000 dólares al mes. En España hay millones de personas que cobran menos de 4.000€ al mes y podríamos facilitarles el consumo, sobre todo a los mileuristas.
A un español le cuesta la tarifa del teléfono móvil el doble que a un estadounidense. Las tarifas de Internet son tres veces más caras (por una conexión tres veces más lenta). Si el mercado funcionara correctamente y hubiera competencia de verdad he calculado que mi empresa ahorraría en telecomunicaciones unos 4.000€ al año. Con esas cantidades se podrían generar entre todas las empresas españolas muchos puestos de trabajo (y las empresas mejorarían su competitividad; no solo reduciendo costes, sino incrementando la velocidad de Internet, por ejemplo).
A un español le cuesta la electricidad un 80% más cara que a un estadounidense. De nuevo un mercado donde la competencia no funciona. Y un país que parece no dar importancia a su déficit energético y al elevado coste que supone para nosotros importar petróleo, gas e incluso energía atómica de Francia.
A un español también le cuestan las comisiones bancarias y el mantenimiento de tarjetas de crédito un 80% más que a un estadounidense.
Se ha dado un impulso a la economía española con ayudas a la compra de coches; siendo esas ayudas insignificantes, se ha demostrado que la gente, si bajan los precios de los coches, compra. ¿Cómo multiplicar ese efecto? Un coche que a un estadounidense le cuesta 10.000 dólares (unos 7.000 euros) al español le cuesta más del doble. La diferencia no solo reside en lo dinámico del mercado estadounidense que genera un volumen que no hace necesarios altos márgenes en los distribuidores (concesionarios). El verdadero problema está en los impuestos: entre el IVA y el impuesto de matriculación se llevan un tercio del valor del coche. Si pagamos 18.000€ por un coche, 5.000€ son de impuestos. Por no hablar del seguro del coche: a un estadounidense le cuesta la mitad (lo mismo un seguro del hogar).
Hablando del IVA: cada par de zapatos, ordenador, reloj, raqueta de tenis o mochila para el niño que compramos nos cuesta por lo menos un 10% más caro que a un estadounidense. Ellos pagan sus “taxes” estatales (la parte del impuesto que se queda cada Estado) que varían entorno al 4% y federales (el Gobierno Federal se queda con un exiguo 2%). Frente a un 6% nosotros pronto pagaremos un 18% (el triple). Con esa diferencia las familias podrían incrementar de forma importante su potencial de consumo. Por no hablar de los impuestos “especiales” sobre tabaco y alcohol (que no existen en USA y en España llegan a encarecer el 320% del valor del producto)
Pero sigamos hablando de impuestos directos: en USA las empresas no pagan algo equivalente al IAE (Impuestos de Actividades Económicas), el impuesto de circulación del vehículo que pagamos los españoles para financiar enchufados en los ayuntamientos tampoco existe (por no hablar de la fortuna que hay que pagar por la OTA en muchas ciudades españolas –en ocasiones más cara que un parking privado- mientras que en muchas ciudades estadounidenses pagan algo llamado “sticker” que faculta para aparcar durante una año en todos los parkings municipales y cuests alrededor de 15 dólares anuales; ¿has calculado lo que pagas de OTA al ño?
Hablando de los ayuntamientos: en USA no hay impuesto de circulación; pero tampoco pagan ese “invento” llamado IBI (Impuesto sobre los Bienes Inmuebles).
Hablando de las Comunidades Autónomas: algunas mantienen el impuesto de Sucesiones y Donaciones (que no existe en USA). P
ero claro, españoles tenemos que pagar el salario de:
- 17 Presidentes Autonómicos. Muchos de ellos tienen séquito de Jefe de Estado: asesores, coche oficial, chófer, secretarios… ¡Un país con 45 millones de habitantes tiene 17 Presidentes! Algunos de ellos “Presiden” territorios con menos habitantes que un barrio de Nueva York
- Los 17 Gobiernos Autonómicos conllevan más de 300 “minitrillos” (cada uno con su cohorte de asesores, coche oficial, chófer, tarjeta VISA…)
- El Gobierno Central, más allá de los Ministros, cuenta con 200 Directores Generales y 2.000 asesores.
- Y claro está, ¡1.600 parlamentarios! Sumados a los 350 diputados en Cortes y 300 Senadores, ¡más de 2.250 personas para gestionar un país de 45 millones de habitantes! Cuando cada vez en mayor medida la capacidad legisladora se traslada hacia Europa.
- ¿Y qué decir de los 9.000 alcaldes y 86.000 concejales?
Hemos superado los 3.000.000 de funcionarios y trabajadores públicos (uno por cada 15 habitantes). En Estados Unidos tienen un funcionario por cada 145 habitantes.
Los datos utilizados ilustraban la comparativa entre la sanidad “gratuita” española y el “problema” de Estados Unidos. Al margen de todos los impuestos que pagamos, la Seguridad Social nos quita una media de 300 euros al mes (y la empresa paga otros 400 por los menos). Es decir, pagamos a la Seguridad Social 700 euros al mes para que nos ofrezca esa sanidad (el equivalente a 1.000 dólares al mes). Un seguro sanitario privado normal (tipo Igualatorio o Sanitas) le cuesta a un estadounidense unos 5.000 dólares anuales (que son 400 dólares al mes). O lo que es lo mismo: nosotros pagamos unos 700 euros al mes por la Sanidad Pública y el americano unos 300 euros. Aunque realmente a través de la Seguridad Social pagamos las pensiones. Pero de nuevo una comparativa con los planes de pensiones demostraría la ineficiencia del modelo.
Y, sobre todo, no hemos de olvidar que el salario medio en Estados Unidos triplica al equivalente español. Ingresan más y les quitan mucho menos; resultado: tienen mucho más para gastar. Si analizamos nuestra realidad: ingresamos poco y el Estado nos quita demasiado; con el escaso margen hemos de pagar una hipoteca, comida, colegios y ropa. Esa microscópica cantidad que nos queda a fin de mes para consumir ¿servirá para reactivar la economía del país? (después de quitarle el 18% de IVA, claro)
miércoles, enero 27, 2010
Innovación en México con empresarios gallegos
Un saludo desde el blog para los 80 empresarios gallegos que participaron en la jornada "El Directivo ante el Reto de la Innovación" el pasado viernes 22 de enero.
Mi agradecimiento a los organizadores (Escuela de Negocios Caixanova, UMEAC, Xunta de Galicia, EGAPE) por invitarme a compartir conocimiento y un saludo para mis compañeros de jornada, Pablo Castejón y Daniel Pedrosa).
México es un país con grandes problemas pero al mismo tiempo espectaculares oportunidades; la innovación es una de las vías para convertir esos problemas en oportunidades. Muchos de los asistentes tomaron buena nota, como pudimos debatir en el almuerzo de trabajo, del lugar hacia el cual conduce la competición destructiva (forma de competir a base de quitar clientes a los competidores bajando precios, estrechando peligrosamente los márgenes, afectando a la calidad percibida por el cliente...) y esbozaron el inicio de un modelo de coopetición para garantizar el futuro de las organziaciones cuando pasen a las nuevas generaciones.
jueves, enero 14, 2010
Feliz 2011
En los dos últimos años hemos asistido a la peor crisis que muchos recordamos. En 2008 el gobierno hablaba de ralentización del crecimiento cuando nuestra economía caminaba (como así lo certificó 2009 con una caída del PIB cercana al 4% y la destrucción de casi dos millones de puestos de trabajo) hacia una profunda recesión. Hace poco más de un año, a finales de 2009, el mismo gobierno que negó la crisis hablaba de “brotes verdes” y de “inicio de la fase de recuperación”. A lo largo de ese año únicamente se centró en intentar frenar la caída mediante un enorme crecimiento del gasto público y quedarse parapetado a la espera de la recuperación internacional.
El recién terminado 2010 ha demostrado cómo el embriagador ambiente que al parecer se respira entre los muros del Palacio de la Moncloa genera en sus inquilinos un extraordinario sentimiento de infalibilidad. No es la primera vez que sucede (ni será la última) con un Presidente del Gobierno: todos los demás están equivocados y solo los que piensan como yo están en posesión de la verdad. Esa postura de un Presidente con grandes deficiencias en cuanto a conocimientos económicos (deficiencias acrecentadas por el hecho de asemejarse más el Consejo de Ministros a una reunión de apóstoles que jalean a su líder que a un foro de debate y generación de opiniones entre individuos altamente preparados) ha convertido lo que en 2009 era una grave crisis en la gran recesión en la cual se introducido nuestra economía a lo largo de este finalizado 2010.
Prácticamente todo ha seguido cayendo a lo largo del 2010: el consumo de las familias (ahora que ven como se empieza a destruir empleo entre los trabajadores con contrato fijo y que muchos funcionarios –sobre todo en Ayuntamientos- no han podido cobrar su nómina a fin de mes, el consumo se contrae) , el crédito, el empleo, el PIB, los servicios públicos (las autonomías cierran centros de salud, los ayuntamientos sus polideportivos…), etc. Las excepciones son el gasto público, la tasa de morosidad, la Deuda Pública (que a finales de 2010 roza el 75%) y los salarios. La sensación a comienzos de 2010 de que la economía se estaba recuperando era falsa (un lamentable engaño): simplemente se estaba ralentizando el ritmo de empeoramiento.
¿Qué va a suceder a lo largo de este nuevo 2011? Más de lo mismo. O peor: los tipos de interés tenderán a subir desde los mínimos alcanzados, las inyecciones de dinero a los bancos desaparecerán (solo han servido para que en 2010 los bancos y cajas atiendan los pagos de su espectacular deuda contraída en el exterior que sirvió para financiar el ladrillo) y los procesos de fusión de cajas que no pudieron acometerse en 2009 y 2010 por culpa de los oscuros intereses de los políticos en su control tendrán ahora que acelerarse. Mientras las cajas agonizan los bancos se preocuparán únicamente por su propia supervivencia, de manera que por mucho que las empresas continúen gritando a los cuatro vientos la imperiosa necesidad de crédito, conseguir financiación en 2011 seguirá siendo una quimera para la inmensa mayoría (y los que la consigan tendrán que pagar unos diferenciales abusivos), lo que avocará a la desaparición de muchas empresas que a duras penas han sobrevivido a este finalizado 2010.
Muchas empresas creyeron en 2010 el mensaje oficial: la economía se está recuperando; hemos tocado fondo y ahora queda esperar. Y emularon al Gobierno: permanezcamos parapetados hasta que la economía internacional tire del carro.
El carro no se ha movido hacia adelante; ha seguido retrocediendo en 2010. Cierto es que la economía China se ha recuperado algo, que la economía India evoluciona y que Estados Unidos ha iniciado su recuperación; pero, ¿cómo afecta a nuestro PIB ese crecimiento? Si apenas estamos presentes en esos mercados; si nuestras históricas deficiencias en la internacionalización siguen siendo una cruda realidad. Esa mejora ha de ser mucho mayor para que podamos compensar sus beneficios (derivados tal vez del efecto de ese crecimiento asiático sobre nuestras economías vecinas –Alemania, Francia, Reino Unido..) con las tremendas deficiencias de nuestra situación interna.
Los excelentes años vividos por nuestras empresas en 2007 y 2008 generaron “grasa” suficiente para sobrevivir durante el frio 2009 y el gélido 2010. Ahora que comienza el 2011 la grasa para muchos se ha terminado. La sucesión de ERE´s con la que han ido tirando cientos de empresas en 2009 y 2010 concluirá trágicamente en cese de la actividad e incremento de la tasa de paro.
Las arcas públicas se llenan de telas de araña. A pesar de la subida del IVA a mediados de 2010, el déficit ha seguido galopando a sus anchas, debido a la caída de la recaudación y a la obsesión del Gobierno por evitar la austeridad en el gasto público. El diferencial de nuestra deuda se está disparando y lo que hace tan solo cinco años parecía improbable se cierne sobre nosotros como una terrorífica amenaza: muy pronto no habrá dinero suficiente para poder atender todos los compromisos (pagar las pensiones, los salarios de los funcionarios, las infraestructuras…)
A comienzos de este finalizado 2010 el Gobierno parece decidido a agotar la legislatura evitando a toda costa las revueltas sociales. Parecía que tener complacidos a los sindicatos (atacando de vez en cuando a los empresarios, repitiendo constantemente que no se tomarán medidas que impliquen flexibilizar el mercado laboral, que no se recortarán salarios…) iba a evitar la movilización de las masas. Pero a finales de año hemos visto como lo que no puede ser no puede ser y además es imposible: los cinco millones de personas que no tienen trabajo han comenzado a ver que seguirán en esa situación durante mucho tiempo; y el millón de personas que ha agotado ya su subsidio de desempleo empieza a sentir la cruda realidad del un frío helador cuando muchos de ellos han comenzado a ser acosados por los bancos mediante procedimientos de embargo.
Mientras tanto, los trabajadores con contrato fijo se han enrocado y parece no importarles nada la situación de los cinco millones de compañeros sin empleo. Condicionados por el mensaje sindical (la culpa de la crisis no es de los trabajadores, así que no han de ser los trabajadores los que paguen) nadie quiere ni hablar de ajustar los salarios a la productividad. Ni trabajadores, ni gobierno, ni sindicatos…quieren hablar de flexibilidad laboral. Algo tan lógico como equilibrar salarios y productividad se convierte entonces en un imposible. Y algo tan ilógico como ver subir los salarios mientras aumenta el paro y desciende la producción, sigue siendo el pan nuestro de cada día.
¿Alguna buena noticia para este 2011? El PIB dejará de caer. Pero si tenemos en cuenta que en 2009 cayó casi un 4% y que en 2010 ha caído más de un 1%, no creo que sea digna de celebraciones esa pequeña mejora prevista para 2011. El paro seguirá creciendo (en el último semestre del 2010 ha superado el 20%) a comienzos de año, pero en la segunda mitad veremos una pequeña recuperación (decenas de miles de inmigrantes han decidido regresar a sus países y cada vez son más los españoles, sobre todo los jóvenes, los que están emigrando hacia países como Alemania, Reino Unidos, Brasil…en busca de una oportunidad que tienen claro en España no encontrarán) de manera que tal vez celebremos a finales de 2011 volver a tasas de paro inferiores al 20%. El déficit público comenzará a contenerse (el estado continuará privatizando servicios públicos –aeropuertos, sanidad, educación…- y las arcas tendrán un respiro).
Una cosa esta clara: la década que ahora comienza va a ser muy dura para todos. Pero no hemos de olvidar que nos estamos jugando el futuro y de lo que ahora hagamos en 2011 (y de lo que dejemos de hacer) dependerá la España que tendremos en 2020. Cuanto antes llegue un gran pacto que reforme la educación, el mercado laboral, la función pública y las administraciones, mayores serán las posibilidades de evitar lo que hoy, a 14 de enero de 2010 parece inevitable: convertirnos en uno de los países más pobres de Europa.
El recién terminado 2010 ha demostrado cómo el embriagador ambiente que al parecer se respira entre los muros del Palacio de la Moncloa genera en sus inquilinos un extraordinario sentimiento de infalibilidad. No es la primera vez que sucede (ni será la última) con un Presidente del Gobierno: todos los demás están equivocados y solo los que piensan como yo están en posesión de la verdad. Esa postura de un Presidente con grandes deficiencias en cuanto a conocimientos económicos (deficiencias acrecentadas por el hecho de asemejarse más el Consejo de Ministros a una reunión de apóstoles que jalean a su líder que a un foro de debate y generación de opiniones entre individuos altamente preparados) ha convertido lo que en 2009 era una grave crisis en la gran recesión en la cual se introducido nuestra economía a lo largo de este finalizado 2010.
Prácticamente todo ha seguido cayendo a lo largo del 2010: el consumo de las familias (ahora que ven como se empieza a destruir empleo entre los trabajadores con contrato fijo y que muchos funcionarios –sobre todo en Ayuntamientos- no han podido cobrar su nómina a fin de mes, el consumo se contrae) , el crédito, el empleo, el PIB, los servicios públicos (las autonomías cierran centros de salud, los ayuntamientos sus polideportivos…), etc. Las excepciones son el gasto público, la tasa de morosidad, la Deuda Pública (que a finales de 2010 roza el 75%) y los salarios. La sensación a comienzos de 2010 de que la economía se estaba recuperando era falsa (un lamentable engaño): simplemente se estaba ralentizando el ritmo de empeoramiento.
¿Qué va a suceder a lo largo de este nuevo 2011? Más de lo mismo. O peor: los tipos de interés tenderán a subir desde los mínimos alcanzados, las inyecciones de dinero a los bancos desaparecerán (solo han servido para que en 2010 los bancos y cajas atiendan los pagos de su espectacular deuda contraída en el exterior que sirvió para financiar el ladrillo) y los procesos de fusión de cajas que no pudieron acometerse en 2009 y 2010 por culpa de los oscuros intereses de los políticos en su control tendrán ahora que acelerarse. Mientras las cajas agonizan los bancos se preocuparán únicamente por su propia supervivencia, de manera que por mucho que las empresas continúen gritando a los cuatro vientos la imperiosa necesidad de crédito, conseguir financiación en 2011 seguirá siendo una quimera para la inmensa mayoría (y los que la consigan tendrán que pagar unos diferenciales abusivos), lo que avocará a la desaparición de muchas empresas que a duras penas han sobrevivido a este finalizado 2010.
Muchas empresas creyeron en 2010 el mensaje oficial: la economía se está recuperando; hemos tocado fondo y ahora queda esperar. Y emularon al Gobierno: permanezcamos parapetados hasta que la economía internacional tire del carro.
El carro no se ha movido hacia adelante; ha seguido retrocediendo en 2010. Cierto es que la economía China se ha recuperado algo, que la economía India evoluciona y que Estados Unidos ha iniciado su recuperación; pero, ¿cómo afecta a nuestro PIB ese crecimiento? Si apenas estamos presentes en esos mercados; si nuestras históricas deficiencias en la internacionalización siguen siendo una cruda realidad. Esa mejora ha de ser mucho mayor para que podamos compensar sus beneficios (derivados tal vez del efecto de ese crecimiento asiático sobre nuestras economías vecinas –Alemania, Francia, Reino Unido..) con las tremendas deficiencias de nuestra situación interna.
Los excelentes años vividos por nuestras empresas en 2007 y 2008 generaron “grasa” suficiente para sobrevivir durante el frio 2009 y el gélido 2010. Ahora que comienza el 2011 la grasa para muchos se ha terminado. La sucesión de ERE´s con la que han ido tirando cientos de empresas en 2009 y 2010 concluirá trágicamente en cese de la actividad e incremento de la tasa de paro.
Las arcas públicas se llenan de telas de araña. A pesar de la subida del IVA a mediados de 2010, el déficit ha seguido galopando a sus anchas, debido a la caída de la recaudación y a la obsesión del Gobierno por evitar la austeridad en el gasto público. El diferencial de nuestra deuda se está disparando y lo que hace tan solo cinco años parecía improbable se cierne sobre nosotros como una terrorífica amenaza: muy pronto no habrá dinero suficiente para poder atender todos los compromisos (pagar las pensiones, los salarios de los funcionarios, las infraestructuras…)
A comienzos de este finalizado 2010 el Gobierno parece decidido a agotar la legislatura evitando a toda costa las revueltas sociales. Parecía que tener complacidos a los sindicatos (atacando de vez en cuando a los empresarios, repitiendo constantemente que no se tomarán medidas que impliquen flexibilizar el mercado laboral, que no se recortarán salarios…) iba a evitar la movilización de las masas. Pero a finales de año hemos visto como lo que no puede ser no puede ser y además es imposible: los cinco millones de personas que no tienen trabajo han comenzado a ver que seguirán en esa situación durante mucho tiempo; y el millón de personas que ha agotado ya su subsidio de desempleo empieza a sentir la cruda realidad del un frío helador cuando muchos de ellos han comenzado a ser acosados por los bancos mediante procedimientos de embargo.
Mientras tanto, los trabajadores con contrato fijo se han enrocado y parece no importarles nada la situación de los cinco millones de compañeros sin empleo. Condicionados por el mensaje sindical (la culpa de la crisis no es de los trabajadores, así que no han de ser los trabajadores los que paguen) nadie quiere ni hablar de ajustar los salarios a la productividad. Ni trabajadores, ni gobierno, ni sindicatos…quieren hablar de flexibilidad laboral. Algo tan lógico como equilibrar salarios y productividad se convierte entonces en un imposible. Y algo tan ilógico como ver subir los salarios mientras aumenta el paro y desciende la producción, sigue siendo el pan nuestro de cada día.
¿Alguna buena noticia para este 2011? El PIB dejará de caer. Pero si tenemos en cuenta que en 2009 cayó casi un 4% y que en 2010 ha caído más de un 1%, no creo que sea digna de celebraciones esa pequeña mejora prevista para 2011. El paro seguirá creciendo (en el último semestre del 2010 ha superado el 20%) a comienzos de año, pero en la segunda mitad veremos una pequeña recuperación (decenas de miles de inmigrantes han decidido regresar a sus países y cada vez son más los españoles, sobre todo los jóvenes, los que están emigrando hacia países como Alemania, Reino Unidos, Brasil…en busca de una oportunidad que tienen claro en España no encontrarán) de manera que tal vez celebremos a finales de 2011 volver a tasas de paro inferiores al 20%. El déficit público comenzará a contenerse (el estado continuará privatizando servicios públicos –aeropuertos, sanidad, educación…- y las arcas tendrán un respiro).
Una cosa esta clara: la década que ahora comienza va a ser muy dura para todos. Pero no hemos de olvidar que nos estamos jugando el futuro y de lo que ahora hagamos en 2011 (y de lo que dejemos de hacer) dependerá la España que tendremos en 2020. Cuanto antes llegue un gran pacto que reforme la educación, el mercado laboral, la función pública y las administraciones, mayores serán las posibilidades de evitar lo que hoy, a 14 de enero de 2010 parece inevitable: convertirnos en uno de los países más pobres de Europa.
viernes, diciembre 11, 2009
Cómo comprender el Premio Nobel de la Paz a través de la compleja naturaleza del ser humano
Llevo 41 años como corresponsal de prensa en este Planeta y los primitivos (pero complejos) seres que habitan este Planeta (los humanos) no dejan de sorprenderme. Tal vez por eso me apasionan tanto y veo justificada mi permanencia en este remoto lugar del Universo, a cinco millones de años luz (utilizando el primario sistema de medición terrícola precuántico) de mi querido planeta.
Hace algo más de 100 años un empresario llamado Alfred Nobel manifestó en su testamento su voluntad de reconocer la labor de las personas y organizaciones que contribuyeran de forma notable a la evolución de la sociedad. Esos galardones (denominados Premios Nobel) van acompañados de una significativa recompensa económica (algo que como he escrito en otras crónicas desde este Planeta estimula en gran medida a los humanos) pero sobre todo gozan del máximo prestigio y reconocimiento a nivel mundial (no tan importante en su escala de valores como el dinero, pero relevante)
Entre ellos se entrega el llamado Premio Nobel de la Paz. A lo largo de cien años este galardón ha reconocido el trabajo en pos de la Paz de personas y organizaciones cuyo mensaje ha dejado huella no solo en la Tierra, sino en otros planetas de la Vía Láctea y galaxias vecinas, como el nuestro: Martin Luther King, la Cruz Roja, la Madre Teresa de Calcuta, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Nelson Mandela, UNICEF…
Probablemente llamará la atención a los habitantes de nuestro Planeta la designación del Comandante en Jefe de un Ejército que en estos momentos combate en dos guerras como Premio Nobel de la Paz. Forma parte de la paradójica complejidad de estos interesantes seres primitivos que habitan este pequeño planeta azul situado en un pequeño sistema formado por un pequeño número de planetas entorno a una diminuta estrella a la que llaman Sol.
El Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos de América voló (en una primitiva aeronave propulsada por combustibles fósiles denominada Air “Force” One) desde su ciudad (Washington) al lugar donde se celebra todos los años la ceremonia de entrega de los Premios Nobel (Oslo) unos días después de ordenar a 30.000 de sus soldados que se prepararan para reforzar las tropas de uno de sus campos de batalla: un remoto y complejo territorio llamado Afganistán.
Llamará la atención a los lectores de nuestro Planeta (a pesar de llevar tanto tiempo entre los humanos a mí también me siguen sorprendiendo sus reacciones) que el Premio Nobel de la Paz citará en 30 ocasiones la palabra “guerra” por tan solo 10 la palabra “paz”. En su discurso el Comandante comentó que "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
A lo largo de su alocución lanzó mensajes de paz a dos países del mismo Planeta con los que mantiene algunas diferencias: Corea del Norte e Irán. Expresamente, refiriéndose a ambos territorios, el Comandante en Jefe dijo que “los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas" (deduzco se trata de un mensaje de Paz aunque he de confesar que esta situación me genera confusión al no alcanzar a comprender la dicotómica complejidad del ser humano y su metafórica forma de expresión)
En su discurso no hizo mención al sorprendente (desde nuestro “extravialácteo” punto de vista) modo de sancionar a los similares que infringen las normas de convivencia (recordamos que los humanos no utilizan metodologías basadas en imposibilitar la comisión de delitos mediante prevención a través de la identificación de potenciales motivos que puedan derivar en conductas impropias, sino que optan por el primitivo medio –extinguido en nuestra sociedad hace cien mil años- del “castigo”). En su país se utiliza la denominada por los humanos “pena de muerte” (no quiero herir la sensibilidad de nuestros lectores, pero he de recordar que en este Planeta las leyes permiten que sus habitantes se maten los unos a los otros con el beneplácito de la justicia y la complacencia de una parte de la sociedad), pero tal vez este aspecto era desconocido por los miembros del jurado que concede esta noble distinción.
Por último, una “anécdota” (como gustan de decir los terrícolas): Alfred Nobel, padre de los referidos galardones, amasó su fortuna inventando y fabricando la dinamita (una sustancia detonante muy elemental compuesta por nitroglicerina y dióxido de silicio) que se emplea, entre otras cosas, en los explosivos utilizados por los humanos en sus fratricidas contiendas bélicas.
¡Ahora comprendo el Nobel de la Paz de Obama!
Hace algo más de 100 años un empresario llamado Alfred Nobel manifestó en su testamento su voluntad de reconocer la labor de las personas y organizaciones que contribuyeran de forma notable a la evolución de la sociedad. Esos galardones (denominados Premios Nobel) van acompañados de una significativa recompensa económica (algo que como he escrito en otras crónicas desde este Planeta estimula en gran medida a los humanos) pero sobre todo gozan del máximo prestigio y reconocimiento a nivel mundial (no tan importante en su escala de valores como el dinero, pero relevante)
Entre ellos se entrega el llamado Premio Nobel de la Paz. A lo largo de cien años este galardón ha reconocido el trabajo en pos de la Paz de personas y organizaciones cuyo mensaje ha dejado huella no solo en la Tierra, sino en otros planetas de la Vía Láctea y galaxias vecinas, como el nuestro: Martin Luther King, la Cruz Roja, la Madre Teresa de Calcuta, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Nelson Mandela, UNICEF…
Probablemente llamará la atención a los habitantes de nuestro Planeta la designación del Comandante en Jefe de un Ejército que en estos momentos combate en dos guerras como Premio Nobel de la Paz. Forma parte de la paradójica complejidad de estos interesantes seres primitivos que habitan este pequeño planeta azul situado en un pequeño sistema formado por un pequeño número de planetas entorno a una diminuta estrella a la que llaman Sol.
El Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos de América voló (en una primitiva aeronave propulsada por combustibles fósiles denominada Air “Force” One) desde su ciudad (Washington) al lugar donde se celebra todos los años la ceremonia de entrega de los Premios Nobel (Oslo) unos días después de ordenar a 30.000 de sus soldados que se prepararan para reforzar las tropas de uno de sus campos de batalla: un remoto y complejo territorio llamado Afganistán.
Llamará la atención a los lectores de nuestro Planeta (a pesar de llevar tanto tiempo entre los humanos a mí también me siguen sorprendiendo sus reacciones) que el Premio Nobel de la Paz citará en 30 ocasiones la palabra “guerra” por tan solo 10 la palabra “paz”. En su discurso el Comandante comentó que "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".
A lo largo de su alocución lanzó mensajes de paz a dos países del mismo Planeta con los que mantiene algunas diferencias: Corea del Norte e Irán. Expresamente, refiriéndose a ambos territorios, el Comandante en Jefe dijo que “los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas" (deduzco se trata de un mensaje de Paz aunque he de confesar que esta situación me genera confusión al no alcanzar a comprender la dicotómica complejidad del ser humano y su metafórica forma de expresión)
En su discurso no hizo mención al sorprendente (desde nuestro “extravialácteo” punto de vista) modo de sancionar a los similares que infringen las normas de convivencia (recordamos que los humanos no utilizan metodologías basadas en imposibilitar la comisión de delitos mediante prevención a través de la identificación de potenciales motivos que puedan derivar en conductas impropias, sino que optan por el primitivo medio –extinguido en nuestra sociedad hace cien mil años- del “castigo”). En su país se utiliza la denominada por los humanos “pena de muerte” (no quiero herir la sensibilidad de nuestros lectores, pero he de recordar que en este Planeta las leyes permiten que sus habitantes se maten los unos a los otros con el beneplácito de la justicia y la complacencia de una parte de la sociedad), pero tal vez este aspecto era desconocido por los miembros del jurado que concede esta noble distinción.
Por último, una “anécdota” (como gustan de decir los terrícolas): Alfred Nobel, padre de los referidos galardones, amasó su fortuna inventando y fabricando la dinamita (una sustancia detonante muy elemental compuesta por nitroglicerina y dióxido de silicio) que se emplea, entre otras cosas, en los explosivos utilizados por los humanos en sus fratricidas contiendas bélicas.
¡Ahora comprendo el Nobel de la Paz de Obama!
viernes, diciembre 04, 2009
Innovación y Pedagogía

Ayer jueves 3 de diciembre fui invitado a impartir una conferencia sobre innovación en la presentación de una iniciativa (eca-it) destinada a promover la innovación transfronteriza entre Galicia y el Norte de Portugal. Interesantes proyectos centrados en sectores relevantes para la Euroregión como son el turismo, la logística y el sector naval. La conferencia se desarrolló en el Museo de la Pedagogía. Bonito lugar, interesante exposición y una reflexión en torno a una paradoja: si hacemos de la pedagogía una pieza de museo, ¿no estaremos limitando nuestro potencial innovador?
jueves, noviembre 19, 2009
Innovación en Ferrol
Hoy jueves 12 de noviembre he sido invitado por la Asociación Empresarial Ferrolterra para desarrollar un desayuno de trabajo en Ferrol en el que hemos analizado las posibilidades que la innovación nos ofrece para capear el temporal. Empresarios y directivos de todo tipo de empresas (algunos de los cuáles –me he quedado gratamente sorprendido- ya habían leído mi libro “Cuestión de Supervivencia”). Una exposición, un café y un intercambio de ideas posterior moderado por Jorge Juárez, el director de la Escuela de Negocios Caixanova en A Coruña.
Habilidades para la Innovación en Ourense
Ayer 11 de noviembre compartí una sesión con los alumnos del curso de Habilidades para la Innovación que la CEO (Confederación de Empresarios de Ourense) desarrolla en la Universidad. Un total de 75 alumnos de los que me llevo un grato recuerdo por su entusiamo y ganas de aprender. Y todo un detalle que Susana Gómez y Juan José Molinos (Secretario General de la CEO), que también participan como profesores en el curso, hicieran un hueco en sus complicadas agendas para compartir la sesión con todos nosotros.
Innovación con las personas del PAD de Coruña
El pasado jueves 12 de noviembre tuve la oportunidad de compartir experiencias sobre innovación con los alumnos del Programa de Alta Dirección de la Escuela de Negocios Caixanova en A Coruña. Directivos de relevantes organizaciones gallegas (como Feiraco, Cofaga, Actemsa, Caixanova, R, Leite Rio, Vego, Congalsa, Aenor…) y muy gratas personas (¡y expertos en fútbol!). Compartí la jornada con Álvaro González Alorda y con Franc Ponti, a lo largo de la cual mostramos nuestros puntos de vista y experiencias sobre innovación, valor y creatividad.
Conferencias a orillas del Mediterráeno
En el mes de octubre he vuelto a tener el placer de recorrer diferentes localidades de la Comunidad Valenciana para compartir con directivos y empresarios experiencias sobre la innovación. Una vez más, la iniciativa ha surgido de los amigos de Camernova (el grupo de trabajo sobre Innovación de las Cámaras de Comercio de la Comunidad). La agenda no me ha permitido llegar a tantos puntos como la vez anterior (aunque prometo hacer un hueco para volver a estar con los amigos de esas localidades) pero hemos tenido en esta ocasión la oportunidad de compartir ideas con varios cientos de personas en Alicante, Denia, Alcoy, Valencia y Castellón. La crisis está golpeando fuerte a los amigos de la Comunidad Valenciana, pero como decía Einstein, vamos a ser capaces de convertirla en oportunidad.
jueves, noviembre 05, 2009
El drogadicto que no reconocer su problema
Comentábamos en la sesión dedicada a la crisis con el Profesor Tamames que la aplicación masiva y coordinada de políticas públicas para amortiguar los efectos de la crisis en 2008 y 2009 ha contribuido a evitar el colapso del sistema. Encabezados por los Estados Unidos de América los principales gobiernos del mundo han desarrollado una política de estímulos sin precedente en la historia.
El paciente estuvo a punto de morir por sobredosis; se ha evitado su fallecimiento pero no se ha resuelto el problema: su dependencia de la droga.
La droga que ha estado a punto de acabar con la vida del paciente es el dinero. La era del dinero fácil iniciada a principios de los 2000 con las políticas de Alan Greenspan tras la crisis de las puntocom y el enfriamiento de la economía estadounidense tras los atentados del 11S, generó una adicción al dinero que llevó al endeudamiento generalizado a cientos de millones de empresas y particulares en medio mundo. Dinero fácil y abundante para todos.
Los efectos de la droga se han querido solucionar con droga. Los bancos centrales han inyectado altas dosis de dinero para evitar el colapso. Los gobiernos no han querido que el drogadicto sufriera síndrome de abstinencia; en lugar de los mareos, vómitos y dolores del “mono” se ha optado por inyectarle por vía intravenosa más dinero, esperando que, tras haber visto “las orejas al lobo” el paciente reconociera sus excesos y abandonara su dependencia.
Pero tarde o temprano nos tendremos que enfrentar al problema; el primer paso para solucionar una adicción es reconocer la misma. Sin duda, haber retirado la droga del mercado (el dinero), dado el excesivo endeudamiento y las negligentes inversiones realizadas por muchos en la era del dinero fácil, hubiera generado un proceso deflacionario de mayor envergadura si cabe que el que hemos padecido (caída de los precios de todos los activos) mediante un desapalancamiento generalizado por miedo a que los precios de esos activos continuaran cayendo.
El dinero público ha evitado ese desapalancamiento masivo y la caída de los precios. Pero, ¿ha solucionado el problema real? Los activos tóxicos no se regeneran fácilmente; las malas inversiones de ayer lo seguirán siendo mañana. Tarde o temprano el proceso deflacionario se dará, porque los excesos cometidos no tienen solución. Otra dosis de dinero ha calmado al paciente, pero no ha eliminado su problema. Tarde o temprano deberá reconocer que ha cometido excesos y ser consciente de que ha de pagar por ello.
Ayer mismo, el profesor de New York University, Nouriel Roubini (uno de los primeros economistas que advirtió de la que nos venía encima por culpa de las hipotecas subprime) ha recordado que seguimos viviendo en “una burbuja en todo tipo de activos”. El exceso de capacidad industrial al que el dinero fácil nos ha conducido amenaza con generar un fuerzas deflacionarias importantes. El precio de muchos activos se ha mantenido gracias a las políticas públicas, pero el problema de fondo sigue estando ahí: los activos tóxicos siguen siendo tóxicos (el mercado inmobiliario sigue sin estar ajustado, ahora se habla de una nueva oleada subprime con la caída de los precios de los activos inmobiliarios no residenciales –oficinas, pabellones industriales…), sobran fábricas de automóviles, de electrodomésticos… El riesgo de deflación está muy presente.
Los problemas de la FED
Otros prestigiosos economistas, como Philipp Bagus y Markus Schiml, hablan de los complejos dilemas a los que se enfrenta la Reserva Federal: una política monetaria tan agresiva, mantiene vivo al paciente, pero puede acabar con la vida del doctor. Incluso la propia FED podría llegar a ser insolvente.
La “calidad” del balance general del banco central estadounidense se ha deteriorado notablemente con las políticas llevadas a cabo para evitar el colapso (el rescate del sistema bancario). Y también ha aumentado la “cantidad” de del balance de la FED, con la compra masiva de activos tóxicos de los bancos (las famosas mortgage-backed securities, o títulos respaldados por hipotecas).
Estas políticas han funcionado a corto plazo; pero para que realmente sean efectivas, esos activos se han de “desintoxicar”, porque de lo contrario lo único que habremos conseguido es desplazar los riesgos del sistema bancario privado al gran banco público central. Si no se soluciona el problema de fondo (el valor de los activos tóxicos) simplemente habremos postpuesto el problema, evitando el colapso hoy, pero irremediándolo para mañana. Con el agravante de que ahora los “bancos malos” (bad bank) son los públicos.
Pero volvamos a la “droga” (al dinero que se inyecta). Los bancos centrales (el Banco Central Europeo entre ellos) ya nos avisado para que vayámonos pensando en un escenario en el que se vayan retirando poco a poco las medidas de estímulo excepcionales. Es lógico, porque el dinero no es un recurso ilimitado. Son muchos los que siguen pensando que las ayudas públicas no tienen fin: que el Plan E se renovará continuamente, que habrá planes renove para múltiples sectores, que se seguirán dando ayudas para la adquisición de vehículos, que el Estado salvará a los bancos que tengan problemas….
Yo recomiendo a todos que vayamos pensando en el siguiente escenario. Un escenario en el que los estímulos vayan desapareciendo.
¿Qué puede hacer la FED?
Por un lado, podría, como dice Bagus, “restaurar la fortaleza del balance del banco central”. Para ello es necesario reducir el tamaño y mejorar la calidad de su balance. Pero, ¿cómo hacerlo sin que la reversión de esas políticas vuelva a dejar expuesto al caos al sistema financiero? Como decíamos antes, el problema de fondo aún no se ha solucionado; simplemente se ha pospuesto.
Las medidas de los Bancos Centrales no han solucionado el problema: simplemente han retrasado lo inevitable.
Bagus defiende actuar a la bravas para llegar al fondo delo asunto: volver a la situación de antes de la crisis; es decir, devolver a los bancos privados los activos tóxicos y que quiebren las entidades financieras que tengan que quebrar”.
Es muy difícil para un drogadicto y su entorno reconocer la realidad, su problema. Cuando así sucede el sufrimiento es intenso. Tal vez sea necesario que el sistema sufra para poder solucionar definitivamente el problema. Bagus por lo tanto propone solucionar la crisis con medidas liberales y propone medidas como la recapitalización en el mercado, la nacionalización o la reestructuración de la propiedad de los bancos mediante la conversión directa de los acreedores en accionistas.
Brotes verdes
Una cosa es clara: no hemos aprendido ninguna lección. Solo hay que mirar a la Bolsa para darnos cuenta de lo que ha crecido desde marzo. Eso si, muchos parecen ignorar que ese crecimiento se ha debido en parte al chorro de liquidez mundial inyectado por las políticas de los Bancos Centrales y las políticas de estímulo.
No recuerdo quien dijo cuando se comenzó a hablar de brotes verdes que el único brote verde que veía el gobierno era el de la marihuana que se había fumados para afirmar que la economía salía de la crisis.
Tal vez tenía razón. Han aflorado brotes verdes de marihuana que han generado un efecto en quiénes se la han fumado. Hay mucho “colocado” viviendo en una fiesta (los inversores en bolsa, los concesionarios de coche celebrando las ventas de octubre, los presidentes de los grandes bancos españoles anunciando resultados, los ministros de economía presentando perspectivas para 2010…). Pero la fiesta puede terminar pronto. Que disfruten de la juerga unos meses más. Cuando desaparezcan los efectos de los brotes verdes de marihuana (los efectos de las políticas monetarias y los programas de estímulo) volveremos a la realidad.
El paciente estuvo a punto de morir por sobredosis; se ha evitado su fallecimiento pero no se ha resuelto el problema: su dependencia de la droga.
La droga que ha estado a punto de acabar con la vida del paciente es el dinero. La era del dinero fácil iniciada a principios de los 2000 con las políticas de Alan Greenspan tras la crisis de las puntocom y el enfriamiento de la economía estadounidense tras los atentados del 11S, generó una adicción al dinero que llevó al endeudamiento generalizado a cientos de millones de empresas y particulares en medio mundo. Dinero fácil y abundante para todos.
Los efectos de la droga se han querido solucionar con droga. Los bancos centrales han inyectado altas dosis de dinero para evitar el colapso. Los gobiernos no han querido que el drogadicto sufriera síndrome de abstinencia; en lugar de los mareos, vómitos y dolores del “mono” se ha optado por inyectarle por vía intravenosa más dinero, esperando que, tras haber visto “las orejas al lobo” el paciente reconociera sus excesos y abandonara su dependencia.
Pero tarde o temprano nos tendremos que enfrentar al problema; el primer paso para solucionar una adicción es reconocer la misma. Sin duda, haber retirado la droga del mercado (el dinero), dado el excesivo endeudamiento y las negligentes inversiones realizadas por muchos en la era del dinero fácil, hubiera generado un proceso deflacionario de mayor envergadura si cabe que el que hemos padecido (caída de los precios de todos los activos) mediante un desapalancamiento generalizado por miedo a que los precios de esos activos continuaran cayendo.
El dinero público ha evitado ese desapalancamiento masivo y la caída de los precios. Pero, ¿ha solucionado el problema real? Los activos tóxicos no se regeneran fácilmente; las malas inversiones de ayer lo seguirán siendo mañana. Tarde o temprano el proceso deflacionario se dará, porque los excesos cometidos no tienen solución. Otra dosis de dinero ha calmado al paciente, pero no ha eliminado su problema. Tarde o temprano deberá reconocer que ha cometido excesos y ser consciente de que ha de pagar por ello.
Ayer mismo, el profesor de New York University, Nouriel Roubini (uno de los primeros economistas que advirtió de la que nos venía encima por culpa de las hipotecas subprime) ha recordado que seguimos viviendo en “una burbuja en todo tipo de activos”. El exceso de capacidad industrial al que el dinero fácil nos ha conducido amenaza con generar un fuerzas deflacionarias importantes. El precio de muchos activos se ha mantenido gracias a las políticas públicas, pero el problema de fondo sigue estando ahí: los activos tóxicos siguen siendo tóxicos (el mercado inmobiliario sigue sin estar ajustado, ahora se habla de una nueva oleada subprime con la caída de los precios de los activos inmobiliarios no residenciales –oficinas, pabellones industriales…), sobran fábricas de automóviles, de electrodomésticos… El riesgo de deflación está muy presente.
Los problemas de la FED
Otros prestigiosos economistas, como Philipp Bagus y Markus Schiml, hablan de los complejos dilemas a los que se enfrenta la Reserva Federal: una política monetaria tan agresiva, mantiene vivo al paciente, pero puede acabar con la vida del doctor. Incluso la propia FED podría llegar a ser insolvente.
La “calidad” del balance general del banco central estadounidense se ha deteriorado notablemente con las políticas llevadas a cabo para evitar el colapso (el rescate del sistema bancario). Y también ha aumentado la “cantidad” de del balance de la FED, con la compra masiva de activos tóxicos de los bancos (las famosas mortgage-backed securities, o títulos respaldados por hipotecas).
Estas políticas han funcionado a corto plazo; pero para que realmente sean efectivas, esos activos se han de “desintoxicar”, porque de lo contrario lo único que habremos conseguido es desplazar los riesgos del sistema bancario privado al gran banco público central. Si no se soluciona el problema de fondo (el valor de los activos tóxicos) simplemente habremos postpuesto el problema, evitando el colapso hoy, pero irremediándolo para mañana. Con el agravante de que ahora los “bancos malos” (bad bank) son los públicos.
Pero volvamos a la “droga” (al dinero que se inyecta). Los bancos centrales (el Banco Central Europeo entre ellos) ya nos avisado para que vayámonos pensando en un escenario en el que se vayan retirando poco a poco las medidas de estímulo excepcionales. Es lógico, porque el dinero no es un recurso ilimitado. Son muchos los que siguen pensando que las ayudas públicas no tienen fin: que el Plan E se renovará continuamente, que habrá planes renove para múltiples sectores, que se seguirán dando ayudas para la adquisición de vehículos, que el Estado salvará a los bancos que tengan problemas….
Yo recomiendo a todos que vayamos pensando en el siguiente escenario. Un escenario en el que los estímulos vayan desapareciendo.
¿Qué puede hacer la FED?
Por un lado, podría, como dice Bagus, “restaurar la fortaleza del balance del banco central”. Para ello es necesario reducir el tamaño y mejorar la calidad de su balance. Pero, ¿cómo hacerlo sin que la reversión de esas políticas vuelva a dejar expuesto al caos al sistema financiero? Como decíamos antes, el problema de fondo aún no se ha solucionado; simplemente se ha pospuesto.
Las medidas de los Bancos Centrales no han solucionado el problema: simplemente han retrasado lo inevitable.
Bagus defiende actuar a la bravas para llegar al fondo delo asunto: volver a la situación de antes de la crisis; es decir, devolver a los bancos privados los activos tóxicos y que quiebren las entidades financieras que tengan que quebrar”.
Es muy difícil para un drogadicto y su entorno reconocer la realidad, su problema. Cuando así sucede el sufrimiento es intenso. Tal vez sea necesario que el sistema sufra para poder solucionar definitivamente el problema. Bagus por lo tanto propone solucionar la crisis con medidas liberales y propone medidas como la recapitalización en el mercado, la nacionalización o la reestructuración de la propiedad de los bancos mediante la conversión directa de los acreedores en accionistas.
Brotes verdes
Una cosa es clara: no hemos aprendido ninguna lección. Solo hay que mirar a la Bolsa para darnos cuenta de lo que ha crecido desde marzo. Eso si, muchos parecen ignorar que ese crecimiento se ha debido en parte al chorro de liquidez mundial inyectado por las políticas de los Bancos Centrales y las políticas de estímulo.
No recuerdo quien dijo cuando se comenzó a hablar de brotes verdes que el único brote verde que veía el gobierno era el de la marihuana que se había fumados para afirmar que la economía salía de la crisis.
Tal vez tenía razón. Han aflorado brotes verdes de marihuana que han generado un efecto en quiénes se la han fumado. Hay mucho “colocado” viviendo en una fiesta (los inversores en bolsa, los concesionarios de coche celebrando las ventas de octubre, los presidentes de los grandes bancos españoles anunciando resultados, los ministros de economía presentando perspectivas para 2010…). Pero la fiesta puede terminar pronto. Que disfruten de la juerga unos meses más. Cuando desaparezcan los efectos de los brotes verdes de marihuana (los efectos de las políticas monetarias y los programas de estímulo) volveremos a la realidad.
miércoles, noviembre 04, 2009
Atraer cerebros no es lo mismo que atraer cabezas
En 2004 se desarrolló un régimen fiscal especial con el objetivo de atraer talento. Los profesionales extranjeros que vinieran a España a producir con su cerebro tributarían al tipo fijo del 24% por las rentas que generasen en nuestro país. Pero en lugar de rodearnos de cerebros que generan ideas nos hemos rodeado de cabezas que rematan corners.
La medida que inicialmente fue concebida para atraer científicos fue aprovechada por los clubs de fútbol para aplicar esas ventajas fiscales a las estrellas extranjeras que llegaban a nuestra liga. Uno de los primeros en beneficiarse fue David Beckham, que dicho sea de paso puso (sin llevarse royalties por ello) su apellido a la Ley. Un español que cobra más de 60.000 euros anuales paga a hacienda un 43% de sus ingresos mientras un galáctico del Real Madrid tributa únicamente el 24%. Solidaridad, equidad y justicia.
El PSOE ha pactado con BNG, ICV e IU la revisión de la Ley para que los trabajadores desplazados a España con rentas superiores a 600.000 euros anuales tributen el IRPF general, del 43%, y no al del 24%, como sucedía hasta ahora.
Se ha montado un buen revuelo con la noticia; pero no porque la reforma impida la llegada de nuevos científicos que contribuyan a generar un nuevo modelo productivo, desarrollando patentes biotecnológicas o interfaces para videojuegos, sino porque los clubs de fútbol se quejan ya que pueden perder a sus estrellas.
En su día se generó una gran polémico sobre si era ético o no que, en plena crisis económica, con cientos de miles de españoles perdiendo su empleo, el Real Madrid se gastara cientos de millones de euros fichando estrellas (para estrellarse en Alcorcón). En aquel entonces se dijo que una entidad privada puede hacer lo que quiera con su dinero. Lo comparto. Pero no pueden hacer lo mismo con el dinero de todos: el 19% de diferencia entre el tipo especial del cual se estaban aprovechando y el que pagan el resto de profesionales, es dinero que quitan de autopistas, hospitales, guarderías e I+D. Un galáctico extranjero que ha estado recibiendo los últimos cinco años 10 millones de euros anuales estaba dejando de ingresar a hacienda 1.9 millones de euros (es decir, 9,5 millones en 5 años).
El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (la asociación de clubs) amenazada veladamente con ir a la huelga, sabedor que un domingo sin fútbol puede generar un revuelo social superior al de una convocatoria de huelga general por parte de los sindicatos. Dice que al fútbol español “una modificación del régimen especial de impatriados le supondrá una factura de más de cien millones de euros, por lo que en el caso de ser adoptada habrá que tomar el camino de enfrentarse a esta decisión, llegando incluso a tener que parar la competición".
En primer lugar hay que aclarar lo que quiere decir “fútbol español”. La medida únicamente va a afectar a las arcas de los grandes clubes (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Athletico…), que son quiénes tienen extranjeros que perciben suelos de varios millones de euros.
En segundo lugar, pretende que esa factura de 100 millones de euros (un Cristiano Ronaldo, para entendernos) no la paguen los grandes clubes, sino que la paguemos entre todos los contribuyentes. Una medida justa y solidaria en tiempos de crisis, paro y déficit de las cuentas públicas.
En tercer lugar, ningún club debiera de pagar un solo euro con el cambio legislativo, si negociara los contratos con sus estrellas como hacen la inmensa mayoría de los trabajadores. Ese invento de sueldos “libres de impuestos” genera además un efecto negativo en términos de imagen, para el resto de trabajadores que ven cómo se les retienen cantidades en la nómina, pagan a la hora de hacer su declaración, etc. Pero claro, con tal de sacarse la foto con la estrella y ganar el favor de sus aficiones, con el dinero ajeno (el de los socios en el caso del Madrid y Barca) se firma a las estrellas lo que sea y como sea.
En cuarto lugar, la reforma no afectará a los últimos galácticos que han llegado a nuestro club, como el del portugués Cristiano Ronaldo o el sueco Zlatan Ibrahimovic, porque la nueva norma no se aplicará de forma retroactiva y sólo afectará a los contratos que se firmen a partir del próximo 1 de enero de 2010.
En quinto lugar, Astiazarán dice que "si se elimina esta fiscalidad la liga acabaría siendo menos interesante, habría menos consumo de televisión de pago y así, en cadena, menos interés de los patrocinadores, menos afluencia a los estadios y el Estado ingresaría menos fiscalmente". Una afirmación cargada de cinismo. Eliminar una fiscalidad preferencial para estos profesionales, no implica en absoluto que las estrellas extranjeras dejen de venir a nuestra Liga (y que, suponiendo que sean ellas las que llenan los estadios españoles y no Casillas, Villa, Iniesta, Xabi…, se vendan menos entradas, menos partidos de pago por visión, etc.), sino simplemente que los grandes clubes de fútbol deberán un poco más a esas estrellas extranjeras. A ver si ahora el Madrid no es capaz de pagar un par de millones de euros más al año a CR9 cuando se ha gastado en su fichaje más de 100).
En sexto lugar, da la casualidad de que España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un informe realizado por Ernst&Young Abogados, que compara la fiscalidad que soportan los clubes de fútbol por los jugadores de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y España. Solo en Holanda los futbolistas tributan menos. Si fuera cierto el vínculo fiscalidad – atracción de estrellas, los últimos balones de oro estarían pegando patadas en la tierra de los tulipanes y no habría grandes jugadores en la Premiere inglesa.
Necesitamos importar cerebros, no cabezas huecas.
La medida que inicialmente fue concebida para atraer científicos fue aprovechada por los clubs de fútbol para aplicar esas ventajas fiscales a las estrellas extranjeras que llegaban a nuestra liga. Uno de los primeros en beneficiarse fue David Beckham, que dicho sea de paso puso (sin llevarse royalties por ello) su apellido a la Ley. Un español que cobra más de 60.000 euros anuales paga a hacienda un 43% de sus ingresos mientras un galáctico del Real Madrid tributa únicamente el 24%. Solidaridad, equidad y justicia.
El PSOE ha pactado con BNG, ICV e IU la revisión de la Ley para que los trabajadores desplazados a España con rentas superiores a 600.000 euros anuales tributen el IRPF general, del 43%, y no al del 24%, como sucedía hasta ahora.
Se ha montado un buen revuelo con la noticia; pero no porque la reforma impida la llegada de nuevos científicos que contribuyan a generar un nuevo modelo productivo, desarrollando patentes biotecnológicas o interfaces para videojuegos, sino porque los clubs de fútbol se quejan ya que pueden perder a sus estrellas.
En su día se generó una gran polémico sobre si era ético o no que, en plena crisis económica, con cientos de miles de españoles perdiendo su empleo, el Real Madrid se gastara cientos de millones de euros fichando estrellas (para estrellarse en Alcorcón). En aquel entonces se dijo que una entidad privada puede hacer lo que quiera con su dinero. Lo comparto. Pero no pueden hacer lo mismo con el dinero de todos: el 19% de diferencia entre el tipo especial del cual se estaban aprovechando y el que pagan el resto de profesionales, es dinero que quitan de autopistas, hospitales, guarderías e I+D. Un galáctico extranjero que ha estado recibiendo los últimos cinco años 10 millones de euros anuales estaba dejando de ingresar a hacienda 1.9 millones de euros (es decir, 9,5 millones en 5 años).
El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (la asociación de clubs) amenazada veladamente con ir a la huelga, sabedor que un domingo sin fútbol puede generar un revuelo social superior al de una convocatoria de huelga general por parte de los sindicatos. Dice que al fútbol español “una modificación del régimen especial de impatriados le supondrá una factura de más de cien millones de euros, por lo que en el caso de ser adoptada habrá que tomar el camino de enfrentarse a esta decisión, llegando incluso a tener que parar la competición".
En primer lugar hay que aclarar lo que quiere decir “fútbol español”. La medida únicamente va a afectar a las arcas de los grandes clubes (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Athletico…), que son quiénes tienen extranjeros que perciben suelos de varios millones de euros.
En segundo lugar, pretende que esa factura de 100 millones de euros (un Cristiano Ronaldo, para entendernos) no la paguen los grandes clubes, sino que la paguemos entre todos los contribuyentes. Una medida justa y solidaria en tiempos de crisis, paro y déficit de las cuentas públicas.
En tercer lugar, ningún club debiera de pagar un solo euro con el cambio legislativo, si negociara los contratos con sus estrellas como hacen la inmensa mayoría de los trabajadores. Ese invento de sueldos “libres de impuestos” genera además un efecto negativo en términos de imagen, para el resto de trabajadores que ven cómo se les retienen cantidades en la nómina, pagan a la hora de hacer su declaración, etc. Pero claro, con tal de sacarse la foto con la estrella y ganar el favor de sus aficiones, con el dinero ajeno (el de los socios en el caso del Madrid y Barca) se firma a las estrellas lo que sea y como sea.
En cuarto lugar, la reforma no afectará a los últimos galácticos que han llegado a nuestro club, como el del portugués Cristiano Ronaldo o el sueco Zlatan Ibrahimovic, porque la nueva norma no se aplicará de forma retroactiva y sólo afectará a los contratos que se firmen a partir del próximo 1 de enero de 2010.
En quinto lugar, Astiazarán dice que "si se elimina esta fiscalidad la liga acabaría siendo menos interesante, habría menos consumo de televisión de pago y así, en cadena, menos interés de los patrocinadores, menos afluencia a los estadios y el Estado ingresaría menos fiscalmente". Una afirmación cargada de cinismo. Eliminar una fiscalidad preferencial para estos profesionales, no implica en absoluto que las estrellas extranjeras dejen de venir a nuestra Liga (y que, suponiendo que sean ellas las que llenan los estadios españoles y no Casillas, Villa, Iniesta, Xabi…, se vendan menos entradas, menos partidos de pago por visión, etc.), sino simplemente que los grandes clubes de fútbol deberán un poco más a esas estrellas extranjeras. A ver si ahora el Madrid no es capaz de pagar un par de millones de euros más al año a CR9 cuando se ha gastado en su fichaje más de 100).
En sexto lugar, da la casualidad de que España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un informe realizado por Ernst&Young Abogados, que compara la fiscalidad que soportan los clubes de fútbol por los jugadores de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y España. Solo en Holanda los futbolistas tributan menos. Si fuera cierto el vínculo fiscalidad – atracción de estrellas, los últimos balones de oro estarían pegando patadas en la tierra de los tulipanes y no habría grandes jugadores en la Premiere inglesa.
Necesitamos importar cerebros, no cabezas huecas.
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