Los delincuentes condenados por delitos sexuales en Wisconsin (EEUU) tendrán que llevar pulseras de tobillo con un sistema GPS. Si los delincuentes acceden a áreas restringidas, los funcionarios encargados de su control serán alertados.
La medida comenzará a aplicarse en julio de 2007. Durante el primer año se rastreará a 285 personas, y más de cuatrocientas antes del segundo. Las empresas dedicadas a desarrollar estas tecnologías consideran que el crecimiento de su mercado será expectacular en los próximos años. Como siempre, voces a favor y en contra. Los primeros se apoyan en estudios que aseguran que los malhechores controlados por GPS tienen un 90% menos de posibilidades de volver a las andadas que aquellos no seguidos electrónicamente. Los detractores aseguran que los agresores pueden actuar y volverla a liar parda aunque les tengan vigilados vía satélite. Y siempre están aquellos que piensan que si son tan peligrosos, ¿para qué arriesgarse a tenerles libres aunque sea vigilados por GPS?
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