La composición del Parlamento de Estonia no va a sufrir grandes cambios tras las elecciones del pasado 4 de marzo. El Partido de las Reformas (encabezado por el primer ministro Andrus Ansip) se llevó el 27,7% de los votos y el Partido de Centro (encabezado por el ministro de Economía Edgarg Savisaar) un 26,2%. Hasta aquí, ninguna sorpresa. El dato que llama la atención es el relacionado con la participación: un 61% del censo acudió a votar (cerca de 900.000 electores del casi millón y medio de habitantes de este pequeño país). Tal vez uno de los motivos sea que éstas han sido las primeras elecciones legislativas en todo el mundo en las cuáles se ha utilizado el voto por Internet.
En parte por la decidida apuesta gubernamental por las nuevas tecnologías y en parte por los cincuenta centímetros de nieve que cubren el país durante cinco meses al año, los estonios son amigos del comercio electrónico, realizan sus declaraciones tributarias por Internet y gestionan sus cuentas bancarias online. ¿Por qué no iban a confiar plenamente en el voto por Internet? Para ello han utilizado el carné de identidad electrónico que, para ejercer el voto (y otras funciones) debe ser introducido en un lector electrónico (conectable por USB o bluethoot que cuesta alrededor de 6 euros) acompañado de la firma electrónica.
Un poco de historia
La utilización de la tecnología en la optimización de procesos electorales data de los 50, pero no fue hasta la década de los 70 cuando comenzaron a utilizarse estas tecnologías en el recuento de votos (a dejarse “constancia digital” del voto). Los sistemas de voto electrónico primitivos permiten sustituir la papeleta electoral de papel por una orden electrónica ejecutada mediante un clic de ratón o pulsando un botón. Un sistema informático recibe, almacena y procesa esos votos, que siempre son ejecutados desde un colegio electoral convencional en el cual se ha instalado el dispositivo. El gobierno belga fue pionero en la aplicación de sistemas de voto electrónico en Europa, en las elecciones municipales celebradas en octubre de 2000.
El verdadero salto cualitativo (y cuantitativo) se produce cuando la “constancia” del voto puede ser ejecutada a distancia, sin necesidad de desplazamiento hasta un colegio electoral, ejerciendo el derecho a voto desde una terminal remota (como puede ser un ordenador conectado a Internet). La primera experiencia mundial de voto por Internet se desarrolló en marzo de 2000 en Arizona (Estados Unidos) en las elecciones primarias del Partido Demócrata (donde los detractores del sistema recurrieron a los tribunales aludiendo que el voto a través de Internet constituía una “discriminación social” con respecto a los sectores de la población sin acceso a este medio; los tribunales desestimaron la demanda. Las dificultades técnicas para garantizar la seguridad (en particular acreditar la identidad de los electores y la confidencialidad de sus votos) tampoco fueron un impedimento. Cerca de 86.000 demócratas votaron en aquellas primarias de Arizona y 40.000 lo hicieron a través de Internet. El 75% tenían entre 18 y 35 años, el sector más usuario de Internet, que es además tradicionalmente el segmento de población más propenso a abstenerse.
Y una reflexión sobre todo esto
Vamos a ver. Creo que no me desvío excesivamente de la realidad cuando afirmo que la mayor parte de los ciudadanos “pasan” de la política (existiendo un alto porcentaje de ellos que “odian” la política). Más allá del patético espectáculo al cual nos someten cotidianamente muchos de ellos, podemos aportar datos mensurables, como el elevado porcentaje de abstinencia en el reciente referéndum sobre el Estatuto de Andalucía. Cuando nos convocan a las urnas, una gran parte de la población “pasa” de ir a votar (sobre todo si hace un día muy malo…..o demasiado bueno; la playa es sin duda mejor opción).
La indeferencia política de las personas contribuye al incremento de la abstención y hoy en día casi podemos afirmar que “el sufragio no tiene de universal más que el nombre”. Pies bien, ¿a que esperan los políticos para apostar decididamente por el voto a través de Internet? ¿A que esperan para implantar un sistema que apenas exige esfuerzo, mediante el cual podríamos votar desde nuestra casa o desde nuestro trabajo?
¿A qué esperan? Pues al respecto tengo una teoría: esperan (y esperarán) porque tienen miedo de las consecuencias. Alegan (y alegarán) problemas de seguridad, privacidad, confidencialidad, legitimidad, conectividad (y cualquier otra cosa que acabe en “ad”) porque “temen” a la e-Democracia: el mayor enemigo del político de medio pelo.
Y temen a Internet porque la reflexión que muchos nos hacemos les golpea de lleno: Nadie pone en duda que Internet ofrece la vía más veloz, menos cara y la única realmente interactiva para la información y el diálogo entre los ciudadanos y entre éstos y sus representantes. Pero, ¿por qué narices utilizar Internet y las TIC para mejorar “el contacto” con nuestros representantes políticos cuando gracias a la tecnología podemos “prescindir” de ellos lisa y llanamente?
Los electores (dejaríamos de serlo porque no tendríamos a quien elegir y seríamos simplemente ciudadanos que opinamos y decidimos) utilizaríamos la tecnología para expresar nuestros puntos de vista sobre todos los temas posibles e imaginables (desde la decisión de embarcar al país en una operación militar hasta el contenido de una ley en discusión).
Seamos sinceros: con todo lo que sabemos hoy sobre tecnología (no digo nada con todo aquello que “no sabemos”, pero que existe) el sistema podría perfeccionarse lo suficiente como para interpretar informáticamente y de inmediato toda la gama de opiniones existentes. Se corregiría así el desequilibrio profundo y creciente entre la influencia política del individuo común y corriente (los ciudadanos como usted y como yo) y la de la clase política profesional. Se acabaría con las decisiones legislativas fruto de la consulta de decenas de personas (los llamados “nuestros representantes” que yo creo no representan a nadie, sino que van a su “bola”) a cuyas opiniones y puntos de vista se da prioridad a expensas de millones de otras que se encuentran al margen de esta concentración de poder.
El ahorro de costes sería impresionante. No necesitaríamos tantos concejales, junteros, parlamentarios autonómicos, congresistas, senadores, eurodiputados…todos y cada uno de ellos (y hablo de decenas de miles) con su “gabinete” de enchufados, sus secretarios y secretarias, etc. Eso si, muchos de esos que hoy en día son llamados "representantes" tardarían media vida en encontrar un puesto de trabajo, en parte porque no tienen ni idea de lo que significa la palabra "trabajar" y en parte porque quedan pocos trabajos que requieran aptitudes tan escasas como las que muchos de ellos presentan (por no hablar de "actitudes")
En parte por la decidida apuesta gubernamental por las nuevas tecnologías y en parte por los cincuenta centímetros de nieve que cubren el país durante cinco meses al año, los estonios son amigos del comercio electrónico, realizan sus declaraciones tributarias por Internet y gestionan sus cuentas bancarias online. ¿Por qué no iban a confiar plenamente en el voto por Internet? Para ello han utilizado el carné de identidad electrónico que, para ejercer el voto (y otras funciones) debe ser introducido en un lector electrónico (conectable por USB o bluethoot que cuesta alrededor de 6 euros) acompañado de la firma electrónica.
Un poco de historia
La utilización de la tecnología en la optimización de procesos electorales data de los 50, pero no fue hasta la década de los 70 cuando comenzaron a utilizarse estas tecnologías en el recuento de votos (a dejarse “constancia digital” del voto). Los sistemas de voto electrónico primitivos permiten sustituir la papeleta electoral de papel por una orden electrónica ejecutada mediante un clic de ratón o pulsando un botón. Un sistema informático recibe, almacena y procesa esos votos, que siempre son ejecutados desde un colegio electoral convencional en el cual se ha instalado el dispositivo. El gobierno belga fue pionero en la aplicación de sistemas de voto electrónico en Europa, en las elecciones municipales celebradas en octubre de 2000.
El verdadero salto cualitativo (y cuantitativo) se produce cuando la “constancia” del voto puede ser ejecutada a distancia, sin necesidad de desplazamiento hasta un colegio electoral, ejerciendo el derecho a voto desde una terminal remota (como puede ser un ordenador conectado a Internet). La primera experiencia mundial de voto por Internet se desarrolló en marzo de 2000 en Arizona (Estados Unidos) en las elecciones primarias del Partido Demócrata (donde los detractores del sistema recurrieron a los tribunales aludiendo que el voto a través de Internet constituía una “discriminación social” con respecto a los sectores de la población sin acceso a este medio; los tribunales desestimaron la demanda. Las dificultades técnicas para garantizar la seguridad (en particular acreditar la identidad de los electores y la confidencialidad de sus votos) tampoco fueron un impedimento. Cerca de 86.000 demócratas votaron en aquellas primarias de Arizona y 40.000 lo hicieron a través de Internet. El 75% tenían entre 18 y 35 años, el sector más usuario de Internet, que es además tradicionalmente el segmento de población más propenso a abstenerse.
Y una reflexión sobre todo esto
Vamos a ver. Creo que no me desvío excesivamente de la realidad cuando afirmo que la mayor parte de los ciudadanos “pasan” de la política (existiendo un alto porcentaje de ellos que “odian” la política). Más allá del patético espectáculo al cual nos someten cotidianamente muchos de ellos, podemos aportar datos mensurables, como el elevado porcentaje de abstinencia en el reciente referéndum sobre el Estatuto de Andalucía. Cuando nos convocan a las urnas, una gran parte de la población “pasa” de ir a votar (sobre todo si hace un día muy malo…..o demasiado bueno; la playa es sin duda mejor opción).
La indeferencia política de las personas contribuye al incremento de la abstención y hoy en día casi podemos afirmar que “el sufragio no tiene de universal más que el nombre”. Pies bien, ¿a que esperan los políticos para apostar decididamente por el voto a través de Internet? ¿A que esperan para implantar un sistema que apenas exige esfuerzo, mediante el cual podríamos votar desde nuestra casa o desde nuestro trabajo?
¿A qué esperan? Pues al respecto tengo una teoría: esperan (y esperarán) porque tienen miedo de las consecuencias. Alegan (y alegarán) problemas de seguridad, privacidad, confidencialidad, legitimidad, conectividad (y cualquier otra cosa que acabe en “ad”) porque “temen” a la e-Democracia: el mayor enemigo del político de medio pelo.
Y temen a Internet porque la reflexión que muchos nos hacemos les golpea de lleno: Nadie pone en duda que Internet ofrece la vía más veloz, menos cara y la única realmente interactiva para la información y el diálogo entre los ciudadanos y entre éstos y sus representantes. Pero, ¿por qué narices utilizar Internet y las TIC para mejorar “el contacto” con nuestros representantes políticos cuando gracias a la tecnología podemos “prescindir” de ellos lisa y llanamente?
Los electores (dejaríamos de serlo porque no tendríamos a quien elegir y seríamos simplemente ciudadanos que opinamos y decidimos) utilizaríamos la tecnología para expresar nuestros puntos de vista sobre todos los temas posibles e imaginables (desde la decisión de embarcar al país en una operación militar hasta el contenido de una ley en discusión).
Seamos sinceros: con todo lo que sabemos hoy sobre tecnología (no digo nada con todo aquello que “no sabemos”, pero que existe) el sistema podría perfeccionarse lo suficiente como para interpretar informáticamente y de inmediato toda la gama de opiniones existentes. Se corregiría así el desequilibrio profundo y creciente entre la influencia política del individuo común y corriente (los ciudadanos como usted y como yo) y la de la clase política profesional. Se acabaría con las decisiones legislativas fruto de la consulta de decenas de personas (los llamados “nuestros representantes” que yo creo no representan a nadie, sino que van a su “bola”) a cuyas opiniones y puntos de vista se da prioridad a expensas de millones de otras que se encuentran al margen de esta concentración de poder.
El ahorro de costes sería impresionante. No necesitaríamos tantos concejales, junteros, parlamentarios autonómicos, congresistas, senadores, eurodiputados…todos y cada uno de ellos (y hablo de decenas de miles) con su “gabinete” de enchufados, sus secretarios y secretarias, etc. Eso si, muchos de esos que hoy en día son llamados "representantes" tardarían media vida en encontrar un puesto de trabajo, en parte porque no tienen ni idea de lo que significa la palabra "trabajar" y en parte porque quedan pocos trabajos que requieran aptitudes tan escasas como las que muchos de ellos presentan (por no hablar de "actitudes")
Todo lo que nuestro gobierno hace lo hace en mi nombre, ya sea implantar el carnet por puntos, ilegalizar formaciones políticas, negociar con terroristas o meternos en la guerra de Irak. Pero, ¿se me ha pedido en alguna de esas ocasiones mi opinión? En muchas ocasiones la pueden “intuir” gracias a los sondeos, estudios de opinión, o como en el caso de la guerra de Irak, multitudinarias manifestaciones. Pero “pasan 33” de nuestra opinión. Ellos están por encima del bien y del mal y nosotros somos solo inocentes analfabetos políticos que precisan continuamente ser guiados. Y nos tenemos que conformar con “votar” cada cuatro años para elegir a esos “representantes” que jamás nos representan.
En el fondo lo que subyace es algo de lo que ya he hablado en otros post de este blog: La democracia parlamentaria que “padecemos” fue inventada en la noche de los tiempos y perfeccionada en la época de la máquina de vapor. Ya ha llovido mucho desde Ríos Rosas. El mundo ha cambiado. Clonamos seres vivos, mandamos artefactos a Marte, desafiamos las leyes de la física y tenemos Internet: tan potente, tan universal, con tal ubicuidad y tan fácil de utilizar……¿podría llegar a permitir que nos autogobernáramos?
7 comentarios:
Un amigo me comentaba que en la capital de Estonia,Tallinn, cuentan con una red gratuita general de acceso inalámbrico, detalle que no se ve por muchos lugares y aún es un sueño en algunas ciudades anglosajonas. Qué bien por Estonia, sin duda un paraíso tecnológico.
Tecnológicamente hablando, los países del sur de Europa (España, Italia, Portugal, Grecia...) nos estamos quedando un tanto rezagados con respecto a los países nórdicos: Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia ... España debería tomar buena nota de ello y empezar a invertir mucho más dinero en I+D. Algún día nos arrepentiremos. Denlo por seguro.
En este artículo se habla de las bondades de la tecnología y su aplicación al mundo de la política, pero ¿es todo tan perfecto? Pues no. Quien hizo la ley, hizo la trampa.
No quiero pensar mal, pero si alguno de los candidatos tiene un buen hacker en su equipo de colaboradores, ¿que pasaría?
Piensen en ello y echénse a temblar !!!
Un saludo: Manuel Pérez Suárez
Un amigo me comentaba que en la capital de Estonia,Tallinn, cuentan con una red gratuita general de acceso inalámbrico, detalle que no se ve por muchos lugares y aún es un sueño en algunas ciudades anglosajonas. Qué bien por Estonia, sin duda un paraíso tecnológico.
Tecnológicamente hablando, los países del sur de Europa (España, Italia, Portugal, Grecia...) nos estamos quedando un tanto rezagados con respecto a los países nórdicos: Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia ... España debería tomar buena nota de ello y empezar a invertir mucho más dinero en I+D. Algún día nos arrepentiremos. Denlo por seguro.
En este artículo se habla de las bondades de la tecnología y su aplicación al mundo de la política, pero ¿es todo tan perfecto? Pues no. Quien hizo la ley, hizo la trampa.
No quiero pensar mal, pero si alguno de los candidatos tiene un buen hacker en su equipo de colaboradores, ¿que pasaría?
Piensen en ello y echénse a temblar !!!
Un saludo: Manuel Pérez Suárez
Es inevitable el avance de la tecnología, nos guste o no y esta llegara a todos los ambitos de la vida cotidiana: medicina,ocio....y por supuesto, tambien a la politica.
No se porque en España siempre vamos rezagados en cuestiones como esta, que son una ventaja para todos.
¿quién no puede estar de acuerdo en facilitar el voto a los ciudadanos? En 5 minutos y sin tener que "sacrificar" parte de un día que puedes aprovechar en otras cosas.
El futuro llegara y debemos darle la bienvenida si no queremos que nos coma....
Hola a todos. Soy Karina, una alumna del MDM desde Barcelona y es un placer poder intercambiar opiniones con ustedes, sobre estos temas tan apasionantes.
Con respecto a la e-Democracia, me gustaría añadir que además de ser una posibilidad grandiosa la que nos brinda Internet, de poder participar activamente tanto en la elección de "representantes", como la hipotética posibilidad de ¡autogobernarnos! en mayor o menor medida; deberíamos ser conscientes que a mayores posibilidades (me refiero a la comunicación y tecnología) debemos asumir también mayores responsabilidades. Con esto quiero decir que la utilización de las TIC, nos debería ayudar a tomar conciencia y la iniciativa política que tanto nos falta. La política, al igual que el Marketing, nos rige la vida. Ya es hora de dejar de pasar de del tema y aprovechar los avances tecnológicos para educarnos y participar activamente con el fin de intentar cambiar aquellas cosas con las que no estamos de acuerdo.
Bueno, la autogobernación entre comillas.
Se supone que decidiría lo que la mayoría dictaminara en lugar de lo que quisieran 350 personas más o menos formadas, corruptas o no, partidistas, etc.
Esa mayoría que se deja influenciar por los anuncios, lo que diga la tele, la que protesta 3 días y luego se calla y vuelve a votar al mismo, etc.
Se tendría que tener en cuenta también, lo que nos dejara enviar por Internet Windows, la SGAE, Telefónica, etc. Podrían salir mensajes como: “¿Está usted seguro de es negado dar agua a la comunidad valenciana?”, “su línea es lenta, entre en la versión reducida de su voto”, “se ha copiado el voto, pague la tasa de …”
No creo que España esté capacitada para ser gobernada por la mayoría, y más conociendo la tendencia a fastidiar al vecino autonómico, que si no te doy agua, que si te quito este evento, que si no eres de mi partido, que si pongo mucho dinero, que si por aquí no pasa el AVE …
Sin embargo, que nos den la oportunidad de ejercer nuestro derecho al voto de manera electrónica no le veo más que ventajas. Ventajas para el que vota (que haría aumentar el número de participación) y sobre todo ventaja para el que tiene la mala suerte de que le toque de mesa electoral (que por ahora me libro, pero cuando me toque me va hacer una gracia….).
Un saludo: Machuhuevo
Estoy completamente de acuerdo con Karina en que a mayores avances tecnológicos debemos asumir así mismo mayores responsabilidades. Es inevitable, y parece que aún mucha gente o no quiere o no puede darse cuenta de ello. Me quedo con una frase que citó nuestra amiga: "La política, al igual que el Marketing, nos rige la vida". ¿Es tan importante el Marketing como para decir que rige nuestros destinos? ¿Depende nuestra vida del Marketing? Ahí dejo las preguntas por si alguien más se anima a dar su opinión. Personalmente creo que el Marketing cada vez es más importante en nuestras vidas, e influye de forma decisiva en ellas, pero no me atrevería a decir que rige nuestras vidas. Aunque todo llegará, seguro. Por cierto, no tenía ni idea de lo que era el MDM de Barcelona, así que estuve mirando en Google. Master en Estrategia/Dirección de Proyectos Multimedia Online. Me gustaría saber algo más acerca del mismo, o si algún internauta ha pasado por sus aulas nos de su opinión. Gracias.
Un saludo: Manuel Pérez Suárez
Muy buenas Enrique;
Queria darte la enhorabuena por tu blog.... me gustan tus articulos, de hecho me sirvio uno de hace tiempo sobre publicidad en huevos.
Yo estoy comenzando un blog sobre marketing http://juanmarketing.blogspot.com
En cualquier caso, te invito a visitarlo. un saludo
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