Hace unas semanas comentaba en mi blog mi experiencia en viajes transoceánicos volando en la clase turista. ¿Un 747 o un gallinero? (se titulaba mi artículo). Una vez más la realidad ha superado a la ficción.
Mi comparación entre un pasajero de un vuelo en clase turista y una gallina se ha quedado corta porque al parecer Airbus quiere que los pasajeros se parezcan más a una res colgada del gancho de un carnicero que a una gallina metida en su pequeña jaula. Acabo de leer en el “New York Times” que, en busca de la competitividad de las sufridas líneas aéreas (sometidas a la presión de la competencia que reduce precios mientras se disparan los costes del petróleo –camino ya de los 100 dólares el barril) ha presentado una brillante e innovadora solución: colgar a los pasajeros de unos arneses para que viajen de pie. Supongo que la llamarán la “clase sadomaso”, porque los pasajeros van a parecer el doctor Hanibal Lester en su camilla vertical con arneses en “El silencio de los corderos”. Eso si, siguiendo con la estrategia de las aerolíneas de cobrar por todo servicio adicional, el bozal lo cobrarán aparte ("El silencio de los viajeros")
Yo pensaba que la pésima experiencia actual difícilmente sería superable. Que no podría existir algo pero a volar durante 12 horas en una cabina de 30 metros cuadrados con otros 50 pasajeros aguantando los malos tratos de una borde azafata e ingiriendo alimentos más propios de un zoo que de un servicio por el que pagas casi mil euros. Pero la “amenaza” de Airbus me hace temblar.
Me estoy imaginando mis próximos viajes al otro lado del océano. Madrugón espectacular para llegar dos horas antes al aeropuerto de Bilbao para facturar y evitar el “overbooking”. Retrasos motivados por “causas técnicas” provocarán 45 minutos de retraso (lo normal). Llegaré a esa prueba de medio fondo que supone una conexión de Iberia en la T4 (me estoy preparando para ello; la T4 ha conseguido lo que no habían conseguido ni los médicos, ni mi familia…: ¡que vaya a un gimnasio! O eso, o elegir entre perder la conexión o la amenaza de infarto) y después de mejorar mi marca y recorrer 800 metros en seis minutos, me subiré a un avión donde me colgarán de un gancho como a una pieza de vacuno (afortunadamente no me crucificarán porque los brazos extendidos ocuparían demasiado espacio).
Leo que Airbus de momento solo plantea la posibilidad de implantar su sistema en aerolíneas que operan en los superpoblados países asiáticos.¡ Menos mal!. Pero de momento, por si acaso, que me borren de la lista de voluntarios para globalizar nuestra empresa en China. ¡Que vaya otro a establecer relaciones con los chinos! ¡No quiero volar de pie y luego llegar a uno de esos hoteles-nicho que proliferan en los países asiáticos (y que en el recorrido entre el aeropuerto y el hotel me metan en esos metro-lata de sardinas en los cuáles dos empleados empujan a los pasajeros para que se puedan cerrar las puertas)
Por otro lado veo que Virgin ha pedido a Airbus que en sus nuevos A380 instale un salón de belleza. A las conexiones vía satélite a Internet, películas, juegos de play station, menús de alta cocina, selectas bodegas hemos de sumar ahora masajes, duchas, camas, saunas, gimnasios, habitaciones abordo para descansar (o lo que sea).
Esta situación dicotómica (¿gancho colgado del techo o masaje y cena “alta cusine”) ¿es resultado de la confusión de la aerolíneas –que no saben hacia donde evolucionará el mercado- o consecuencia de la “dualización” de la sociedad (ya comentada en otros artículos del blog) motivada por el estrechamiento progresivo de las clases medias y el crecimiento de las diferencias entre los ricos y pobres en la nueva economía globalizada y deslocalizada? ¿Se trata de una democratización del bienestar (todos tienen derecho a viajar en vión) o de la apoteosis del diferencialismo? ¿Se trata de la vieja dialéctica de los privilegios estamentales (pobres de pie, ricos en jacusis) disfrazada de competitividad economicista? (tanto progreso para volver a la lucha de clases….que diría Carlos) ¿Se están volviendo locas las líneas aéreas? ¿Qué nos deparará el futuro? En mi caso, entre ir colgado o pasar a formar parte del “one mile high club”, me quedo con lo segundo. Que me digan donde tengo que apuntarme.
Mi comparación entre un pasajero de un vuelo en clase turista y una gallina se ha quedado corta porque al parecer Airbus quiere que los pasajeros se parezcan más a una res colgada del gancho de un carnicero que a una gallina metida en su pequeña jaula. Acabo de leer en el “New York Times” que, en busca de la competitividad de las sufridas líneas aéreas (sometidas a la presión de la competencia que reduce precios mientras se disparan los costes del petróleo –camino ya de los 100 dólares el barril) ha presentado una brillante e innovadora solución: colgar a los pasajeros de unos arneses para que viajen de pie. Supongo que la llamarán la “clase sadomaso”, porque los pasajeros van a parecer el doctor Hanibal Lester en su camilla vertical con arneses en “El silencio de los corderos”. Eso si, siguiendo con la estrategia de las aerolíneas de cobrar por todo servicio adicional, el bozal lo cobrarán aparte ("El silencio de los viajeros")
Yo pensaba que la pésima experiencia actual difícilmente sería superable. Que no podría existir algo pero a volar durante 12 horas en una cabina de 30 metros cuadrados con otros 50 pasajeros aguantando los malos tratos de una borde azafata e ingiriendo alimentos más propios de un zoo que de un servicio por el que pagas casi mil euros. Pero la “amenaza” de Airbus me hace temblar.
Me estoy imaginando mis próximos viajes al otro lado del océano. Madrugón espectacular para llegar dos horas antes al aeropuerto de Bilbao para facturar y evitar el “overbooking”. Retrasos motivados por “causas técnicas” provocarán 45 minutos de retraso (lo normal). Llegaré a esa prueba de medio fondo que supone una conexión de Iberia en la T4 (me estoy preparando para ello; la T4 ha conseguido lo que no habían conseguido ni los médicos, ni mi familia…: ¡que vaya a un gimnasio! O eso, o elegir entre perder la conexión o la amenaza de infarto) y después de mejorar mi marca y recorrer 800 metros en seis minutos, me subiré a un avión donde me colgarán de un gancho como a una pieza de vacuno (afortunadamente no me crucificarán porque los brazos extendidos ocuparían demasiado espacio).
Leo que Airbus de momento solo plantea la posibilidad de implantar su sistema en aerolíneas que operan en los superpoblados países asiáticos.¡ Menos mal!. Pero de momento, por si acaso, que me borren de la lista de voluntarios para globalizar nuestra empresa en China. ¡Que vaya otro a establecer relaciones con los chinos! ¡No quiero volar de pie y luego llegar a uno de esos hoteles-nicho que proliferan en los países asiáticos (y que en el recorrido entre el aeropuerto y el hotel me metan en esos metro-lata de sardinas en los cuáles dos empleados empujan a los pasajeros para que se puedan cerrar las puertas)
Por otro lado veo que Virgin ha pedido a Airbus que en sus nuevos A380 instale un salón de belleza. A las conexiones vía satélite a Internet, películas, juegos de play station, menús de alta cocina, selectas bodegas hemos de sumar ahora masajes, duchas, camas, saunas, gimnasios, habitaciones abordo para descansar (o lo que sea).
Esta situación dicotómica (¿gancho colgado del techo o masaje y cena “alta cusine”) ¿es resultado de la confusión de la aerolíneas –que no saben hacia donde evolucionará el mercado- o consecuencia de la “dualización” de la sociedad (ya comentada en otros artículos del blog) motivada por el estrechamiento progresivo de las clases medias y el crecimiento de las diferencias entre los ricos y pobres en la nueva economía globalizada y deslocalizada? ¿Se trata de una democratización del bienestar (todos tienen derecho a viajar en vión) o de la apoteosis del diferencialismo? ¿Se trata de la vieja dialéctica de los privilegios estamentales (pobres de pie, ricos en jacusis) disfrazada de competitividad economicista? (tanto progreso para volver a la lucha de clases….que diría Carlos) ¿Se están volviendo locas las líneas aéreas? ¿Qué nos deparará el futuro? En mi caso, entre ir colgado o pasar a formar parte del “one mile high club”, me quedo con lo segundo. Que me digan donde tengo que apuntarme.
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