lunes, mayo 22, 2006

La nueva biblioteca de Alejandria y la revolución del conocimiento


Desde su “observatorio” de Silicon Valley, nuestro amigo Unai Urresti nos envía reflexiones sobre el efecto de los libros digitales. Como decía Kevin Nelly, técnicamente es posible hoy digitalizar los 32 millones de libros que se han escrito en la historia de la humanidad y que puedan estar disponibles para ser leídos por todos los seres humanos del planeta en una pieza de hardware de muy bajo costepero con la misma calidad del papel.

El comentario de Unai me ha hecho soñar con una nueva biblioteca de Alejandría y con la difusión universal de conocimiento. Sin duda caaminamos hacia ello y entonces, ¿cómo cambiará nuestro planeta? ¿Cómo será el mundo del conocimiento socializado?

En nuestro libro de “la empresa jurásica”, Angel Arbonies y yo nos trasladábamos a la Edad Media, a aquella época en la cual el conocimiento estaba encerrado en las abadías y monasterios, bajo llave, en poder de la Iglesia. Afortunadamente aquello cambió; apareció la imprenta; llegó la ilustración; el estado social; la educación obligatoria; las grandes editoriales; los medios de comunicación de masas; y hoy, Internet.

Un mundo con cientos de millones de personas accediendo al conocimiento nos puede llevar a una revolución cuyos cambios nadie puede hoy ni imaginar. La capacidad de innovación de las personas se multiplica con conocimiento. Más de mil millones de personas accediendo al conocimiento multiplica la capacidad de innovación del planeta. Una nueva era se ha inaugurado. La era que cambiará el mundo y graduará al ser humano. Bienvenido a la Revolución del Conocimiento.

Os dejo con el interesante artículo de Unai. Espero que os haga pensar tanto como a mi.


Los libros digitales

Este verano van a salir al mercado tres productos llamados ebook readers o lectores de libros digitales. Los tres productos utilizan una tecnología llamada e-ink que hace que la calidad del texto de la pantalla sea idéntica a la del papel. Tienen el tamaño de un libro normal, pueden almacenar un mínimo de 30 libros que uno siempre puede recargar desde el ordenador y tienen baterías también recargables con un mínimo de duración de 7500 páginas de lectura.

Como decía recientemente Kevin Nelly en un artículo del New York Times books review, técnicamente es posible ahora digitalizar los 32 millones de libros que se han escrito en la historia de la humanidad. Es posible que puedan estar disponibles para ser leídos por todos los seres humanos del planeta en una pieza de hardware de muy bajo coste (aunque todavía bastante cara) pero con la misma calidad del papel.

La cosa va aún mucho más lejos. Es posible imaginar un escenario donde cada libro puede estar enlazado a otros cientos y donde una página del nuevo libro de Enrique pueda enlazar por ejemplo a un artículo de Peter Drucker sobre innovación o a un libro fuera de circulación de un autor desconocido pero que permite profundizar más sobre determinado aspecto o tema del libro. Es posible imaginar un escenario donde cualquiera que lea un libro digital lo pueda etiquetar con las palabras que desee, lo pueda mezclar, crear sus propios enlaces y anotaciones y en definitiva pueda convertir el libro en una verdadera herramienta de innovación y colaboración.

El sueño de la nueva biblioteca de Alejandría y el conocimiento universal parece posible.

No creo que los dirigentes de los países occidentales se dan cuenta del verdadero potencial de esto. Los que parece que si están captando la idea son los países asiáticos. Como señalaba Alexader Turcic en su blog de Mobile read, Si uno va a Google trends e introduce la palabra ¨ebook¨ puede observar que los diez países de donde vienen la mayoría de las búsquedas relacionadas con este término no son de habla inglesa. El orden es el siguiente:
Vietnam
Irán
Indonesia
India
Malasia
Hong Kong
Singapur
Filipinas
Polonia
Tailandia

China ya ha digitalizado el 25% de todos los libros que se han publicado en chino desde 1950. Ya es el líder en el sector de los ebook o libros digitales. De los tres productos que salen este verano, el iRex de Philips lleva como software el Apabi reader desarrollado en China, el Hanlin V2 es una empresa china que ha creado su propia versión de Linux llamado Wolf Linux y ya ha vendido miles de su producto ebook reader V8 en el mercado chino. Finalmente está el PRS 500 de Sony que ha creado su propio software pero como no podía ser de otra manera, va a fabricar su producto en China.

Llama la atención que países como China u otros países que aparecen en la lista de Google trends son en muchos casos países dictatoriales, de libertades restringidas y en vías de desarrollo, pero parece claro que tienen clara la idea que el conocimiento es poder y esta puede ser la llave de futuro. Saben que los padres de una aldea remota no pueden mandar a su hijo a la universidad pero si pueden comprar un lector de libros digitales a su hijo. Saben que ese niño o niña con su lector de ebooks continuamente cargado de libros va a cambiar el futuro de su aldea y a lo mejor del mundo.

Solamente el 10% de los libros están todavía en circulación. El 15% son de dominio público y hay un increíble 75% que está fuera de circulación en una situación de orfandad sobre los cuales no sabemos ni siquiera en muchos casos a quién pertenecen los derechos de propiedad intelectual.

Estamos con la obsesión de la propiedad intelectual no solamente en las discográficas sino en la industria editorial. Sabemos que los derechos de propiedad intelectual son básicos para estimular la innovación pero por ejemplo en Estados Unidos se ha llegado al extremo donde los derechos de propiedad intelectual siguen vigentes hasta 70 años después de la muerte del autor. Cuando una empresa como Google propone hacer públicos ese 75% de libros fuera de circulación enseguida recibe una lluvia de demandas judiciales.

Creo que existen soluciones pero existe mucho miedo al cambio por parte de ciertos sectores. En muchos países cualquier persona que muere es automáticamente donante de órganos si no declara expresamente lo contrario en vida. ¿Por qué no hacer lo mismo con los libros si de todas formas el 75% de los libros desaparecen de las estanterías de las librerías a los pocos años de su publicación y no van a generar ningún ingreso ni al autor ni a sus herederos?

En el pasado han sido siempre las religiones y las dictaduras los enemigos del conocimiento y la innovación. Sería irónico que ahora lo fueran los derechos de la propiedad intelectual. Las discográficas ya le han visto las orejas al lobo y han empezado a reaccionar y ya es hora de que el sector del libro comience a hacerlo.

Hace un tiempo estaba en boga la especialización. Hoy vivimos en una sociedad donde los trabajos rutinarios y sistemáticos son sustituidos por ordenadores. Se busca cada vez más al trabajador multidisciplinar capaz de manejar ideas complejas, con pasión por el conocimiento y una gran capacidad de comunicación. Los ordenadores no son capaces de persuadir, innovar, crear o liderar.
La digitalización del libro facilita esta visión de nueva sociedad y trabajo del futuro. Hace posible el ideal del hombre renacentista con capacidad de innovar desde las asociaciones e intersecciones de las diferentes disciplinas como la ciencia, historia, filosofía, arte, economía, etc.

Si las sociedades occidentales no toman el liderazgo de esta nueva revolución cultural lo harán los asiáticos con o sin propiedad intelectual y tendrá muchas más repercusiones que la revolución cultural de Mao.

No hay comentarios: