lunes, febrero 05, 2007

Julio Verne, Minority Report, el Mini y sus conductores evangélicos

Decía Julio Verne que todo lo que una persona sea capaz de imaginar otros podrán hacerlo realidad. No hemos viajado (aún) al centro de la tierra, pero los viajes al espacio, los submarinos, las vueltas al mundo en todo tipo de medios…son algo cotidiano.

Hace unos años utilicé esta cita de Julio Verne para ilustrar un comentario en uno de mis libros sobre la película Minority Report y algunos inventos “imaginados” por Spielberg basados en TIC aplicados al marketing. También utilizo en mis clases fragmentos de la película en las que John Anderton (Tom Cruise) entra en GAP y el CRM le identifica; o cómo una persona está sentada en el metro leyendo un periódico de papel digital cuando las noticias se actualizan en tiempo real; o una escena muy espectacular en la que John Anderton camina por una galería comercial llena de vallas publicitarias que le proponen mensajes personalizados (en base a su perfil): desde un Lexus hasta una Guiness.

En esta ocasión la cita de Julio Verne se ha vuelto a cumplir gracias al incombustible Mini. Cuatro mil quinientos propietarios de Mini Cooper residentes en Nueva York, Miami, Chicago y San Francisco han sido invitados a participar en un experimento de publicidad personalizada (denominado Motorby) que les mostrará mensajes individualizados (como saludarles por su nombre, como a John Anderton) cuando pasen delante de las vallas publicitarias parlantes (“talking billboards”)

Gracias a un chip de identificación por Radio Frecuencia (RFID) integrado en el llavero del Mini, cuando una abogada neoyorquina (llamémosla Mary por ejemplo) pase al lado de una de estas vallas leerá un mensaje como “Mary, moving at the speed of justice”. O se podrá leer en la valla “Mike, the special of the day is speed”, si el conductor del Mini es un chef de un restaurante de San Francisco. O felicitar el cumpleaños a cualquier de los afortunados conductores.


Mini USA's RFID-alerted billboard



El programa fue sugerido por primera vez a Mini USA hace un año por una agencia de San Francisco (Butler, Shine, Stern and Partners) con la idea de incentivar el “feeling tribal” de muchos de los clientes de Mini con el objetivo de potenciar la fuerza de la marca. El Mini es otro de esos productos que podríamos incluir en la categoría comentada en el post anterior de “productos pasionales”. En Estados Unidos son ya más de 150.000 y para muchos no es un simple coche, sino “un modo de vida” (divertido, desenfadado, original, diferente). Sin duda son los propios propietarios los prescriptores número uno de este pequeño gran coche (como decía Guy Kawasaki, los “apóstoles”). Estos conceptos “bíblicos” vuelven a estar de moda: como dice Michael Megalli (socio de Group 1066, una compañía de marketing estratégico de New York) el “evangelismo” será la nueva “biblia” para el marketing de muchas empresas.

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