Sigo con mi cruzada para evitar que el nefasto sistema de
educación que padecemos afecte al desarrollo de nuestros hijos. Este fin de
semana he leído un interesante artículo de Richard Gerver en El Mundo con quién
me siento identificado. Gerver convirtió la Grange Primary School (una de las
peores de Reino Unido) en un ejemplo de innovación. Fue asesor de política
educativa de Tony Blair y Premio Nacional de Enseñanza en su país.
La primera obviedad: "los alumnos aprenden mejor si se
sienten implicados". Pues lo lamento pero no tiene nada de obvio (al menos
para muchos profesores de secundaria). Yo he comprobado que mi hijo sólo
aprende (y no digo “aprende mejor”, sino “sólo aprende”) cuando está implicado
y motivado. El año pasado odiaba la Religión y este año el profesor le ha
motivado y la trabaja con gusto. “A pesar de que los niños tienen un instinto
natural para aprender, el sistema actual hace aburrido el aprendizaje”. Yo
estoy seguro de que mi hijo puede aprender mucho más de lo que aprende en el
colegio. Bastaría con que sus profesores crearan sistemas divertidos y
estimulantes para que los alumnos estén deseando que lleguen sus clases. Si yo
dedico horas y horas a hacer que mis clases del MBA sean divertidas y
estimulantes para mis alumnos, ¿por qué no puede hacer lo mismo un profesor de la ESO? ¿Porque no sabe? ¿Porque no quiere? ¿Porque no puede?
Esta semana comienzan los exámenes. El máximo exponente de
un sistema obsoleto, excesivamente memorístico y rígido. Si mi hijo es capaz de
memorizar y repetir como un lorito lo que el profesor quiere que memorice,
aprobará. Si no lo hace, suspenderá. Y si suspende varias alguno dirá que no es
un chico muy listo. Porque “la sociedad
aún cree que la forma en que haces el examen define lo inteligente que
eres”. Una persona dijo una vez: “Yo
suspendí algunos exámenes, pero mi compañero aprobó todos. Ahora él es ingeniero
de Microsoft…. y yo soy el dueño de Microsoft”. Bill Gates también suspendía. Steve
Jobs abandonó la Universidad el primer año y Richard Branson (Virgin) dejó sus
estudios a los 16 años. “Necesitamos un sistema educativo que sea capaz de
medir las inteligencias múltiples, no sólo las habilidades para superar un
examen”.
¿Por qué los profesores siguen haciendo exámenes? Porque
para ellos es un trabajo más cómodo. Poner 10 preguntas y puntuar de 0 a 10 es
sencillo y no supone mucho esfuerzo. Evaluar cómo es el progreso del niño en un
ámbito general, su desarrollo emocional, creativo y colaborativo, así como sus
habilidades interpersonales….supone demasiado esfuerzo (y algunos profesores no
están capacitados para ello). “El conocimiento es importante, pero el sistema
educativo se ha centrado sólo en él y se ha olvidado de las habilidades. Y el
conocimiento por sí solo no significa nada. No es tan importante que los niños
no recuerden los nombres de los presidentes del Gobierno porque pueden
encontrarlos en Google, pero sí lo es más que sepan cómo funciona Google”.
En opinión de Gerver “los deberes se inventaron para que el
niño tenga algo que hacer cuando llega a casa y para que los padres puedan ver
qué es lo que hace en el colegio”. No tienen sentido, salvo aburrir al niño y
provocar fricciones entre padres e hijos por los puñeteros deberes. Menos
tiempo para los deberes y más para la Play Station. Un día llego a casa y
escucho a mis hijos hablando en inglés. ¿Qué mosca les ha picado? Estaban
jugando online con un chaval de Florida. Gerver cuenta lo mismo sobre sus
hijos, que juegan al FIFA con niños de España o Alemania. “Es un buen ejemplo
de cómo aprenden por sí mismos. Confiemos en ellos y dejemos que hagan lo que les
interesa en su tiempo libre”.
Hay mucho por aprender más allá de la Lengua, las Ciencias
Naturales o las Mate, pero si después de tantas horas en el colegio tienen un
par de horas de deberes, ¿cuándo van a jugar en la calle, ayudar a su padre a
arreglar una bici o ver el Discovery Channel?
Sin deberes y sin exámenes nuestros hijos aprenderían más y
todos seríamos un poco más felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario